La Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA), con gran acierto, incrementó el monto de facturación anual como parámetro para que una empresa se encuentre obligada a actuar como agente de retención y percepción de Ingresos Brutos, llevándolo de $40 millones a $110 millones.
Ahora bien, muchas pymes que habían superado los $40 millones de ventas se inscribieron y resulta que ahora quedarían nuevamente en la situación anterior, es decir no obligadas por no superar el monto establecido.
Si bien estas desprolijidades (idas y venidas en las disposicionesl) no debieran ocurrir, es cierto que a tantísimas empresas les "ayuda" no quedar obligadas a la inscripción mencionada. Pensemos que gran parte de ese universo de pymes no cuentan con una estructura administrativa que les permita realizar en tiempo y forma las percepciones y/o retenciones. Con lo cual en muchas ocasiones incurren en faltas que terminan costando intereses y sanciones. Es decir, dinero y preocupación en el contribuyente.
Por citar algún caso muy común en los pequeños y medianos productores (que son los que no poseen o poseen mínima estructura administrativa), cuando realizan pagos a sus proveedores de bienes y servicios debían calcular al momento del pago la retención que tenían que efectuar verificando la base de ARBA para determinar qué porcentaje aplicar a cada proveedor (ya que no a todos es el mismo porcentaje incluso cambiando en cada mes).
Una vez realizado esto, recién en ese momento el productor podía confeccionar el valor exacto del cheque a emitir ya deducida la retención.
Imaginemos sobre todo en el interior del país donde el productor no está acostumbrado a realizar por cuenta suya esta operatoria en cada pago.
Es un acierto el haber aumentado el monto de facturación anual que debe tener una pyme para quedar encuadrada como agente de recaudación, evitando de esta manera crearle mayores costos a las empresas y/o la incertidumbre de estar incumpliendo y de tener severas sanciones.
Por el otro lado, las empresas pymes que sufrían la retención por parte de una masa mayor de agentes (antes del aumento de la base) les ocasionaba en algunas oportunidades saldos a favor en el impuesto. Ahora, al existir menos agentes, muchas de sus ventas no sufrirán retenciones, por lo cual tendrán un pequeño desahogo financiero.
El autor es socio de Barrero & Larroudé
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