Desde que entró en vigor el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que sustituyó el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), la situación se agravó y complica el panorama para este año
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En medio de la necesidad de la Argentina por hacerse de divisas, advierten que están paralizadas las importaciones de semillas forrajeras, que son clave para la producción agropecuaria. En el sector mencionan que hay un “bloqueo generalizado del sistema”, que impide también el ingreso de semillas de maíz, girasol, trigo, soja, avena y cebada. Desde el Gobierno explicaron que están trabajando con los sectores que presentan algún impedimento.
Hasta ahora, los fertilizantes y herbicidas están saliendo de manera gradual y, aunque con demora, pero desde octubre 2022, cuando entró en vigor el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que sustituyó el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), la situación se agravó y complica el panorama para este año.
“Las semillas son posiciones arancelarias muy específicas. Cada semilla de avena, girasol, de trigo, cebada, forrajera tiene su posición arancelaria propia, y para la siembra, en la Argentina nunca tuvieron una restricción porque son un insumo para la producción. Nosotros no podemos alimentar al resto del mundo si en algún grado no importamos semillas para sembrar. En ese sentido no somos autosuficientes, porque la Argentina produce alimentos para mucho más que 47 millones de personas”, explicó María Eugenia Halbide, despachante de aduana y especializada en el agro.
El campo para poder sembrar y, consecuentemente, producir, necesita de semillas. “Todos los gobiernos entendieron que a la semilla no se la puede frenar, porque volvemos a lo mismo, que si bien se producen semillas en el país, no tenemos la cantidad o la tecnología que se necesita para poder extraer al máximo el beneficio”, dijo.
Los problemas se agravaron desde octubre pasado, cuando se puso en marcha el nuevo sistema de importación. A raíz de esto, en el sector explicaron que los medios que existen para elevar el reclamo terminan siendo insuficientes. Según advirtieron, no hay una respuesta a los reclamos y el envío del mensaje es unilateral: se puede enviar una consulta a través de la página de AFIP o un mail al Ministerio de Economía. La otra alternativa es acudir a las respectivas cámaras que aglutinan el sector, además de organismos que puedan elevar un reclamo, pero aun así, la demora termina siendo de dos meses.
“Nosotros estamos sujetos a la estacionalidad. No da lo mismo sembrar el 10 de enero que el 25 de enero, no es un capricho que las semillas se tengan que importar en determinado momento”, extendió. El problema también está puesto en que las semillas contienen información genética, explicó Halbide, y si la mercadería permanece en una bolsa a altas temperaturas durante una cierta cantidad de tiempo la semilla se vuelve estéril e inutilizable.
“Las semillas, al entenderse que son un insumo fundamental, no solo tienen licencias automáticas, sino no que no pagan derechos de importación, porque son necesarias. Y si les metés mayores gastos a las semillas, toda la cadena que viene detrás pierde competitividad. Hay falta de criterio para la aprobación”, amplió. Puntualmente, el problema se refleja en las semillas de maíz, girasol, trigo, forrajeras, sorgo, soja, avena, cebada, que se utilizan para la siembra y producción cuyas solicitudes están bloqueadas.
Alfredo Paseyro, director ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), indicó que al igual que el resto de las industrias, en el sector están presentando “atrasos en las importaciones”, pero que “están en contacto permanente con [la Secretaría de] Agricultura y [la Secretaría de] Comercio”.
El directivo aclaró también que esta es “la primera vez” que sucede algo similar, y que el problema “es generalizado”. “Algunas se liberan y otras no”, dijo y agregó que los montos o solicitudes bloqueados “son variables”, por lo que aún no se maneja un dato preciso sobre el impacto económico.
“La industria semillera tiene importaciones bien variadas: semillas que no se producen en el país, por ejemplo, hortícolas o algunas forrajeras, también importamos producciones en contraestación, como puede ser maíz. Otro tipo de importaciones son semillas de programas de mejoramiento que se van haciendo con movimientos de muy pocas cantidades de semilla”, añadió.
Paseyro señaló que la respuesta que obtienen ante este tipo de contratiempos es “similar” a la que le dan a otros sectores, por ejemplo, el de la maquinaria agrícola, donde la restricción de dólares hace que se produzcan este tipo de demoras. “Hacemos un seguimiento diario con las autoridades y vamos logrando algunas liberaciones”, sintetizó.
Desde el Gobierno aclararon que a partir del lanzamiento del nuevo sistema se está trabajando con todos los sectores que presentan algún tipo de inconveniente.
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