En el departamento misionero de Eldorado, el productor citrícola Ricardo Ranger denunció la inactividad de la policía y de la Justicia ante la sustracción de frutas que los delincuentes luego las venden
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“Tierra de nadie, anarquía total. Nadie hace absolutamente nada de nada”. Con mucha bronca y desazón, el productor citrícola Ricardo Ranger describió cómo en los últimos 11 meses sufrió exactamente 64 robos de frutas en su quinta ubicada en Colonia Delicia Mado, también conocida como Colonia María Magdalena, departamento misionero de Eldorado, a 60 kilómetros de las Cataratas del Iguazú.
Si bien desde siempre hubo hurtos esporádicos en esa zona, contó que en el último tiempo se incrementó de manera exponencial ante la inactividad de la policía y la Justicia. “En 11 meses tengo 64 denuncias hechas de robo de fruta cítrica. Lo más grave es que roban para vender, no para consumo. Cada vez que entran a la finca se llevan hasta 400 kilos de fruta”, dijo a LA NACION.
Sin poder estimar la pérdida económica total, detalló que es por la noche cuando los ladrones cortan el alambrado, entran a pie con bolsones y se llevan su producción. Luego la cargan en camionetas que aguardan en la ruta para dejarlas en casas de vecinos hasta el otro día. Ranger es uno de los pocos en la zona que tiene los 12 meses del año cítricos en producción.
“Los serenos que puse no duraron porque los amenazaron con armas: les meten tiros y tienen miedo. Una inseguridad terrible, acá es tierra de nadie. La última denuncia fue este lunes porque el fin de semana me volvieron a robar, por ejemplo, de un galpón unos 70 kilos de mandarina que tenía para la venta. Antes de eso tengo 70 denuncias más. En 15 años hicimos más de 200 denuncias, una vergüenza total”, relató.
“Entran con total impunidad y se llevan la fruta. Con esa misma impunidad la venden en puestos ilegales en la ruta que nadie controla. Tengo casi dos robos por semana y mi quinta queda a 300 metros de la Comisaría. Lo peor es que si la policía los agarra, al otro día los largan”, agregó.
Hace un tiempo atrás, luego de que mataran a un productor, colonos de la zona armaron un grupo de autoconvocados para la lucha contra el delito rural que, con la ayuda del gobierno provincial de ese momento, algo disminuyó. Sin embargo, desde septiembre del año pasado la zona volvió a ponerse muy insegura y peligrosa. Fue un funcionario provincial quien le aconsejó hacer la denuncia tras cada robo que tenga.
“A partir de ese momento, cada vez que me roban tengo que ir a la policía y perder, tal vez, cuatro horas que le saco a mi actividad. Pero, como nunca pasa nada y los robos se siguen sucediendo, en las últimas causas me constituí en querellante porque si no la Justicia no mueve los casos”, aseguró.
Para Ranger, los delincuentes son gente de la zona que no quiere trabajar y que roba para vender en la ruta o llevan a los pueblos cercanos para comercializar en fruterías. “No existe ningún tipo de control para esa gente que vende en la ruta. Hay puestos de ventas ilegales de frutas cítricas de dudosa procedencia a orillas de la ruta nacional 12 y nadie controla nada. El Senasa a nosotros nos exige muchos detalles y requisitos para la habilitación del empaque, incluso hasta ubicación satelital del empaque. Para transportar frutas cítricas hay que tener el Documento de Tránsito Sanitario Vegetal (DTVe) y a los que roban y venden nadie los controla ni les pide nada”, enfatizó.
“Al que trabaja en blanco en la Argentina le hacen la vida imposible para poder trabajar. Pero al que roba y vende todo en negro no le hacen absolutamente nada”, añadió.
Desesperanzado y con mucho enfado porque, dijo, no puede contar con el apoyo del gobernador de la provincia, Hugo Passalacqua, que tampoco lo recibe, Ranger le hizo un pedido urgente al gobierno de Javier Milei. “En primer lugar, hay que cambiar la ley penal porque hoy el delito rural, me dijo un alto jefe policial, es considerado un delito social. Hay que legislar, como dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que la persona que reincide no salga de la cárcel. Cuando es reincidente el hurto no debe ser excarcelable. Que cambien las leyes penales porque así no se puede sostener una actividad, no se puede trabajar. Dicen que la propiedad es inviolable pero en mi finca hay permanentemente gente delinquiendo y haciendo logística para robar. Hay que cambiar las leyes, si no nadie va querer venir a invertir a la Argentina como quiere Milei”, finalizó.
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