Paulo Garollo, especialista en el manejo de la chicharrita, que esta campaña impactó sobre el cultivo de maíz en la Argentina, dio recomendaciones que fueron seguidas con gran atención en el último Congreso Maizar
- 7 minutos de lectura'
En las últimas décadas, Brasil ha enfrentado varios brotes de chicharrita, también conocida allí como cigarrinha. Sin embargo, esto no ha impedido que se mantenga como el segundo mayor productor mundial de maíz. El interés en esta experiencia y la oportunidad de aprender sobre cómo el país vecino ha manejado esta plaga quedó evidenciado en el último Congreso Maizar, donde una de las charlas más concurridas fue la del investigador especializado en cultivo de maíz de Fitolab Brasil, Paulo Garollo. Ante un auditorio completamente lleno, Garollo compartió las estrategias utilizadas para controlar el insecto.
En lo que aparentó ser un intento por tranquilizar al público, especialmente tras los estragos causados por esta plaga en la última campaña argentina, Garollo aclaró que, en todas las regiones donde la chicharrita hizo su aparición inicial, el daño fue considerable. Sin embargo, destacó que esto no detuvo el avance de la producción de maíz en Brasil: “En 2021 plantamos cerca de 21 millones de hectáreas de maíz. No detuvimos el cultivo, al contrario, avanzamos, mediante un trabajo conjunto de acciones de manejo para controlar la población y asegurar la viabilidad del cultivo. No podemos permitirnos dejar de plantar maíz”.
Los primeros brotes de chicharrita con daño económico se dieron en la región baja del centro de Brasil en 1995. Explicó que una buena práctica de manejo requiere armar una estrategia considerando cuatro factores: la plaga, el ambiente (“campo de batalla”), las herramientas (“armas”) y la planta y su fenología. El especialista explicó que “la chicharrita busca siempre las plantas más jóvenes y las partes más jóvenes de la planta, entonces siempre está migrando”. Además, las ninfas viven debajo de las hojas, no es tan fácil matarlas, y es preciso hacerlo.
Señaló que “se necesita tener el ambiente a la vista, cuándo vamos a hacer el manejo”. Hay que tener en cuenta los factores abióticos a los que quedarán expuestos los productos que se apliquen: lluvias, radiación luminosa, temperatura y presión de vapor de agua. “Si sé que esta plaga es migratoria, necesito un producto que dure más tiempo, porque todos los días llegarán chicharritas”, detalló. El mejor producto será el que tenga las características físico-químicas más adecuadas para un ambiente, dijo Garollo, “pero precisamos conocer mejor los productos, cómo actúan, para poder escoger el más adecuado para cada momento”. Si los defensivos se aplican cuando la planta inicia su desarrollo, y en las regiones más cálidas hay una nueva hoja cada 3 o 4 días, no servirán para esas nuevas hojas, que son las que prefiere la plaga”, ilustró.
La chicharrita es muy sensible a la temperatura, que interfiere mucho en su biología. Con menos de 20 °C sus huevos no eclosionan. Por eso, las temperaturas bajas reducen fuertemente la población de la plaga. En cambio, en un año con temperaturas de entre 26 y 39 °C puede haber hasta 6 generaciones de chicharritas, porque sus ciclos se acortan: “Años más cálidos podemos llegar a ver 190.000 millones de chicharritas en un año”, explicó.
En cuanto a las ninfas de la chicharrita, el experto señaló que hacen cinco cambios de piel hasta ser adultas, y están en las hojas nuevas. “Es preciso revisar mucho”, indicó. Y remarcó por qué los químicos que matan a las chicharritas no son efectivos con las ninfas: “Cuando el adulto pica la hoja para alimentarse del floema, pasa a través del xilema, que es por donde pasan los líquidos y también los químicos”. Así, si hay insecticida, se contamina. Sin embargo, las ninfas de la chicharrita están en una posición distinta, debajo de las hojas: tienen los vasos de alimentación cerca, entonces, al no atravesar el xilema, el insecticida no las mata.
¿Cómo se matan? Por vapor o por translocación translaminar: algunos insecticidas tienen capacidad de circular por los espacios de las células y depositarse debajo de la hoja, señaló. De todos modos, insistió: “No es solo el producto, no se engañen: es preciso saber para hacer una buena estrategia de manejo”, recalcó.
Desde su experiencia en Brasil, el especialista brindó recomendaciones de manejo. Dijo que es “importantísimo” eliminar los maíces guachos, porque en ellos se desarrolla la chicharrita, y porque los agentes causantes de las enfermedades solo sobreviven en plantas vivas de maíz. “Al eliminar los guachos, tenemos altas chances de disminuir el potencial infectivo de la plaga”.
Es indispensable el tratamiento de las semillas, especialmente con el grupo químico de los neonicotinoides, que son los más eficientes en el control inicial de la chicharrita. En este aspecto, el experto contó que presentaron un trabajo en Estados Unidos en el que identificaron eficiencia de manejo por tratamiento de semillas de hasta 88%: “Pero un 88% de eficiencia en una población de 10.000 individuos, deja un resto de 1200, y en una de 100.000 individuos, deja 12.000: este es el problema, ya que no sabemos cuál es la población inicial”. Por eso, dijo, el tratamiento de semillas es indispensable, “pero apenas el maíz empieza a nacer y tener hojas, inmediatamente hay que hacer una primera aplicación con defensivos, para corregir ese resto que quedó”.
En cuanto a los híbridos, Garollo indicó que “la tendencia del mercado es tener híbridos tolerantes o moderadamente tolerantes; estamos trabajando fuertemente, pero todavía hay ciertas dificultades”. Sin embargo, enfatizó: “Ni plantando un híbrido de alta tolerancia podemos olvidarnos de la chicharrita. No. Tenemos que hacer el trabajo de manejo hasta por lo menos 6 a 8 hojas. Híbridos tolerantes sin manejo terminan perdiendo 30 a 40% de los rindes. No se puede usar una sola herramienta, es un conjunto de buenas prácticas de manejo que va a llevar al éxito”.
En consecuencia, recomendó comenzar las aplicaciones desde el inicio del desarrollo de la planta en el área total, “apenas abrió una hojita”. Respecto del lapso entre una y otra, indicó que en la mayoría de los insecticidas disponibles y registrados, se debería esperar una semana.
Precisó que entre tres y cuatro días después de la aplicación en el área total se puede hacer una aplicación de borde, porque la primera migración de la chicharrita es en el borde y se queda por lo menos 12 horas.
En cuanto a los productos, aconsejó trabajar en las primeras aplicaciones preferentemente con productos de contacto (de VE o V1 hasta 4 hojas), porque las chicharritas son adultas, no hay ninfas. “Los neonicotinoides, que son sistémicos (vascular y translaminar), tenemos que resguardarlos para aplicar cuando tenemos ninfas”, indicó. “Existe límite de uso de productos químicos, y deberíamos respetar las indicaciones”, agregó.
Los biológicos son muy importantes dentro del sistema, pero siempre como complementarios a los químicos, nunca solos, remarcó. Entre ellos, hongos (beauveria bassiana, isaria fumosorosea), y se está comenzando el uso de bacterias (pseudomona fluorescens y pseudomona chlororaphis).
Garollo mostró los grupos químicos y principios activos de defensivos de contacto disponibles en Brasil. Y dijo que los de primera elección son los de baja solubilidad en agua, no volátiles y lipofílicos, que duran más tiempo hasta descomponerse. En cuanto a las innovaciones que apuntan a lo central, quebrar el ciclo de la plaga destruyendo a las ninfas, se refirió a dos productos: la buprofesina y un triterpenoide tipo limonoide que es una esencia de aceite de Neem bioactivada. “Son también complementarios de los químicos, actúan en las ninfas como inhibidores de crecimiento, y también infertilizando a las hembras”, contó.
“No dejamos de plantar maíz, continuamos mejorando los procesos de manejo. Sería muy triste que una nación deje de hacer este cereal tan importante”, dijo.
Otras noticias de Actualidad
- 1
Nuevas tecnologías: un fondo del agro juntó US$2,8 millones e invirtió en 10 empresas
- 2
“Moderna y equilibrada”. Beneplácito en el agro de Entre Ríos por la nueva ley de aplicaciones de fitosanitarios
- 3
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos
- 4
Premio: un reconocido toro Angus argentino se coronó subcampeón del mundo