Es difícil, casi imposible, escapar a la euforia emotiva del país cuando faltan pocas horas para disputar la final del Mundial de fútbol en Qatar. Por supuesto que pasan cosas más allá de lo que transcurre en el rectángulo de juego y que en el país no se extinguirán los problemas en caso de que la Argentina levante la copa de la FIFA, pero este deporte invade los corazones y las mentes.
A riesgo de hacer comparaciones con poco sustento, vale la pena tratar de encontrar algunas analogías entre la Selección Argentina, el Mundial y el agro.
En principio, se puede decir que el DT de la Selección, Lionel Scaloni, es como la soja. Resistido y criticado en un comienzo, a menudo con frases hirientes, lleva al equipo hasta lo más alto de una competencia mundial sobre la base de conocimiento técnico, bajo perfil y eficiencia. Aunque tiene un jugador de la calidad de Messi, logró organizar al equipo con el criterio del trabajo en común y la calidad competitiva. En la cadena de la soja ocurre algo similar. Aunque hay grandes individualidades, es el trabajo en red de productores, técnicos, empresas e instituciones el que logró llevar a lo más alto a la oleaginosa. Y cuando falla uno, se resiente el resto.
No es casual que Scaloni sea de Pujato, localidad del sur de Santa Fe, ubicada a 50 kilómetros de Rosario, en la que la soja es el principal cultivo. Como se sabe, su hermano Mauro, también exfutbolista, es productor agropecuario. Y Pujato es conocida como la Capital Nacional del Transporte, parte indispensable de la cadena agroindustrial.
Aunque arbitrarias, se pueden encontrar más analogías entre la Selección y el agro. El rival de mañana, Francia, tiene numerosos lazos con la Argentina como la influencia de su vitivinicultura, de su lechería, la industria de semillas (los trigos Baguette) y razas ganaderas como Charolais, entre otros. Pero también hay una rivalidad: es el país de donde surgen las mayores resistencias a concretar el acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea, con el argumento de que en el bloque regional no se cumplen los estándares ambientales mínimos. En esta línea política también están los Países Bajos, durísimo rival de la Argentina en cuartos de final.
Hace unas semanas hubo manifestaciones de productores con tractores en las rutas de la nación antes conocida como Holanda en rechazo de una medida que busca reducir emisiones de nitrógeno y que los obligaría a cerrar unos 3000 establecimientos. Esa medida se inscribe en el Pacto Verde de la Unión Europea que pone en riesgo la producción agropecuaria del Viejo Continente y que podría afectar a los países que exportan alimentos a esa región . Aquí, el interrogante que se abre es si Bruselas pretende jugar con reglas parejas y transparentes, mediante el diálogo, o quiere imponer de malos modos su criterio, como lamentablemente ocurre en ocasiones en el fútbol. A la Argentina no le va a quedar otra que prepararse.
Comparaciones
Otra comparación entre el agro y el fútbol, sin duda caprichosa, puede encontrarse con el fanatismo que despiertan Messi y la Selección en países tan lejanos como Bangladesh. Como informa Belkis Martínez en la página 12 de este suplemento, el principal producto de exportación argentino en ese país de más de 166 millones de habitantes es el aceite de soja. ¿Cuánto más se podría aprovechar este envión que da el fútbol para construir una marca país con otros alimentos?
Hay otro punto de contacto. El prestigioso diario The New York Times destacó el dato de los 500 kg de yerba mate que llevó la Selección a Qatar como factor de unión del equipo y una bebida que tiene propiedades antioxidantes. En cuanto a la diferenciación de productos, también se destacaron los 3500 kilos de cortes vacunos que llevó la Selección que fueron faenados bajo el rito Halal. A su vez, una de las empresas líderes de la avicultura argentina, Granja Tres Arroyos, tuvo que enviar, a pedido, otros 2600 kilos de carne de pollo en avión. El norte de África y los países del Medio Oriente representan uno de los mercados con mayores posibilidades de ingreso para los alimentos argentinos. El protagonismo que tiene la Selección Argentina puede representar una buena vía de entrada allí.
Como en el fútbol, el agro necesita que lo dejen prepararse y organizarse libremente para poder expresar todo su potencial. Cuando logra hacerlo, es capaz de competir en las instancias máximas porque puede exponer su talento, esfuerzo y voluntad por llegar al máximo objetivo. En definitiva, el campo y el fútbol son parte de la vida del país.
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