Según Alejandro Arroyo, experto del ITBA, sin esa posibilidad “el flete por tonelada tenderá a la suba”
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CÓRDOBA.- El gobierno nacional decretó, por 180 días, la “emergencia hídrica” por la histórica bajante del río Paraná, la más importante de los últimos 77 años, que afecta a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sobre los márgenes de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú. La situación afecta a la actividad hidroviaria y portuaria: ya se empezaron a generar sobrecostos para los exportadores.
La bajante del río determina que los buques de carga deban reducir su volumen porque, además, el Gobierno restringió el sobredragado de la hidrovía, la principal vía de salida de las exportaciones argentinas. La decisión -comunicada hace dos semanas a Hidrovía SA- se fundamenta en cuestiones ambientales que planteó el Ministerio de Medio Ambiente a Puertos.
Alejandro Arroyo, director de la Especialización en Gestión de Logística Integrada y de la Maestría en Logística de Proyectos de Integración Regional del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), explicó que la hidrovía, por el nivel de su calado, ya es “bastante improductiva”, lo que aumentará por la bajante.
En diálogo con LA NACION, señaló que los buques, en condiciones normales, cargan 40.000 toneladas cuando podrían sumar unas 20.000 más y después completar en puertos del sur, por ejemplo, o de la región. “Si ahora desde el Estado se complica el sobredragado, la situación se complica violentamente y el flete por tonelada tenderá a la suba por lo que se facturarán menos divisas”, dijo.
El experto recordó que antes de la bajante y de la emergencia se planteaba llevar el calado de 34 a 38 pies. Se calcula que por cada pie extra se pueden aumentar 6% las exportaciones, con lo que con cuatro pies podría haber un alza de 25%.
“Claro que no todo es la hidrovía; hay que aggiornar sistemas de recepción y transferencia de los puertos y reformular el problema del transporte terrestre -agregó. Además, de Santa Fe para arriba hay que lograr 12 pies todo el año. Barranqueras podría convertirse en un polo exportador de las economías regionales”.
“Barcos Handymax están dejando puerto con 9250 toneladas de carga menos que la habitual y barcos Panamax con 11.350 toneladas menos”, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas, a Reuters.
Para Arroyo, las cuestiones ambientales que se argumentan para frenar el sobredragado tienen origen “en la deforestación, en la falta de controles y en la inexistencia de planes masivos de reforestación. El sobredragado no profundizará el impacto negativo, sino que será un paliativo para la producción”.
A modo de ejemplo sobre qué infraestructuras compite la Argentina, apuntó que el río Misisipi opera a 45 pies hacia el sur de Saint Louis hacia el Golfo de México y, hacia al norte, de nueve a 12 pies. Están trabajando para pasar de 45 a 51 pies para que combine con lo que puede transportarse vía Canal de Panamá. “Esa es la alineación de procesos a la que hay que ir”, definió.
Respecto de qué pueden hacer los privados, Arroyo sostuvo que no tienen otra opción que establecer planes de contingencia ya que lo que no pueden cargar en la hidrovía lo deberán llevar a los puertos del sur del país o de Brasil “con un costo de flete adicional marginal”.
“Para pensar, a futuro se debe asignar presupuesto para reforestar, obligar a las empresas a hacerlo, dragar a niveles que generen más competitividad. Tener en claro que competimos con Estados Unidos; con Brasil, que tiene puertos más eficientes y no tiene limitaciones logísticas y con los canadienses de alta productividad”, remarcó.
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