La Conab redujo de 160,18 a 155,27 millones de toneladas su cálculo de producción, pero lo mantuvo arriba de los 154,61 millones del ciclo 2022/2023; la posición marzo cayó en Chicago de 458,75 a 454,34 dólares y se mantuvo en el nivel más bajo desde diciembre de 2021
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Mientras en Mato Grosso pasó otro día con buenas lluvias sobre la mayor parte del principal Estado productor de granos de Brasil, en su informe mensual de estimaciones agrícola la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario brasileño, redujo hoy de 160,18 a 155,27 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la cosecha de soja 2023/2024, una cifra que, sin embargo, implicaría una nueva marca récord, al superar los 154,61 millones de la campaña 2022/2023.
Y si bien era difícil imaginar un recorte más profundo en la estimación oficial de Brasil, cuando las tareas de recolección recién avanzaron sobre el 0,6% de los 45,26 millones de hectáreas sembrados, las pizarras de la Bolsa de Chicago reaccionaron en modo bajista y acentuaron la debilidad de las cotizaciones de la soja, que se mantienen en lo más bajo desde principios de diciembre de 2021. En efecto, los ajustes de las posiciones marzo y mayo perdieron US$4,41 y 4,13 al terminar la rueda en 454,34 y en 458,38 dólares por tonelada.
“El mercado esperaba un recorte algo más significativo, dado que este número dado por la Conab quedó por encima de lo estimado por varias consultoras, entre ellas StoneX, donde auguramos una producción de soja de 152,80 millones de toneladas”, dijo a LA NACION João Pedro Lopes, analista de la filial Brasil de la firma estadounidense.
En virtud de la heterogeneidad de los cultivos, el especialista consideró que el organismo brasileño podría realizar nuevos ajustes en los próximos meses, cuando el avance de la cosecha haya brindado una visión más concreta de lo ocurrido con la problemática de base –el déficit hídrico en el centro-norte desde el arranque de la campaña– y con el impacto de las lluvias de se vienen dando desde finales de diciembre.
“En los últimos 15 días tuvimos lluvias más importantes y generalizadas en gran parte de las regiones productoras de soja, lo que presionó sobre los precios en Chicago. Además, los pronósticos anticipan una buena cantidad de precipitaciones sobre el cinturón sojero brasileño durante las próximas dos semanas, lo que traerá cierto alivio a los cultivos. Sin embargo, esta mayor disponibilidad de humedad debería impactar principalmente en lo que se plantó más tarde”, advirtió Lopez. Agregó que estas lluvias contribuyen a recomponer el estado de plantas que podían seguir perdiendo potencial de rinde, pero que es muy difícil que logren revertir la situación de los cultivos sembrados al inicio del ciclo.
Para Daniele Siqueira, analista de la consultora brasileña AgRural, la nueva estimación de la Conab es bajista para el mercado, pero no porque se trate de un organismo conservador, sino porque es el responsable de relevar el tamaño oficial de la producción de Brasil y porque, por el momento, no ve una producción tan baja como la que pronostican algunas firmas privadas. “Entre esas valoraciones de los privados, que a menudo buscan llamar la atención, complacer a clientes y generar titulares, y una cifra oficial del gobierno brasileño, el mercado parece más inclinado a creer en la cifra oficial, de ahí el impacto negativo en los precios de la soja tras el informe de la Conab”, dijo la especialista a LA NACION.
Agregó que los 155,27 millones de toneladas proyectado por la Conab constituyen un volumen “adecuado en este momento, considerando las pérdidas causadas por el clima cálido y seco en Mato Grosso (y, en menor medida, en algunos otros Estados) y las buenas condiciones registradas hasta finales de diciembre en buena parte de las regiones productoras de sur, que tienen un gran impacto en la producción total brasileña”.
Recordó que a principios de diciembre AgRural recortó su estimación de 163,50 a 159,10 millones de toneladas. “Estamos en el proceso de revisar esta cifra y es muy probable que en los próximos días hagamos un nuevo recorte. El tamaño final de la cosecha aún depende del clima hasta principios de marzo, debido a los retrasos en la siembra en zonas que normalmente tienen un calendario más tardío, como Rio Grande do Sul y algunos Estados del nordeste. Por lo tanto, y a pesar de que la recolección ya está comenzando en zonas puntuales, la producción de Brasil aún es un número abierto”, aseguró.
Sobre el cambio en el patrón climático, con el regreso de las lluvias al centro-norte, Siqueira señaló que limitará las pérdidas en Mato Grosso, al favorecer las áreas plantadas en forma tardía, pero que no servirá para revertir las pérdidas ya consolidadas por el clima cálido y seco visto entre septiembre y buena parte de diciembre. “Algunas regiones de otros Estados del centro-norte también perdieron productividad, pero esas mermas son menos graves que las registradas en Mato Grosso. Si el tiempo sigue siendo favorable durante enero y febrero esos otros Estados aún lograrían una buena cosecha (aunque no excelente)”.
Sin embargo, en opinión de la analista brasileña, es el sur del país el que aún podría hacer la diferencia en materia productiva, dado que allí se encuentran los Estados que ocupan el segundo y tercero de los escalones del podio de los máximos productores de soja: Paraná y Rio Grande do Sul. “El primero tiene perspectivas de una buena cosecha hasta ahora, pero las áreas sembradas más tarde están sufriendo con el clima más cálido y seco visto desde principios de año. Si este escenario persiste, podría sufrir pérdidas. En el segundo, los cultivos tienen muy buen potencial, pero recién se definirá el número de la cosecha en marzo”, detalló.
El otro número importante para el mercado es el volumen de soja en grano que exportará Brasil en el ciclo comercial 2023/2024. Y al respecto, la Conab ajustó hoy su estimación de 101,59 a 98,45 millones de toneladas, contra los 101,86 millones de la campaña anterior. “Para las ventas externas estamos trabajando en AgRural con un rango de 98 a 100 millones de toneladas, en línea con la expectativa de la Conab. Sin embargo, si la producción sigue cayendo también será necesario revisar a la baja las exportaciones”, dijo Siqueira.
Pasado mañana el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicará su nuevo informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial. En diciembre proyectó la producción y las exportaciones brasileñas de soja en 161 y en 99,50 millones de toneladas, respectivamente. En promedio, las estimaciones privadas auguran que en el nuevo trabajo el organismo ajustará su cálculo de cosecha hasta los 156,26 millones de toneladas.
El mercado considera que volúmenes en línea con el pronosticado por la Conab dejan poco margen para la recuperación de los precios internacionales de la soja, sobre todo por el regreso de la Argentina con una cosecha que se prevé entre 46 y 50 millones de toneladas, luego de la crisis 2022/2023 por la sequía, que redujo la oferta a 25 millones de toneladas, según la estimación de la Secretaría de Agricultura de la Nación.
Hoy, en el mercado disponible argentino, las fábricas propusieron 270.000 pesos por tonelada de soja para las terminales del Gran Rosario, 5000 pesos menos que ayer. En tanto que en el Matba Rofex los ajustes de las posiciones enero y mayo retrocedieron de 341,60 a 340,60 y de 299,50 a 298,50 dólares por tonelada.
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