Pequeños productores salen de la actividad por la falta de rentabilidad, según denuncian desde la Federación Agraria Argentina (FAA)
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“No más banicidio”. Ese es el reclamo urgente de Pánfilo Ayala, dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA) de la filial formoseña de Laguna Naineck, luego de que varios pequeños productores de banana de la zona, empujados por la falta de rentabilidad con los precios bajos y la ausencia de políticas del gobierno provincial, destruyeran sus cultivos de más de 30 años en sus chacras.
En el último tiempo, distintos agricultores sacaron las plantaciones de banana de sus fincas, “añorando volver a cultivarlas más adelante” si regresan “mejores condiciones” para la producción.
Según contó Ayala a LA NACION, cada año la situación para la actividad empeora. En 2020 el productor recibió un promedio de entre $7 y $8 por kilo de fruta. “Hoy pretendemos llegar a $30 por kilo de banana verde en la chacra para conseguir algo de rentabilidad, recuperar el gasto y que, con lo que sobra de plata, volver a invertir en la tierra y así seguir existiendo”, puntualizó.
De acuerdo al dirigente, la falta de rentabilidad y de políticas ocasionaron que “en los últimos 30 años hayan desaparecido más de 3000 hectáreas de cultivo de banana de las 5000 hectáreas que había, un 75 % del área de siembra”.
“Solo quedan ‘dibujadas’ unas 2000 hectáreas y no se avizora un futuro prometedor. Solo hay incertidumbre y zozobra a la hora de tener la fruta y comercializarla, frente a un Gobierno de Insfrán (por el gobernador local Gildo Insfrán) que no le interesa la producción ni defender al pequeño productor”, remarcó.
La situación dramática por la que atraviesan los pequeños productores se acrecienta año a año. En otras oportunidades se vio a los productores darles de comer bananas a las vacas por no tener precio ni poder comercializarla.
Según datos provinciales, en Formosa hay alrededor de 650 pequeños productores bananeros. “No saben qué precio les pagarán y están sujeto a lo que les ofrecen. Eso desalienta a seguir en la actividad y cada vez son menos”, indicó.
A principios de marzo, la FAA envió cartas al ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, y al gobernador provincial, con un pedido puntual para el fortalecimiento y la sustentabilidad de la producción formoseña de banana. Se solicitó un precio mínimo de referencia consistente en un 50% del valor de venta mayorista en los distintos mercados del país.
Además, se pidió un cumplimiento estricto de las normas sanitarias vigentes del Senasa, donde cada cajón de mercadería debe tener un máximo de 20 kilos de fruta, como así también la prohibición del ingreso de banana extrajera afectada por enfermedades ya que la de producción local está libre de ellas. Por último, se reclamó la presencia de “puntos de control de carga” para que se haga efectivo la ejecución de toda la reglamentación.
Ayala reiteró la necesidad de políticas que protejan la producción. “Hay una enorme distorsión entre los que pagan los consumidores en las góndolas y el valor que le ofrecen a los chacareros acá”, precisó.
El año pasado, la entidad había advertido que la actividad transitaba uno de los peores momentos de las últimas décadas. Por la falta de lluvias, heladas tardías, una ola de calor temprana e incendios puntuales en algunas parcelas, cayó la capacidad de producción en alrededor del 55%.
Para finalizar, el dirigente precisó que esta situación conlleva a que haya más despoblación en las colonias de la zona. “Queda poca gente joven que quiera seguir produciendo este cultivo, la gran mayoría han emigrado a otras provincias en busca de un mejor futuro. Esto llevó a un gran desarraigo, a la desintegración familiar y de la vida rural de las colonias de Laguna Naineck también”, concluyó.
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