Así lo expresó Sergio Fernández, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT); preocupación por las menores operaciones y optimismo para 2025
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En medio de la situación económica que se vive en el país y, entre otros factores, un panorama complicado que dejó la sequía de 2023, las empresas multinacionales de maquinaria agrícola que operan en el mercado local se encuentran con ventas que bajaron entre un 40 y un 50% con respecto a los volúmenes históricos y del 20 al 30% en unidades versus el último año. Para Sergio Fernández, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), en los 50 años de trayectoria de la organización este es uno de los “más desafiantes” para la industria, agravado por una fuerte presión impositiva que “penaliza” la fabricación y exportación.
“En estos 50 años hemos enfrentado muchos desafíos a nivel país y a nivel mundial. Hoy en día estamos otra vez en un desafío muy grande como asociación y como país. Estamos en un año en el que la industria realmente está muy decaída. Es uno de los años más bajos en volumen de venta de los últimos 20 años, con un 20 y un 30% menos de unidades que el año pasado y al mismo tiempo con una presión impositiva muy fuerte y distorsiva que obviamente complica y penaliza la fabricación y también la exportación”, mencionó el presidente durante su discurso en un almuerzo celebrando los 50 años de AFAT, evento que contó con la participación de funcionarios nacionales y representantes de las multinacionales.
Fernández destacó que esto se da en un contexto de incertidumbre que caracterizó el comienzo del año, debido al cambio de gobierno y las deudas pendientes por la sequía anterior, además de la preocupación por el tipo de cambio, el impuesto PAIS y los precios menos favorables de las commodities. “Con márgenes acotados e incertidumbre el productor pierde el ánimo de invertir en bienes de capital”, dijo.
Por otro lado habló los desafíos en la renovación del parque de maquinaria y la necesidad de fortalecer la industria: “Tenemos un parque ya rayando la obsolescencia. Vemos que hay un 70 a 80% de tractores que tiene más de 15 años y un mismo porcentaje de cosechadoras con más de 10 años y hoy en día la tecnología avanza en forma muy acelerada”.
“Una cosechadora nueva hoy tiene pérdidas de cosecha de casi un 15-20% menos que una de 20 años. Esto significa que todos esos granos que quedan en el campo, se podrían exportar teniendo esa tecnología o esa máquina nueva no obsoleta. Obviamente, renovar ese parque e incorporarle tecnología es otra parte del camino hacia una agricultura eficiente y sustentable para nuestro país”, agregó.
No obstante se mostró optimista sobre el futuro. En rigor, al momento de agradecerles a los funcionarios presentes, entre ellos Fernando Villela, secretario de Bioeconomía, y Esteban Marzorati, subsecretario de Comercio Exterior, por haber estado en el evento, también les manifestó: “Esto que estamos viviendo sabemos que se va a solucionar. Estamos en un año malo, pero de repente comenzando con todos ustedes nos sentimos muy bien tratados, muy bien recibidos, con una misma visión y con ánimo de solucionar los problemas. Y sabemos que así va a ser”.
Enfatizó la importancia estratégica de la Argentina en la seguridad alimentaria global: “Todos saben que en el año 2050 se van a necesitar un 40% más de alimentos en el mundo. Y no hay posibilidad, no hay recursos para producirlos en la forma en que lo estamos haciendo. Por eso tenemos que optimizar los recursos, tenemos que ser mucho más eficientes y nuestras empresas ven eso porque tienen estrategia a largo plazo”.
Agregó: “La Argentina necesita inversión en infraestructura, una mejora de la logística a nivel nacional, como por ejemplo bajar los costos internos de lo que es transportar la cosecha a los puertos, caminos viales, vías fluviales, vías férreas, inversión en riego, conectividad”.
En términos de innovación, destacó el compromiso de las empresas de AFAT con la tecnología: “Nosotros tenemos que seguir incorporando tecnología y ahí las empresas de AFAT vienen invirtiendo millones de dólares por día en investigación y desarrollo para desarrollar tecnología para hacer lo que conocemos como agricultura digital, entendiendo por ello agricultura de precisión gestionada por datos”.
En relación con los proveedores, destacó la importancia de elevar los estándares para competir a nivel global: “Tenemos muchos proveedores con mucho potencial, pero que todavía no alcanzan los estándares de calidad, de costo para exportar. Esto no se soluciona simplemente con una devaluación, un dólar más competitivo; hacen falta otras cosas, procesos, procedimientos, estándares, políticas para poder llegar a ser un proveedor de nivel mundial”.
Tal como manifestó ante los funcionarios, el presidente de AFAT aseguró en diálogo con este medio que para el año que viene son “optimistas”. En ese sentido indicó: “El próximo año, con una mayor previsibilidad en cuanto a la macroeconomía y una presión tributaria más acomodada y menos distorsiva, creo que las cosas se van a empezar a acomodar y que los valores de las industrias van a volver a ser similares o un poco superiores a los del año pasado”.
“La financiación está comenzando a ser más accesible con herramientas prometedoras, lo cual también será de gran ayuda para el próximo año”, agregó.
Concluyó: “Como el año que viene lo vemos en recuperación, entonces obviamente tenemos que bajar horas [de producción]. No podemos fabricar para stock porque es un costo aparte, y también estamos con algunas suspensiones de gente, pero no nos estamos desprendiendo porque vemos que viene una recuperación”.
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