El fundador de Microsoft relató su experiencia en África con una productora agropecuaria de Kenia que lo hizo alimentar y pesar una gallina; sembró y uso un celular para monitorear el clima
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“Sembré semillas tolerantes a la sequía, alimenté y pesé pollos, y usé un celular para monitorear las previsiones meteorológicas y los precios de los cultivos locales”. Estas fueron algunas de las tareas que el multimillonario Bill Gates, creador de Microsoft, contó que le asignaron durante su visita a Mary Mathuli, una productora agropecuaria de la zona rural de Kenia, África.
El empresario estadounidense relató en su blog personal que durante su viaje al país del este africano se detuvo en la casa de la mujer de campo porque quería comprender cómo les está yendo a los agricultores de la región frente al cambio climático. El filántropo compartió imágenes y un video de paso por el establecimiento rural.
“Llegué esperando escucharla hablar sobre la sequía récord y la caída de la cosecha que muchos agricultores están experimentando en África. En cambio, para mi sorpresa, me llevó a sus campos para mostrarme las innovaciones que le permiten seguir cultivando y obtener ingresos para mantener a su familia, a pesar de los cambios drásticos en las precipitaciones y los patrones climáticos”, expresó.
Gates contó que Mathuli lo “puso a trabajar” para que pueda comprender cómo estos nuevos insumos y prácticas agrícolas pueden marcar “una gran diferencia” en sus vidas. “Mary, una maestra natural, me animó a aprender haciendo”, comentó.
Luego de vivir esta experiencia, el magnate hizo un punteo sobre las enseñanzas que le dejo su paso por el campo. “Mis habilidades agrícolas, como sostener una gallina y balancear una azada, necesitan algo de trabajo”, confeso el empresario que compartió una foto que se lo puede ver sosteniendo una gallina de las patas.
Según relató el gallinero fue lo primero que visitaron. La productora lo desafió a pesar el animal con la mano para evaluar si estaba listo para venderlo en el mercado y contó que acertó.
Tambien, indicó que la vista le sirvió para reconocer el esfuerzo que hacen los pequeños productores, como Mathuli, para mantenerse en la actividad. “Maltratados por años de sequía y otros patrones climáticos extremos, están desarrollando nuevas habilidades y adoptando nuevas tecnologías para adaptarse a algunas de las condiciones más difíciles para cultivar y criar ganado”, dijo.
Según el estadounidense, el continente africano soporta “la peor parte de los impactos del cambio climático”, a pesar de representar solo alrededor del cuatro por ciento de las emisiones de carbono del mundo. “Las pérdidas relacionadas con el clima en muchas granjas africanas son más del doble de las observadas a nivel mundial”, sostuvo.
“Si bien se necesita más innovación para ayudar a los pequeños agricultores de África a mantenerse al día con las amenazas que plantea el cambio climático, Mary y otros agricultores en Kenia están adoptando algunas herramientas y prácticas nuevas e increíbles que pueden limitar las pérdidas de cultivos y ayudar a que sus granjas prosperen incluso en condiciones climáticas extremas”, reflexionó.
En ese sentido enumeró algunas de las medidas que toman los agricultores para hacer frente al cambio climático. “Mary usa semillas de frijol y maíz tolerantes a la sequía, que me invitó a sembrar con ella. La ayudé a cavar un pozo de plantación cuadrado, de aproximadamente un pie de profundidad, que conserva el agua de lluvia. Luego echamos las semillas, las cubrimos con tierra, las regamos y añadimos una fina capa de paja encima para ayudar a protegerlas del calor”, relató.
También, Gates probó una aplicación móvil en el teléfono de la productora en donde podía consultar el pronostico del tiempo. “Si bien los pronósticos meteorológicos locales son comunes en gran parte del mundo, en las zonas rurales de Kenia y otras partes remotas de África, obtener esta información vital a veces es difícil. Los agricultores también pueden usar su teléfono para consultar los precios de mercado de cultivos y ganado, obtener conocimientos y asistencia técnica para mejorar las operaciones agrícolas y acceder a servicios financieros y seguros.
“Me impresionó el espíritu emprendedor de Mary y su optimismo. Parecía aprovechar todas las oportunidades para probar nuevas tecnologías y prácticas agrícolas”, dijo y concluyó: “Espero saber cómo están las semillas que sembré con Mary, a pesar de las decepcionantes lluvias de los últimos meses. No puedo imaginarlos en mejores manos que las suyas”.
LA NACIONTemas
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