Diego Cifarelli, titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), dejó la entidad con el trasfondo de cortocircuitos entre los empresarios que están en el Fondo Estabilizador del Trigo (FETA) y los que no participan de ese sistema que reparte millonarias compensaciones
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En medio de la polémica por el Fondo Estabilizador del Trigo (FETA), que creó el Gobierno para compensar la harina que la industria molinera entrega a las panaderías, y que en el último tiempo generó críticas y hasta cortocircuitos al interior del sector molinero, se conoció la renuncia de Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera Argentina (FAIM).
Cifarelli, un exgerente general de Molinos Tassara, se hizo cargo de la FAIM, donde están las principales empresas del rubro, en 2012. Junto a su salida de FAIM también dejará la responsabilidad de la tesorería en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), la protesorería en la Copal, la consejería en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la presencia en la Junta Directiva de la UIA y la Cámara Arbitral de Cereales. Como faceta deportiva, Cifarelli es tesorero del Club Sarmiento de Junín, que juega en la primera división del fútbol argentino.
En una carta a los socios de la FAIM, que deberán elegir a su sucesor en una asamblea de octubre próximo -el actual presidente continuará hasta entonces-, Cifarelli se refirió de esta manera a la situación que se generó tras el FETA. Luego que se nutriera con una suba de las retenciones a la harina y el aceite de soja, ahora el FETA es solventado directamente con el 1,3% de lo que se recauda con esos derechos. Reparte millonarias compensaciones que incluso generó una denuncia y pedido de investigación de un grupo de legisladores de la Coalición Cívica encabezado por Luciano Bugallo.
“Durante los últimos 15 meses, he tenido que desviar totalmente el foco para lo cual he sido oportunamente contratado (proponer, gestionar y lograr políticas proactivas para el sector, etc, etc.), para avocarme a mediar entre los distintos asociados quienes tenían y tienen hoy, visiones estratégicas contrapuestas. Lo he intentado de diversas maneras generando espacios de consenso y puntos de encuentro, buscando superar las discrepancias existentes. Desafortunadamente, una política pública en particular ha desmembrado un aspecto sagrado que los empresarios de este sector compartían como lo es, la confianza mutua entre colegas”, dijo Cifarelli.
Consultado por LA NACION, el todavía presidente de la cámara señaló: “Di todo lo que tenía para dar. Encontramos una FAIM cuando llegué bastante alejada de todo el resto del marco institucional, de todas las cadenas, y pudimos hacer un buen trabajo con un plan estratégico diagramado con todos los empresarios del sector. Se sumaron muchos socios a la federación, pero en el último tiempo, producto del fideicomiso [FETA] donde entraron un grupo de molinos, empresarios que tomaron la decisión de entrar y otros no, eso generó situaciones muy tensas dentro de la FAIM”.
Agregó: “Yo tenía que representar a los dos grupos, tanto el que está dentro como el que está fuera, porque a ellos me debo y, obviamente, como suele suceder cuando uno genera una acción sobre uno, genera el enojo del otro. Lo pude llevar adelante durante 15 meses, pero uno está formado empresarial y académicamente para enfrentarse con todo el resto, pero no para seguir lidiando entre el relacionamiento de los propios empresarios que tienen en este momento, lamentablemente, diferentes objetivos y diferentes visiones de la industria. FAIM está mucho más por encima que cualquier empresario y cualquier presidente. Me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo”.
En rigor, en la carta Cifarelli habla de “desgaste personal” y hace referencia ante los socios a la situación tirante que se generó. “Espero que comprendan y que no se enojen por esta decisión, es más, podría seguir perfectamente en mi puesto y flotar esperando que las aguas decanten pero es mucho más fuerte mi deseo de impulsar el progreso y la grandeza de la industria molinera argentina y en este momento lamentablemente está truncado. Me siento completamente preparado para lograr todo aquello que esta industria se proponga, pero no puedo continuar en un entorno en el que la unidad y la confianza son cada vez más difíciles de encontrar, y como dice el refrán , si los hermanos se pelea..”
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