Según fuentes del sector vinculadas con el negocio de la cuota Hilton, de alto valor comercial, quedarán sin colocar en ese mercado poco más de 3500 toneladas; las causas
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La Argentina incumplirá el ciclo 2023/2024 de la Cuota Hilton, que concluye a fin de mes y es de cortes de alto valor comercial a Europa con hacienda criada a pasto, y se perderá de tener US$38.255.120,3, según fuentes del sector privado consultadas por LA NACION. Ocurre en medio de restricciones de cupos que han enfrentado las empresas en la gestión anterior, menor oferta de novillos para ese mercado y últimamente mayores costos. De 29.389 toneladas autorizadas, quedarán sin embarcar 3538 toneladas.
Hasta mayo pasado la Argentina registró 25.851,57 toneladas de la Cuota Hilton por US$279.523.589,68, libres de aranceles. Alcanzó el 87,96% del total. La Hilton es un contingente arancelario de carne vacuna sin hueso de alta calidad que la Unión Europea otorga a países productores y exportadores de carnes.
De acuerdo con los expertos consultados, no hay una penalidad de parte de Europa contra la Argentina por no cumplir con el cupo, pero el país “pierde de hacer un negocio” en el exterior y generar divisas. No obstante, sí está el riesgo en la industria sobre la quita de los cupos por año que se les otorga a cada una por parte del gobierno nacional antes de cada periodo.
La cuota la distribuye la Secretaría de Bioeconomía [antes Agricultura] que, a su vez, se queda con 1500 toneladas por cualquier margen que pueda ocurrir. Este cupo se otorga con ciertos criterios basados en el historial de exportación de los frigoríficos a todos los países del mundo, no solo Europa; el desempeño de las empresas sobre los envíos y embarques al Viejo Continente. En función de ese past performance se reparte. Cada empresa tiene un número determinado de toneladas para producirlas entre el 1 de julio y el 30 de junio de cada año. Ya está abierta la resolución del concurso para el próximo año comercial.
En la industria recordaron que el gobierno kirchnerista puso el tope que indica que ningún grupo empresario puede tener más del 10%, por más su historial y past performance lo avalen. A medida que pasa el año comercial se realizan controles: el último fue en febrero, cuando los exportadores tuvieron que demostrar tener las cuotas cumplidas o alcanzar un 60% de los registros.
“Si no se cumple con la cuota, se debe informar en qué cantidad no se va a cumplir para que el Gobierno la trate de repartir. Si no lo informás el Gobierno te penaliza para la próxima cuota y te saca parte del porcentaje. A veces el negocio está bien y a veces está mal”, precisó un empresario del sector. El historial de incumplimientos a Europa es largo: en los últimos 10 años en solo tres o cuatro años se llegó a la meta, dijeron.
“El negocio de la exportación no está muy bien. Hay una suerte de tope de límite que nos ponen y sería lógico si faltara para todo el mundo, pero los frigoríficos que sí la pueden seguir trabajando no la pueden hacer”, contó la misma fuente. El Gobierno anterior, en un intento por equiparar a las empresas chicas de las grandes, fijó ese límite. Los barcos ya zarparon y los envíos aéreos para tratar de cubrir lo que falta son muy costosos.
“No es el plan, dado que los costos altos no le convienen a la industria. Los frigoríficos que la pueden cumplir ya no tienen margen para poder hacer envíos. La Argentina está perdiendo esos ingresos”, acotó. El Consorcio ABC había pedido que se ampliara el cupo a un 15% -similar al que estuvo en la época de Guillermo Moreno-, pero en la última gestión ese porcentaje volvió a 10%.
El gobierno nacional le da la certificación a los exportadores que valida la Cuota Hilton. Mientras el rump and loin para Hilton [formado por los bifes angostos, el lomo y el cuadril] vale US$14.700 la tonelada, uno no Hilton cotiza US$11.700.
Más allá de la conveniencia económica de algunos frigoríficos que eligen no utilizar toda la cuota, el sector también tiene menos cantidad de novillos a pasto, según explicaron. “Es difícil cumplir la cuota y a veces es difícil conseguir los animales. Muchos campos fueron dados de baja por el Senasa y si se consiguen los animales hay un límite de cupo para los exportadores”, completaron.
“Esto es el resultado de la liquidación del año pasado y la sequía que interrumpió la recría: es el proceso por el cual desde el destete hasta el momento en que entran en el proceso de engorde final le agregan los 100 o 150 kilos a pasto. Eso se interrumpió por la falta de forraje, generada por la falta de agua, esos animales que iban a ser novillos, terminaron siendo faenados como novillitos o terneros”, dijo Víctor Tonelli, consultor del mercado ganadero.
Este año va a haber una caída en la oferta de novillos que se sumó a los motivos de la falta de materia prima para cumplir la Cuota Hilton. Tonelli dijo que “colateralmente, [se sumó] a las restricciones a las exportaciones que impulsó el Gobierno anterior con todo lo que significó los siete cortes [que no se podían exportar] que quitaron estímulo a la producción de animal pesado con destino a la exportación”.
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