Los fondos soberanos de países con déficits estructurales de alimentos pero exceso de recursos financieros y que además buscan llegar en forma directa a la originación de commodities podrían ser una oportunidad para que nuevas redes de productores o cooperativas disminuyan la dependencia y costo de intermediarios.
Si bien la continua consolidación de las multinacionales en granos, lácteos o carnes acentúa los contrastes en el poder de negociación entre productores e industriales, la creciente competencia por la originación de commodities impulsada por países en Asia y Medio Oriente puede ser una ventana para que los productores mejoren sus márgenes. Si cada vez hay menos productores pero que producen más, el incentivo de asociarse para generar una masa crítica y mejorar los términos del intercambio debiera ser mayor.
En Brasil, el joint-venture entre la cooperativa láctea Itambé y el conglomerado local Vigor/JBS se traduce en mejores resultados por las sinergias del poder financiero y comercial de uno con la estructura productiva de seis mil tamberos cooperativistas. Si bien los productores prefieren mantener su autonomía, la tendencia en el mundo hacia diferentes formas de asociativismo rural puede facilitar el surgimiento de nuevos liderazgos que los impulse a organizarse en redes comerciales. En ese caso, no sería una utopía que fondos soberanos buscando asegurar sus fuentes de aprovisionamiento puedan financiarles la construcción de sus puertos y/o plantas a cambio del futuro suministro.
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