En las regiones más afectadas por la falta de humedad, los productores reorientan los cultivos hacia la ganadería o los “queman” para acumular agua para la próxima siembra de soja
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Los últimos mapas de disponibilidad de humedad en el territorio argentino son más que elocuentes. Salvo una pequeña porción del área agrícola argentina, muchas provincias se encuentran en una situación acuciante, con áreas en las que se detectan daños irreversibles para los cultivos de trigo y cebada (ver mapa).
Un informe de la consultora AZ-Group indica que en Córdoba, Santa Fe, norte y oeste de Buenos Aires y noreste de La Pampa los trigos enfrentan una condición de sequía severa, y solo el este y sur bonaerenses tienen una condición levemente mejor, aunque con problemas. Las provincias del noroeste y del noreste argentino también están mal de agua, lo mismo que San Luis.
En detalle, en los grupos asesorados por la consultora en Marcos Juárez (Córdoba), los productores observaron mal estado de los cultivos durante el invierno y principios de la primavera, con heladas tardías durante octubre, que generan expectativas de bajos rindes. Por su parte, indican que, en Río Cuarto, los únicos trigos en buenas condiciones son los que están bajo riego. En Venado Tuerto y Rufino (Santa Fe) hay perspectivas de rindes flojos, con productores que temen no llegar a cumplir con los contratos entrega. Al recorrer las rutas se ve hacienda en los lotes de trigo en peores condiciones. Solo los potreros de siembra temprana y con suficiente barbecho pudieron escapar de la situación de severo estrés.
En el norte de Buenos Aires se estima una reducción de rindes de trigo del 20 al 40% por lo menos, con algunos productores de Junín y Rojas que tomaron la decisión de quemarlo para no consumir humedad y hacer barbecho para que una próxima siembra de soja arranque en buenas condiciones. El estado de los cultivos podría empeorar si sobreviene el calor propio de esta época. Las arvejas están secándose en San Pedro y hay cultivos de cebada que se están pastoreando.
En la región triguera sur también se estiman reducciones de rendimiento respecto de los valores históricos. Según la consultora, hace 15 días, en González Chaves, se consideraba que los trigos estaban muy justos de humedad, con exigencia de lluvias inmediatas, que servirían también para implantar el girasol, cuya siembra no se pudo iniciar.
En General Madariaga, los productores esperan media cosecha, a pesar de haber recibido algunas lluvias de bajo caudal en los últimos días. En Lobería, las cebadas están un poco mejor que en otras zonas, pero han sufrido varias heladas durante las últimas semanas.
En el noreste de La Pampa, la agricultura está pasando por un mal momento; hacia el oeste hubo algo más de lluvia, pero los pocos trigos sembrados están atrasados.
Las provincias del NOA y del NEA recibieron poca humedad durante el otoño-invierno por el régimen estacional y los trigos muestran mal desarrollo. En Tucumán llovieron entre 30 y 60mm en septiembre, pero los trigos y garbanzos ya estaban con un ciclo muy avanzado y llegaron tarde. Además, los cultivos sufrieron heladas. El rinde esperado de trigo en esa provincia es 1200-1500kg/ha.
Cosecha o pastoreo
Entre los productores hay muchas dudas respecto de los próximos pasos con los cultivos de invierno. La reducción del rendimiento promedio nacional impactó sobre los precios del trigo disponible y para la época de cosecha, que cotizan a 357 y 344US$/t, respectivamente, muy por encima de los valores ofrecidos al momento de siembra.
A partir de esa realidad, se presentan por lo menos dos situaciones:
- Mantener los cultivos para cosecha del grano. Sería la recomendación para quienes tienen los cultivos en estado de hoja bandera o más avanzados y no habían tomado compromisos de entrega con precio cierto que hasta ahora. Con perspectivas de media cosecha o algo más, pueden aprovechar los aumentos de precios generados por la escasez. Se esperaría que el incremento de precios compense la reducción de rindes.
- Comenzar a hacer las cuentas del resultado económico del pastoreo en los peores lotes. Sería el caso de quienes esperan rindes bajos –por ejemplo 10qq/ha de trigo- y tienen muy afectada la cadena forrajera en un campo mixto.
En ese cálculo, deberían considerar cuál puede ser el precio de la carne en los próximos meses, la eficiencia de cosecha y de conversión de los novillos con el pastoreo directo o con corte y suministro con mixer, los precios locales que se pueden obtener por el trigo, los pronósticos meteorológicos para la zona, etc.
El informe indica que “seguramente habrá otras variantes no consideradas en este análisis preliminar, que cada productor debería considerar con su asesor técnico, sin dejar pasar mucho tiempo más”.
El trabajo revela que “para quienes no puedan cosechar grano u obtengan rindes muy bajos, el impacto económico será muy serio”. “La campaña 2022/23 se sembró con rindes de indiferencia muy altos –del orden de 32-35qq/ha- por el incremento de los fertilizantes y de los arrendamientos, con una expectativa de rinde 45-50qq/ha”, afirma Matías Amorosi, analista de mercados de la consultora.
“Para muchos, el tema va ser cómo como financiar el bache de ingresos de enero-febrero, época con muchos vencimientos. El faltante de dólares va a tener que ser compensado con ventas de granos gruesos 2021/22 que estén en stock o con endeudamiento. Algún agroquímico que no se aplicó al trigo podrá pasarse a soja o al maíz, pero a fin de año va a haber un quebranto muy importante para los productores y para el país”, concluye Amorosi.
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