Multiplicar, la entidad que preside, tiene una propuesta para que, con leyes y medidas como una baja de las retenciones, hacia 2030 la Argentina sume US$44.400 millones extra al año con ventas al exterior del agro para alcanzar los 91.400 millones de dólares
- 5 minutos de lectura'
“Arrancar”. Con esa frase, simple pero cargada de sentido para lo que busca transmitir, la Fundación Multiplicar, creada y presidida por el dueño de la aceitera nacional AGD Roberto Urquía, desarrolló un plan, llamado “Shock productivo exportador”, para que a 2030 las exportaciones agropecuarias y agroindustriales trepen de los 47.000 millones por año a US$91.400 millones, es decir, propone que se incorporen por año hasta esa fecha US$44.400 millones en nuevas ventas al exterior. El “arrancar” que una fuente mencionó es porque, más allá de la coyuntura del país y las disputas políticas, algo hay que hacer para sentar las bases del crecimiento.
La propuesta, que según pudo saber LA NACION ya está en las manos del ministro y precandidato presidencial Sergio Massa, está disponible en realidad para todos los precandidatos y prevé una serie de “pilares” para que se pueda cumplir ese objetivo: medidas jurídicas, financieras y fiscales; certidumbre y previsibilidad desde el Estado; desarrollo tecnológico y mejorar y transformar el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) aplicando un sistema de scoring para el productor. El SISA, una medida del anterior gobierno, unificó registros para hacer una simplificación de trámites y a la vez mejorar el control fiscal.
Además de los “pilares”, la Fundación Multiplicar también detalló los “instrumentos legislativos” que considera necesarios: una baja de las retenciones, que al cabo de siete a 8 años quedarán en 0%, una nueva ley de semillas para que lleguen inversiones que aseguren mayor productividad -la actual ley, de 1973, viene de una época en que la siembra de soja era mínima y no existía la biotecnología agrícola-, una ley de fomento de inversiones en la agroindustria -hay una iniciativa al respecto ya presentada en el Congreso-, y otra normativa para seguros agrícolas y biocombustibles. También se propone readecuar la ley de arrendamientos agrícolas y una legislación para la promoción foresto-industrial.
Según la fundación, con las medidas y el marco para el “shock productivo exportador” la producción de granos podría saltar de los 142 millones de toneladas de un año de clima normal a 200 millones de toneladas. En este rubro se sumarían US$20.000 millones al año a 2030. Con una mejora en las economías regionales este sector podría agregar 12.500 millones de dólares anuales para esa fecha. Además, también se prevé US$2000 millones extra con las tecnologías de agtech, 2800 millones más por año en la actividad de la forestoindustria, 900 millones de dólares adicionales con los biocombustibles y otros US$6200 millones más por año con las ventas al exterior de carnes (bovina, aviar y porcina) y pesca.
De acuerdo a la propuesta del plan, el objetivo con todo esto es “contribuir desde el sector agrobioindustrial a generar un excedente comercial externo para que la Argentina, en un marco de estabilidad macroeconómica, pueda resolver los problemas de crecimiento y desarrollo, y promocione activamente inversiones que agreguen valor a la producción agropecuaria interna y externa”.
Según el programa, el sector será capaz de “generar fuentes de empleos genuinos, posibilitando el arraigo e incrementando la participación de capitales nacionales”, “generar un shock de producción y exportación de manera sostenible y respetuosa del ambiente”, “producir alimentos en cantidad y de calidad para la demanda interna y externa, de acuerdo a las exigencias del mercado” y agregar valor en origen.
Como uno de los ejes de la Fundación Multiplicar aparece el sistema de scoring, con la transformación del SISA, para los productores: “[Se] crea un ranking de productores y permite, o no, acceder a los beneficios de las leyes, acciones y programas propuestos por tener una performance productiva sostenible acorde a las exigencias de los diferentes mercados”. Según ese esquema, que tendrá en cuenta aspectos como la realización de rotaciones, el manejo sustentable, entre otros puntos, se podrá acceder a semillas y fertilizantes incluso hasta gratis de acuerdo al desempeño en el scoring.
Retenciones
Respecto de las retenciones, el plan contempla varios puntos. Por un lado, la soja bajaría del 33 al 20% y en el caso de sus subproductos, como la harina y el aceite de soja, estos pasarían del 31 al 17%. En el caso del girasol, los derechos de exportación caerían del 7 al 4%. En carnes en general del 9 al 5%. Las economías regionales no tendrán retenciones.
Respecto al maíz y el trigo, en este caso las retenciones subirían del 12 al 17%. Esos cinco puntos de aumento serían a cuenta del Impuesto a las Ganancias. La razón que explican para el incremento de los derechos en estos cereales es para fomentar una mayor transformación del cereal en agregado de valor (mientras la Argentina exporta como grano el 67% de su producción, en la fundación remarcan que Brasil lo hace en un 12% y transforma el resto) y, además, con un maíz supuestamente más barato por esas retenciones, a cuenta de Ganancias, se pueda adquirir más del cereal en las distintas producciones que lo usan.
Al margen de esto, en la fundación aclaran que en crecimiento el país “en siete a ocho años se pueden bajar todas las retenciones a cero”.
Otras noticias de Soja
Más leídas de Campo
Premio. Las fotos de una noche de gran reconocimiento para los hacedores del agro
Advertencia. El CEO de una cadena francesa de supermercados no quiere comprar carne del Mercosur
Excelencia Agropecuaria. A pura emoción, se consagraron los mejores del campo en 2024
Murió Luciano Miguens. Por qué fue la pieza clave de la Mesa de Enlace durante el conflicto donde el campo se defendió del kirchnerismo