Desde nuestra nota del 5 de diciembre las cotizaciones de la soja en Chicago aumentaron más de 50 dólares por tonelada. Y, en nuestra opinión, la historia continuará. Los números no cierran. El termómetro de los precios en dicha plaza es la relación stock/consumo en EE.UU. (reservas), que va camino a ubicarse en niveles similares (o incluso peores) a los que generaron la explosión de precios en 2012.
La voracidad china fue la gran responsable del rally de precios verificado en el período agosto/diciembre. No es habitual que algo así ocurra en ese período. Obviamente, la debilidad del dólar y el accionar especulativo de los fondos de inversión también tuvieron su cuota de responsabilidad.
La pregunta del millón: ¿cómo sigue esto? La respuesta: muy bien (en materia de precios). Es altamente probable que las cotizaciones en Chicago continúen firmes aunque, por supuesto, con volatilidad.
Mientras la plaza continúa asombrada por la demanda externa de soja y de maíz sobre stocks que ya van sufriendo ajustes preocupantes en EE.UU., comenzó la cosecha de soja en Brasil. Como dijimos muchas veces, no es aconsejable jugarle en contra a Brasil en esa materia. Es muy poco probable que en el vecino país se verifique un fracaso productivo en soja. Es otro patrón climático y los rindes que se van reportando por el momento son buenos. Aun así, los guarismos proyectados por el USDA para la Argentina suenan extremadamente optimistas.
Así las cosas, el aporte sudamericano no va a poder compensar los ajustados números que se proyectan para EE.UU. en el nuevo ciclo. Los estadounidenses deberán, indefectiblemente, racionar la demanda externa. Tienen dos opciones: la "gran Moreno" (usar Roe's y cerrar las exportaciones) o subir los precios.
Del lado de la demanda la novedad del nuevo acuerdo de libre comercio entre China y los miembros de Grupo Asean (10 países del sudeste asiático), con el agregado de Japón, Corea del Sur, Australia y de Nueva Zelanda, es muy interesante para un país naturalmente excedentario en productos agrícolas como el nuestro. El nuevo y más grande TLC del mundo denominado RCEP, por sus siglas en inglés, y que representaría el 30% del PBI mundial, implica una baja de aranceles significativas entre ellos que derivará sin dudas en un mayor poder adquisitivo de sus poblaciones y mejoras en los hábitos de consumo.
En el plano local es donde el panorama se complica. El clima este año es una seria amenaza para la productividad de la cosecha gruesa (ya generó ajustes en la fina) y los mensajes del Poder Ejecutivo no son alentadores. "Recurrir a cepos y cupos de exportación para alinear precios de alimentos es un hito de valentía institucional", expresó la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el viernes 18.
Tener en cuenta que efectivizar ventas forward y/o comprar puts actúan como protección ante eventuales y viejas prácticas disruptivas de la producción provechosa para el país. Gracias a los que nos acompañaron durante el difícil 2020. Feliz año nuevo.
El autor es presidente de Nóvitas SA
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