Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la región núcleo el margen neto se sitúa en US$72 por hectárea para un establecimiento propio y pasa a -US$90 por hectárea para tierras alquiladas
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Falta menos de un mes para que las sembradoras ingresen a los lotes de la región agrícola núcleo para dar inicio a la siembra del trigo. A pesar de que esta es una campaña que comienza con condiciones agronómicas completamente diferentes a las del año pasado, los números son muy ajustados para el cereal e, incluso, para quienes alquilan campo son negativos.
Según advirtió la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en esta campaña el margen neto [después de impuestos] se sitúa en US$72 por hectárea para campos propios, mientras que para aquellos bajo alquiler los márgenes son negativos, alcanzando los -US$90 por hectárea. En los campos arrendados se necesitan al menos 44,6 quintales por hectárea para comenzar a obtener una rentabilidad positiva, una cifra que disminuyó desde los 52 quintales por hectárea necesarios hace apenas un mes. Por otro lado, en los campos propios, el rendimiento de indiferencia retrocedió de 39 a 36,3 quintales por hectárea.
Los insumos representan el mayor costo en ambas situaciones, totalizando 18,3 quintales por hectárea, de los cuales 10 quintales por hectárea corresponden a fertilizantes. En el caso de los campos alquilados, se suma el costo del arrendamiento, que equivale a 10 quintales de trigo por hectárea.
La BCR aclaró que las últimas semanas bajó el precio de la urea, dando un “respiro”: pasó de US$750 a 630 dólares por tonelada. Además, esto fue acompañado por un alza en el precio del trigo: de US$180 a US$197 en comparación al ultimo informe que había realizado la BCR el 29 de febrero pasado.
La entidad hizo una comparación de la situación actual respecto a los márgenes de la precampaña récord 2021/22 que dejó 23 millones de toneladas. En aquel entonces los márgenes para campos propios eran US$134 por hectárea más altos que en la actualidad, mientras que para campos alquilados eran US$169 por hectárea superiores. Además, el precio del trigo era de 216 dólares por tonelada, en comparación con los 197 dólares por tonelada actuales, y el alquiler se estimaba en 16 quintales de soja por hectárea, en contraste con los 18 quintales por hectárea de ahora.
En cuanto a la tecnología aplicada, la BCR prevé que sea “sensiblemente menor” en comparación con la campaña récord del trigo en 2021, debido al deterioro en la relación entre el precio de la urea y el trigo.
“En mayo de 2021 el precio del trigo estaba en US$216 por tonelada y la urea presentaba uno de los precios más bajos en 550 dólares, por lo que la relación urea/trigo era de 2,5. Las buenas reservas de agua del suelo terminaban de armar un combo perfecto para lanzarse a una gran apuesta por la aplicación de alta tecnología. Los resultados se dieron: la región núcleo alcanzó un nuevo récord con un rinde promedio de 47,3 qq/ha. En esta campaña, el precio de la urea está US$80 más alto (630 dólares), por lo que la relación urea/trigo es de 3,2″, detalló.
En cuanto a las condiciones del suelo, la entidad señala que en comparación con la campaña récord del trigo, las condiciones han disminuido significativamente. En Santa Fe, el porcentaje de áreas óptimas ha caído del 80% al 40%, mientras que en Córdoba ha pasado del 70% al 40%. En el oeste de la región, la situación es aún más preocupante, con déficits de lluvia de entre 80 y 120 mm para alcanzar niveles óptimos.
La BCR aclaró: “Hay que tener en cuenta que en el ciclo 2021 se transitaba la primera Niña, por lo que aún había reservas de agua en niveles profundos del suelo (después del primer metro). En cambio en este 2024, recién ahora empieza a notarse un mejor contenido por el reciente exceso de lluvias en las napas de algunas zonas de la franja este de la región pampeana”
Según dijo, para la región núcleo los ingenieros sostienen: “En el este se va a hacer trigo, más si mejorase el excel. Pero por lo que se proyecta en clima también consideramos una soja de segunda sin posibilidades productivas después del trigo. En el oeste la decisión es muy clara, el trigo va a caer en las rotaciones, este año se lo va a dejar de lado”.
En este escenario, la BCR alertó que el sector agrícola necesita un período de al menos 10 días sin lluvias para avanzar con las labores de siembra. Sin embargo, las previsiones indican que esto no será posible. A partir de la tarde o noche del sábado 6 de abril, se pronostican chaparrones y tormentas aisladas e intermitentes en la zona GEA. Se prevé que las condiciones mejoren en las primeras horas del domingo 7. “El Niño todavía se mantiene activo y este es un factor positivo para que las precipitaciones de los próximos treinta días, por lo menos, se encuadren dentro de las consideradas normales”, expresó el consultor Alfredo Elorriaga.
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