El gasto necesario de los productores para siembra, pulverización e insumos se ubicó en US$10.000 millones; impacto de la menor superficie sembrada y de la baja de los costos por hectárea
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Por la menor superficie a causa de la sequía y un inferior costo por hectárea, el campo invirtió para la siembra de la campaña actual US$1600 millones menos versus el ciclo agrícola anterior.
El dato se desprende de un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que considera todo lo necesario hasta antes de la cosecha en materia de insumos y labores para soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sorgo.
Según el reporte, se gastaron 11.600 millones de dólares en el ciclo 2019/2020. En tanto, se ubicó en un nivel de US$10.000 millones en la última campaña, 2020/2021. En 2019/2020 se había registrado la mayor inversión en cinco años.
“La menor superficie sembrada respecto al año anterior a causa del déficit de humedad y una caída del costo en dólares por hectárea redunda en una menor necesidad de financiamiento para siembra, pulverización e insumos en la nueva campaña”, dice el trabajo.
“El monto invertido para la producción en la campaña 2019/20 supuso el máximo desembolso del último lustro, cuando la inversión estimada ascendió a 11.600 millones de dólares, 10% por encima del máximo anterior. En la campaña 2020/21 este monto sufrió una merma estimada del 14%, a un valor aproximado de 10.000 millones de dólares ante la caída en la superficie sembrada por el faltante de humedad en el suelo, por un lado, y el menor valor en dólares de los insumos y servicios relevados, por el otro”, apuntó.
De acuerdo al estudio que hicieron Federico Di Yenno, Alberto Lugones y Emilce Terre, integrantes de la BCR, de 2019/2020 a 2020/2021 la superficie cayó de poco más de 34,5 millones de hectáreas a algo más de 33,5 millones de hectáreas. Por otra parte, la inversión promedio por hectárea, considerando los distintos cultivos, retrocedió de entre 330 y 340 dólares por hectárea a menos de 300 dólares por hectárea.
Para la BCR, las variaciones de superficie en los distintos cultivos tuvieron un efecto sobre el nivel de inversión. “Uno de los principales puntos a destacar es la caída en la superficie sembrada de soja, pasando de 20,5 M ha en la campaña 2015/16 a 16,9 M ha en la campaña 2020/21. Incluso, dentro de esta caída, se da una variación muy importante en la participación relativa de la soja de primera y de segunda. En efecto, la soja de segunda ganó un terreno muy significativo de la mano del crecimiento en las siembras de cereales de invierno, aumentando la superficie casi un 40% desde el inicio del período considerado. Lo que antes era un 80% de soja de primera y un 20% de soja de segunda, hoy se encuentra próximo a un 70% y 30% respectivamente. Esta modificación impacta considerablemente en el global de los costos, puesto que la inversión por hectárea de la soja de segunda es un 24% menor que la soja de primera”, explicó.
En este contexto, la entidad también analizó el impacto del maíz y el trigo, con un aumento de área en los últimos años de casi el 40% para el primero y del 60% para el segundo. Son cultivos con mayor inversión a la soja.
“Todo esto resulta en una menor participación de la soja dentro de los costos nacionales de siembra y un incremento del maíz y del trigo”, afirmó.
“Los principales beneficios de costos se dieron para la siembra de trigo y para la soja de primera, con valores en dólares que cayeron un 16,2% y un 14%, respectivamente. Los granos que tuvieron caídas en sus costos representan 93% del territorio total sembrado”, indicó.
Por la sequía, esta semana la BCR redujo su previsión de cosecha nacional de soja de 49 millones de toneladas a 45 millones de toneladas. Implica una pérdida productiva de US$1320 millones.
No obstante, hoy la entidad publicó un análisis más amplio. Así, señaló que, para el complejo soja (harina, aceite y poroto), la baja potencial de ventas al exterior sería de US$2262 millones.
“El crushing de soja perdería 1,5 millones de toneladas respecto de lo proyectado el mes anterior, a 37,5 Mt, en tanto que la exportación de poroto cedería un volumen similar hasta 5,5 Mt. El restante millón de toneladas se perdería en las reservas productivas, por lo que el nivel de inventarios al final del ciclo caería en medio millón de toneladas con respecto a la campaña actúa”, expresó.
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