La aplicación de herbicidas residuales que favorezcan el control preemergente de las malezas es una de las principales recomendaciones para mantener limpios los barbechos
La siembra continua de cultivos de verano durante los últimos años generó ciclos consecutivos de barbechos largos o períodos sin cultivo entre una campaña y otra. Esta podría ser una de las causas de la proliferación de determinadas especies de malezas. Si a esta práctica se le agrega que el control se hizo casi exclusivamente con aplicaciones repetidas de glifosato, estamos frente a dos de los principales orígenes del gran problema que afecta a la agricultura argentina: la resistencia de las malezas.
“Las malezas de ciclo otoño-inverno-primaveral presentes en barbechos entre cultivos de verano han aumentado su abundancia relativa en los últimos años en la región sojera núcleo argentina”, señala Marcelo Metzler, de la EEA INTA Paraná. En su opinión, el incremento en la densidad de estas malezas puede atribuirse a la elevada superficie destinada a la siembra directa y al mayor uso de herbicidas sin actividad residual, particularmente de glifosato.
“Las malezas del barbecho pueden formar canopeos densos que incrementan el consumo de agua durante su ciclo y dificultan la siembra de cultivos posteriores”, señala.
Estrategias de control
Es reconocida la alta eficacia del glifosato para controlar a la mayoría de las malezas durante los barbechos, pero este herbicida no posee acción residual. “En consecuencia, no controla malezas que emergen luego de la aplicación”, dice el especialista. Por lo tanto, esas malezas pueden cumplir fácilmente su etapa reproductiva e incrementar el banco de semillas del suelo.
Una de las principales consecuencias del uso intensivo de glifosato fue que redujo la densidad de muchas especies de malezas que antes se encontraban presentes, mientras que al mismo tiempo provocó el incremento de otras. Entre las últimas aparecen algunas que no estaban en los lotes cultivados y que presentan un alto grado de tolerancia al glifosato.
De esta forma, quedó demostrado que la principal causa de la aparición de biotipos de malezas resistentes es el uso continuo de herbicidas con un mismo mecanismo de acción. De ahí que “el agregado de un herbicida residual junto al glifosato puede ser una táctica consistente para controlar malezas a medida que germinan durante el barbecho”, dice Metzler.
El especialista de Paraná se remite a un trabajo realizado junto a Miguel Ahumada, de la Universidad Nacional de Entre Ríos, donde encontraron que “para situaciones complicadas por la presencia de Rama negra, los herbicidas con acción residual que mejor funcionaron fueron el clásico 2,4 D con metsulfurón, o con saflufenacil, o con atrazina, o con flumioxasin”. Según Metzler, en estas mezclas el 2,4D tiene la función de controlar a las plantas de Rama negra que sobrevivieron del año anterior, mientras que los otros principios activos tienen acción preemergente inhibiendo la germinación de las semillas de esa maleza.
“Cuando se tienen problemas de Rama negra y de Raigrás resistente es conveniente volcarse al uso de flumioxasin –indica- ya que controla a estas malezas en preemergencia. En los casos en los que se opta por las sojas STS, el herbicida que tiene control preemergente sobre las dos malezas es el Ligate”.
“La desventaja de aplicar en el barbecho largo una sulfonilurea, como el Ligate, es que se está `quemando` la posibilidad de usar este tipo de herbicidas en el barbecho corto, ya que si se aplica el mismo mecanismo de acción se está aumentando la presión de selección sobre estas malezas a favor de la resistencia”, explica.
En base a este hecho, la recomendación es entonces no usar metsulfurón y Ligate en el barbecho largo para poder aplicarlo en los barbechos cortos que generalmente tienen como problema a las gramíneas estivales, como la Echinochloa cruz-galli -conocida como capín o capín arroz-. Esta maleza es resistente a glifosato y están muy cerca de confirmar que lo es también a las imidazolinonas. Por lo tanto, “en los barbechos cortos los herbicidas que mejor nos funcionaron fueron diclosulam, sulfonilureas, flumioxasin y clomazone”, puntualiza el técnico.
En los barbechos cortos hoy se suma el control del Amaranthus palmieri. “En ese caso tenemos que trabajar con flumioxasin o sulfentrazone que son herbicidas que tienen control preemergente sobre esa maleza”, recomienda Metzler para luego concluir que “uno tiene que tomar medidas tanto en los barbechos largos como en los cortos en función de las malezas problema presentes en cada lote y así definir el tratamiento, a la vez que es fundamental el uso de herbicidas preemergentes”.
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