En esta campaña 2020/21 es importante comenzar con la planificación de la nutrición de todo el sistema de producción de cultivos. Desde los aspectos agronómicos en los últimos años hemos aprendido, sobre la base de numerosos estudios, que si implementamos estrategias de nutrición balanceada los rendimientos de los cultivos pampeanos mejoran sustancialmente por sobre las prácticas actuales de fertilización que realizan en promedio los productores agropecuarios.
En condiciones de nutrición no limitantes los rendimientos de casi todos los cultivos son de hasta casi 20% superiores a los que se alcanzan con el manejo más frecuentes de fertilización. Esto se explica en parte por el aumento en la demanda de nutrientes al mejorar los genotipos y prácticas de manejo, como también por disminución de la fertilidad de los suelos, que ha sido descripto a partir de un trabajo conjunto del INTA Balcarce y Fertilizar AC. Allí se describe que el 66% del área agrícola está limitada en los niveles de fosforo y el 46% presenta niveles limitantes de Zinc, además las caídas en los niveles de materia orgánica, fuente de nitrógeno y azufre.
En Fertilizar AC desde hace 4 campañas registramos el aumento en los rendimientos de los cultivos al mejorar los ajustes de dosis de nitrógeno, fosforo y azufre (NPS). Las brechas de producción entre el manejo actual y las estrategias de nutrición de alta producción fueron de 214 a 2095 kg/ha para soja, maíz, girasol, cebada y trigo. Estas diferencias en producción se asocian con desajustes en la nutrición con NPS cuando las dosis de fertilización no están acordes a los resultados de análisis de suelos y a las expectativas de rendimientos de los cultivos.
La planificación de la nutrición no se agota en el manejo agronómico. En paralelo también es necesario conocer cuál es la mejor estrategia desde el punto de vista de la ecuación económica de la fertilización de cultivos. Para es voy a hacer foco en el primer cultivo de la campaña, el trigo, y como este año el mejor margen bruto de todos los cultivos es el trigo/soja, basaré el análisis en el doble cultivo.
El análisis económico de la nutrición lo debemos realizar mirando el precio relativo de los fertilizantes con el de los granos y cuánto ingreso extra obtenemos por la mejora en la nutrición del cultivo.
El primer aspecto es la relación insumo/producto (kg de grano por el kg fertilizante). Cuanto menor es esta relación más baratos son los fertilizantes. En esta campaña de del trigo, las relaciones esperadas entre trigo y urea (3,03 en 2020 vs. 3,08 en 2019) y entre trigo y fosfato monoamónico (3,64 en 2020 vs. 4 en 2019) son 3% y 10% más ventajosas que en la campaña pasada, respectivamente. Es así como hoy estamos iniciando las discusiones de planteos técnicos de trigo/soja donde las brechas de producción asociadas a nutrientes tienen un factor de precios favorable para su reducción. Esto nos conduce a considerar objetivos en cultivos de altos rendimientos y calidad.
Más allá de los precios
El análisis no se agota en los precios. Debemos estimar los márgenes cuando aplicamos mejores estrategias de nutrición en un contexto de precios favorable de fertilizante. El foco lo pondremos en una experimentación en campo de productor en la zona de Pergamino, desarrollado por INTA y Fertilizar en la campaña pasada, donde las condiciones de humedad fueron muy buenas para trigo, y muy secas para soja de segunda. Comparamos el manejo frecuente de la nutrición del productor con dos estrategias de mejora, la primera basados en el diagnóstico (análisis de suelo) en donde se realiza un recomendación media o estándar sobre la base a los resultados del análisis de suelo, y la segunda es incorporar al diagnóstico expectativas de alto rendimiento y se cubren las demandas de NPS y micronutrientes.
El manejo frecuente del productor alcanzó un rendimiento de 5158 kg/ha de trigo y 2094 de soja segunda, equivalente a un ingreso de US$/ha 1328 descontado los gastos de comercialización, con un costo de nutrición de 75 US$/ha utilizado una dosis de 46 kg/ha de nitrógeno y 14 de fósforo y 3 de azufre. El primer escalón de mejora propuesto logró 5939 kg/ha de trigo y 2148 kg. de soja de segunda que representan un ingreso de US$/ha 1471 también descontando la comercialización. En este caso el costo en fertilizantes asciende a US$/ha 184 producto de una dosis de 120 kg/ha de nitrógeno, 20 de fósforo y 11 de azufre. Comparando los dos escenarios hasta ahora analizados vemos q los ingresos mejoraron en US$/ha 149 producto del aumento de los rendimientos y un costo extra de US$/ha 109. Esta propuesta mejora los márgenes en US$/ha 34.
Cuando realizamos la segunda propuesta, con una nutrición para altos rendimientos obtuvimos 6531 kg/ha de trigo y 2164 de soja de segunda, que generan un ingreso de US$/ha 1574, y un costo de US$/ha 227 de fertilizantes con una dosis de 162 kg/ha de nitrógeno, 36 de fósforo, 18 de azufre y 1.5 kg de zinc. Respecto del manejo frecuente este planteo mejora los ingresos en US$/ha 246 e incrementa los gastos en nutrición en US$/ha 152 . El beneficio de la mejora es de US$/ha 94. En el contexto de precios actuales el manejo integral de la fertilización considerando o aspirando a planteos de cultivos de alta producción integrando herramientas de diagnóstico son los recomendados para aumentar la productividad y mejorar los beneficios económicos.
Integrante del comité técnicode Fertilizar AC
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