Según un análisis del consultor Néstor Roulet, a causa de la sequía, que ocasionaría menores rindes, el productor en cambio quedará empatado o tendrá un leve resultado
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CÓRDOBA.- El consultor Néstor Roulet estimó que, en la próxima campaña de soja (2022/23), con un rinde promedio de 28 quintales por hectárea y con un valor FOB de la tonelada calculado para marzo en US$510, el Estado en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal), se quedaría con US$723 por hectárea, mientras el productor en campo propio obtendría US$95,94 por hectárea.
Por supuesto, si la sequía que proyectan todos los expertos se cumple, los números cambiarán. Por ejemplo, la semana pasada la Bolsa de Comercio de Rosario planteó que, en la región núcleo, la cosecha de trigo sería casi 85% menor que en la campaña pasada y la más baja desde 2010. Habría importante caída de rendimientos y más de US$1500 millones de caída en los ingresos por exportaciones del cereal.
En el caso de la soja, Roulet calculó que, si por la sequía rinde 20% menos que en la campaña anterior y queda en 22 quintales por hectárea, el Estado se quedaría con alrededor de US$560 por hectárea, mientras que al productor “no le queda nada”. Los costos de producción y otros gastos se llevan el resto del negocio.
Describió que el productor invierte para ese caso US$542 por hectárea entre costos directos e indirectos (insumos, US$284,80; labores, US$82,50; seguro, US$22; asesoramientos, US$15; cosecha, US$51,32; fletes US$68,53 y comercialización, US$18,66).
Esos cálculos son sin contar el costo oportunidad de la tierra, que a un valor de US$12.000 por hectárea sería otros US$360/hectárea. Además, hay que agregar US$18,50 por gastos de puerto.
Volviendo a la situación de un rinde con 28 quintales, el trabajo también analizó cómo se reparten los dólares que entran al país por hectárea de soja: el Estado (nacional, provincial y municipal), terminará controlando 50,63% mientras que al productor en campo propio se llevará 6,73%.
Por ejemplo, en una explotación de 100 hectáreas, los Estados se llevarían US$72.302, el productor después de invertir y arriesgar, US$9594.
Impacto
Con un menor rinde que en la campaña anterior, el productor apenas tiene un resultado o “queda hecho” cuando se consideran los 22 quinales, “mientras el Estado se lleva el 50% de dólares que ingresan al país por una hectárea de soja”.
Cuando se extiende el planteo a nivel país -donde la intención de siembra es de 16,7 millones de hectáreas- el Estado obtendría la mitad de las divisas que ingresarían al país La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó que, por efecto de la sequía, el área sembrada con soja se incrementaría 2,5% en la próxima campaña -su cálculo es 16,7 millones de hectáreas es el que toma Roulet-. La cosecha sería de 48 millones de toneladas.
“Los números muestran lo distorsivas que son las retenciones porque mientras el productor pierde, el Estado sigue ganando”, dijo Roulet a LA NACION. La semana pasada, para que el presupuesto se aprobara en la Cámara de Diputados, el oficialismo retiró el artículo sobre retenciones. De acuerdo a lo que interpretan en la oposición, la concesión oficialista obedeció a que la bancada de izquierda, según trascendió, iba por la abstención, con lo cual el Frente de Todos no tenía los votos asegurados para mantener el artículo. Las entidades agropecuarias habían tenido una serie de reuniones con los legisladores para lograr ese objetivo.
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