Fue por la sequía, que derrumbó la producción del campo; según Ciara-CEC, en total ingresaron US$19.742.137.675
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Por efecto de la última feroz sequía, en 2023 el ingreso de divisas de la agroexportación se derrumbó un 51%. En total, llegaron al país US$19.742.137.675, una merma de US$20.700 millones versus 2022 que representaron el 51% menos mencionado.
El dato lo brindó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que conforman el 48% de las exportaciones argentinas, según datos del Indec.
Según indicaron, el principal producto de exportación del país es la harina de soja (14,2% del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%. El segundo producto más exportado, de acuerdo con el Indec, es el maíz (11%) y el tercero fue el aceite de soja (6,9%).
Por otra parte, detallaron que en diciembre pasado “liquidaron la suma de US$1245 millones, representando una baja del 66% en relación al mismo mes del año 2022 y una mejora de 24% en relación al mes de noviembre del 2023″.
“El ingreso de divisas del mes de diciembre es el resultado de la sequía, que ha generado pérdidas de stock disponible de granos, así como de un nuevo dólar exportador establecido por el decreto 28/23. Si bien el ingreso de divisas de diciembre fue superior a noviembre, estuvo impactado negativamente por el bajo remanente de granos de la cosecha gruesa, una producción de trigo afectada por el clima y cambios en el régimen de comercio exterior que estableció el BCRA [Banco Central] y no permitieron la fluidez necesaria particularmente en las cobranzas de productos procesados de la soja que contienen soja importada bajo el régimen de admisión temporaria, que se vio severamente afectado por las nuevas normas de la autoridad monetaria. La industria siguió con altos niveles de capacidad ociosa en terminales portuarias de granos como en la industria de la molienda”, señalaron.
Ciara-CEC remarcó que “el ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible”.
“La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”, informaron.
Proyecciones para el 2024
Por su parte, el Centro de Análisis Económico Equilibra adelantó “que las exportaciones agroindustriales para 2024 podrían alcanzar US$52.200 millones; siendo 36% superiores a las de 2023, pero sin alcanzar el nivel de 2022 (-8%)”.
“Si se aprueban las modificaciones anunciadas en las alícuotas de derechos de exportación (DEX), la recaudación se incrementaría en 74% el año que viene, pasando de US$6200 en 2023 a US$10.800 millones. El aumento de la recaudación DEX para 2024 respecto de la proyección realizada con las alícuotas vigentes en el gobierno anterior, es de US$1600 millones (+17%)”, destacaron.
En su último informe mensual, Equlibra expresó que, con un avance de cosecha demorado respecto de la campaña anterior, tanto para trigo (66% vs. 81%) como para cebada (49% vs. 71%), Ios rendimientos alcanzados hasta ahora “permiten proyectar resultados de producción levemente superiores al informe anterior: 14,6 millones de toneladas de trigo (+5%) y 4,8 millones de toneladas de cebada (+4%)”.
En tanto, “la intención de siembra en hectáreas de maíz se espera que sea similar a la de las últimas dos campañas y que la producción se recupere 48% respecto a la pasada”. Y, si bien “la superficie que se dedicará a soja sería levemente superior a la de la campaña previa, la producción se recuperaría 134% respecto a la pasada”.
En este contexto, a pesar de que “la recuperación de las reservas hídricas mostró una fuerte demora en la primavera y la campaña fina fue afectada por sequía en ciertas regiones, se espera que la campaña gruesa cuente con reservas hídricas suficientes para tener un buen desempeño”.
“El avance de siembra de maíz y soja de la campaña 2023/24 es similar al de la campaña anterior a nivel (69% para maíz y 71% para soja). Con la incidencia más generalizada de las lluvias de las últimas semanas, las principales provincias aceleraron la siembra, alcanzando niveles similares a los de la campaña previa a esta altura del año; excepto la Buenos Aires en soja, que aún se mantiene levemente retrasada”, indicó el documento.
En cuanto al clima, señaló que “las lluvias de diciembre mejoraron notoriamente las reservas hídricas de la mayoría de las regiones productivas, principalmente la pampeana y el litoral” y que esto alivia “las expectativas de rendimiento de la campaña fina y favorecen implantación y los cultivos de la campaña gruesa”.
“El pronóstico trimestral indica precipitaciones por encima de las normales en el noreste del país y temperaturas por encima de las normales en el oeste de NOA y Cuyo. La tendencia climática de largo plazo del ENSO se encuentra en pleno desarrollo de la fase El Niño. Existe cierta discrepancia entre los modelos dinámicos y estadísticos en cuanto a los valores de anomalías de temperatura entre moderado y fuerte”, finalizaron.
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