Se trata de la Cooperativa Nuevo Amanecer, opera en la zona de Tandil y Mar del Plata; piden ayuda del Estado
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Otra vez en problemas. La Cooperativa Nuevo Amanecer, con planta de producción en Tandil y Mar del Plata, dejó de recibir leche hace una semana por acumular una deuda cercana a los $600 millones. La empresa había sufrido una crisis con sus anteriores dueños, pero en 2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner, los empleados se quedaron con las dos fábricas. Ahora, esperan un nuevo gesto del Estado antes de “cerrar”, una vez más, “las persianas”.
La empresa elabora leches, yogures, quesos, dulces y postres y le debe a los tamberos $300 millones, la mitad de la deuda contraída. Durante la pandemia, la empresa encabezó una acción de leche solidaria con la ayuda de tamberos y organizaciones sociales. La semana pasada, en medio del conflicto, se realizó una asamblea para elegir nuevas autoridades en la firma.
Lorena Sarrini es la nueva presidenta de la cooperativa y busca, desesperada, una solución por los 100 puestos de trabajo en las dos plantas y cancelar la deuda que dejó la administración anterior. “Hoy necesitamos ayuda económica de donde sea para cumplir con los tambos. Necesitamos que nos vuelvan a entregar leche para volver a comenzar la cadena productiva, y a generar el dinero para ir pagando todo lo que se les debe. Con los bancos también está complicada la situación, tampoco tenemos créditos ni nada que nos puedan otorgar. Hoy es plata para que los tambos nos den leche y después nosotros vemos cómo arrancamos. El tema es arrancar nuevamente con la cantidad de litros que necesitamos”, dijo en diálogo con LA NACION.
Según había consignado en su momento la agencia Télam, El Amanecer fue fundada en 1939 por los hermanos Germán, Juan y José de Vega, y desde la década del 60 funcionó como una sociedad anónima. En 2008 pasó a manos del Grupo Santa Bárbara, hasta febrero de 2010, cuando los empresarios abandonaron la firma. En 2010 la empresa Milita se hizo cargo de la situación, pero dos años después volvieron a tener incumplimientos de pagos. Ese mismo año, 2012, con la ayuda de la entonces presidenta Cristina Kirchner, los trabajadores se quedaron con la planta de Mar del Plata y Tandil. “El Estado nacional ha participado muy fuertemente” en la recuperación a través del Ministerio de Desarrollo Social”, citó ese medio.
No obstante, el escenario vuelve a repetirse. La semana pasada renunció el antiguo presidente, Fabio Pandiani, y parte del consejo que lo acompañó en este tiempo. “Estamos en una situación económica y financiera muy complicada. Nos encontramos con muchas deudas: cheques rechazados de los proveedores, servicios y tambos. Obviamente que los tamberos no nos entregan leche, porque necesitan cubrir esa deuda y es entendible, pero nosotros al no recibir leche no podemos hacer materia prima, y al no tener materia prima no podemos vender”, relató la directiva.
“No entra nada de plata. No podemos pagar a los compañeros, a los tambos, a los proveedores. Nada. O sea, si no tenemos una ayuda económica hacia los tambos, mínimamente hacia ellos y que nos puedan entregar leche nuevamente para poder arrancar otra vez la producción, no podemos... Tenemos que cerrar nuevamente las persianas”, lanzó.
La deuda ronda los $600 millones, aunque la encargada de la administración aclaró que no se ha determinado a ciencia cierta el monto total, ya que lo determinarían a través de una auditoria posterior. “Nosotros pedimos [plata], para poder arrancar, la deuda de los tambos que es de $300 millones para que ellos vuelvan a confiar y nos vuelvan a mandar leche”, explicó.
La fábrica de Tandil la cerraron hace una semana a raíz de esta situación. Allí la capacidad de producción es de 50.000 litros de leche. “Nos están entregando un par de tambos, pero son chiquitos. No podemos hacer nada y necesitamos, incluso, poder pagar hasta la boleta del gas de Tandil que ronda más de $3 millones. En Mar del Plata necesitamos entre 30.000 y 40.000 litros diarios para poner en funcionamiento la planta. Hoy recibimos día de por medio 4000 litros, es nada”, dimensionó.
Hoy, comentó, pudieron hacer algo de yogur, pero lo que necesitan es leche fluida para poder abastecer a los comedores y escuelas. “Desde hace un tiempo nos decían que estábamos complicados económicamente, pero no teníamos acceso directo a la información; ahora nos damos cuenta de que la situación es más terrible, más complicada”, advirtió.
Nuevo Amanecer consiguió la matrícula provisora provista por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) en 2014 para operar. Hasta antes de la asamblea tenía 120 empleados, tras ese proceso comenzó a recibir una fila de renuncias y quedaron 100 que esperan una solución. “Se vieron en la situación de que estamos sin cobrar o llevándonos algo mínimo por semana. No se puede vivir con eso, y muchos compañeros están dejando y otros tantos vienen por menos horas, además que al no haber leche no hay nada para producir ni vender”, explicó.
La esperanza ahora es hallar de nuevo una solución en el Estado nacional o provincial. Según confirmó la presidenta, anteriormente han recibido ayudas y subsidios desde el Gobierno para atravesar diferentes situaciones. “Hemos recibido varios subsidios del Estado, nos han ayudado siempre y esta semana quedaron de que nos atendían. Nosotros estamos con tantos problemas económicos que todo lo necesitamos para ayer”, avisó.
El enojo de productores
El presidente de la Unión de Productores de Leche Cuenca Mar y Sierras, Juan De Pian, comentó que actualmente hay 17 productores afectados por el crítico panorama de Nuevo Amanecer. En su caso dejó de entregarles los 8000 litros que produce por día el pasado 8 de marzo, pero desde el 15 de febrero estaba recibiendo cheques sin fondos. Los productores piden que les expliquen de qué forma les van a pagar la deuda.
“A nosotros nos están pidiendo por favor leche, porque sin eso no pueden hacer nada ni pagar lo que nos deben, pero a través de la Cuenca les pedimos que nos hagan una propuesta sobre cómo nos van a pagar; la deuda la reconocen, pero no queremos subsanar el momento con más leche. Pasan los días y no hay una respuesta. No hay posibilidad de acercar leche y cada día que pasa va a ser peor”, dijo.
El presidente de la Cuenca aseveró que tanto él como el resto de los tamberos tuvieron que destinar su producción a distintas industrias de la zona. “La cooperativa dice que hay 100 personas que no saben de qué van a vivir, pero nosotros desde la producción lo que podemos decir es que hay un estudio de FADA, que de cada 8 vacas hay una persona directa o indirectamente involucrada, o sea que hay casi 500 personas que dependen de esa leche y que ahora se va a otro lugar, porque no queda en la zona y que va a tener problemas financieros”, advirtió.
El impacto en los productores en este momento es directo. “Esto a nosotros nos pega súper mal, hay algunos colegas que están desesperados que dicen que si no cobran se funden. Algunos, dependiendo su escala y sus recursos, podrán aguantarlo de otra manera y la gran mayoría asumiendo que perderán capital y que habrá que ir a buscar créditos a los bancos a tasas altas”, enumeró. Este último recurso advirtió es porque a partir de los cheques sin fondos no tienen dinero para adquirir el alimento balanceado para los animales, entre otros insumos.
“Estuvimos durmiendo con el enemigo sin darnos cuenta. Hay una administración que sale sin dar explicaciones, más que ellos tenían la solución y que los que ahora quedaron en el consejo no la querían. La que entra dice que se encontraron con un problema siendo que las dos facciones, hasta hace unos días, estaban juntas. Ellos creen que alguien los tiene que ayudar y no se están haciendo cargo de una situación que ellos mismos generaron”, narró.
Desde el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires confirmaron a LA NACION que este jueves se van a reunir con las nuevas autoridades de Nuevo Amanecer para armar una mesa de trabajo entre ambas partes.
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