Hace dos meses, los productores de maíz estaban muy esperanzados en obtener un buen resultado económico en el ciclo 2020/21. A la siembra apostaron a altos rendimientos y el mercado mostraba una evolución alentadora.
Hoy están amenazados por una "tijera" con dos filos muy cortantes. El primero es el climático: la seca no perdona y en muchos campos de la zona núcleo los maíces serán dados de baja por desarrollo insuficiente, polinización deficiente, desuniformidad y vuelco. Así, muchos cultivos implantados con híbridos de alto potencial de rendimiento y elevadas dosis de fertilización, serán picados en los próximos días para alimentar hacienda que ya no alcanza a cubrir sus requerimientos nutricionales con el campo natural y las pasturas cultivadas. Por supuesto, en este contexto hostil no se van a implantar muchos cultivos de segunda que estaban programados en la rotación.
El otro filo cortante de la tijera es el cierre de las exportaciones de maíz, que provoca volatilidad e incertidumbre sobre la evolución del precio del cereal en las próximas semanas.
En este contexto, no es fácil tomar decisiones por parte de los productores. Tienen la expectativa de que el mercado podría seguir un camino descendente, lo cual debería impulsarlos a concretar ventas futuras, pero no libran nuevas órdenes porque no saben cuánto van a cosechar efectivamente. Aún está fresco el recuerdo de la cosecha de trigo, en la que muchos registraron pérdidas de hasta el 50% del rinde estimado a la siembra.
Muchas dudas hacia delante
En un escenario de mercado libre, los precios fluctúan de acuerdo con lo que ocurre con el libre juego de la oferta y de la demanda. En un mercado intervenido el comportamiento es distinto. Así, en un escenario de poca oferta por ser un año climáticamente complicado, los precios pueden permanecer deprimidos por restricciones de la demanda. En este potencial contexto, los bajos rindes no serían compensados con altos precios. Moraleja: los márgenes brutos se deprimirán y se desplomará el interés por la siembra del cereal en el ciclo 2021/22.
También hay que resaltar que es difícil desarticular este tipo de intervenciones en los mercados. Una vez activadas, pasado el tiempo, al querer desactivarlas, hay que ver cómo está el mercado internacional. Si los fundamentos son positivos para los precios -cómo se vislumbra- el mercado estará un escalón más arriba que hoy, lo que limita la posibilidad de volver a un mercado normal de marzo en adelante. Si la Argentina se retira el comercio internacional durante enero y febrero de 2021, es muy probable que suban los precios FOB en Brasil y Estados Unidos. En esa situación, es difícil que el gobierno actual asuma el costo político de volver a abrir el mercado de maíz con cotizaciones altas, que pueden influir, negativamente, sobre la inflación en un año electoral.
Los autores son analistas de mercados de AZ-Group
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