Los récords de producción y exportaciones de maíz de los últimos años, especialmente tras el fin de las restricciones a la comercialización, invitan a preguntarse si es posible sostener estas tasas de crecimiento.
Del lado de la oferta, la Argentina compite con EE.UU., Brasil, Rusia y Ucrania. Entre estos cinco países concentran el 91% de las exportaciones mundiales del cereal. Del lado de la demanda, los mercados del sudeste asiático y del norte de África resultan los más dinámicos, mientras que los de América y otros tradicionales, como Japón, tienen tasas de crecimiento anual inferiores a las del promedio.De los mayores importadores, la Argentina exporta a Vietnam y Arabia Saudita, cuyas tasas de crecimiento superan el promedio mundial (7%), y a Egipto y Corea, de menor dinamismo. A otros mercados significativos no se destinan cantidades considerables, entre otras cuestiones, por falta de acuerdos comerciales para traspasar las barreras existentes.
Las proyecciones para la próxima década de OCDE-FAO muestran una desaceleración importante en el crecimiento de las importaciones mundiales de la mayoría de los productos agropecuarios, especialmente de maíz, que sería superado por productos como carnes y lácteos.
Entre los principales jugadores, tanto Brasil como Argentina van a seguir creciendo, disputándose el 2° y 3° lugar como máximos exportadores. Estados Unidos conservaría su sitial de privilegio, pero no crecería como antaño. Ucrania y Rusia podrían jugar roles relevantes.
Por el lado de los importadores, el mayor, Japón, no tendría grandes aumentos, y otro grande, la UE, muestra signos de caída para los próximos años. Sí aparecen con dinamismo México, Corea, Egipto y Vietnam. China debe ser observada especialmente, por el maíz y el potencial para el resto de la cadena, debido a los factores que afectan su demanda, como la guerra comercial y la peste porcina africana. Así, para que el maíz siga creciendo, la Argentina debe potenciar su accionar en esos mercados y ganar participación mediante negociaciones.
En tal sentido, se destaca la profundización del Acuerdo de Complementación Económica con México, mercado donde tiene gran relevancia Estados Unidos. A través del Mercosur, sobresale el tratado con Egipto y la negociación con la UE, aunque falte algún tiempo para su implementación. En la misma línea se inscribe el potencial acuerdo con Corea, aunque mucho más prematuro.
¿Por qué es importante negociar? Lo ilustra un ejemplo: Perú y Colombia eran relevantes para la exportación de maíz argentino, que entra libre de arancel gracias a acuerdos, aunque ambos países se reservan la facultad de aplicar un derecho adicional por el sistema de franja de precios; EE.UU. también firmó acuerdos comerciales con Perú (en vigor desde 2009) y con Colombia (desde 2012), y logró no sólo la eliminación del arancel fijo, sino también del componente de franja de precios. La competitividad argentina quedó muy afectada, con un gran descenso de su participación en esos mercados.
La negociación de acuerdos permitirá la reducción de barreras de acceso (arancelarias y no arancelarias) a un amplio abanico de bienes agroindustriales. Así se abrirá una ventana de oportunidad para avanzar hacia los diferentes eslabones de la cadena de valor del cultivo, transformando los granos en carnes y lácteos, biocombustibles y otros productos biobasados, que, como se mencionó, muestran importantes perspectivas de crecimiento.
Los autores integran la Fundación INAI y la Bolsa de Cereales de Bs. As. respectivamente
Nelson Illescas y Juan Pablo Gianatiempo
LA NACION