Los emprendedores Matías Lopresto, Rafael Jurado y Daniel Bianchi inaugurarán en 2025 una fábrica en Lobos para producir inoculantes, coadyuvantes y fertilizantes microgranulados
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Cuando se conocieron en 2016, Matías Lopresto y Rafael Jurado eran dos profesionales con varios años de trayectoria en el sector agropecuario. Durante sus primeros encuentros, los jóvenes se dieron cuenta de que los unía el mismo espíritu emprendedor, por tanto, las ganas de desarrollar sus propios productos de biotecnología los llevó a trabajar en ese sentido.
Así, los socios comenzaron a materializar las ideas que tenían en común. Según recordaron, esto se dio en medio de un contexto de un mercado que ofrecía buenos márgenes de rentabilidad y potencial de crecimiento para el tipo de emprendimiento que apuntaban. De esta forma nació Biofilm, de bioestimulantes y tratamiento de semillas, cuya sede está en Capital Federal y sucursales en Lobos y San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires. Con el paso del tiempo, los jóvenes se asociaron a Daniel Bianchi, un técnico Universitario en Producción Agropecuaria de la Universidad Católica Argentina, quien le dio un empuje clave al equipo.
“Arrancamos con muy poco y el proceso de evolución fue lento, pero sostenido y orgánico. Conseguimos financiación con créditos blandos y fuimos reinvirtiendo lo que ganábamos. En nuestros inicios recibimos el apoyo de familiares, amigos y conocidos que apostaron por una marca que hasta entonces era desconocida. Ese respaldo fue fundamental. Al principio vendíamos inoculantes y coadyuvantes que formulábamos en laboratorios de terceros, pero ya en esa época teníamos la idea de controlar todo el proceso productivo, escalar nuestros desarrollos y mejorar la calidad. El proyecto de la planta era lejano, pero ya estaba en nuestro radar”, explicó Lopresto. La firma nacional inaugurará en el primer semestre de 2025 una planta de 4800 metros cuadrados en Lobos para producir inoculantes, coadyuvantes y fertilizantes microgranulados.
La llegada de un tercer socio, Daniel Bianchi, según dicen los socios, fue fundamental. De esta forma, ganaron “fuerza comercial”. “Consolidamos un equipo de trabajo y eso nos permitió armar una estructura sólida para el negocio”, completó.
Al anhelo de construir una planta de 4800 metros cuadrados en Lobos, provincia de Buenos Aires, se le sumó el plan de poner en funcionamiento una fábrica de fertilizantes microgranulados con 100% de capitales argentinos.
“Para nosotros es un orgullo enorme estar tan cerca de inaugurar la planta, la cual hoy tiene un avance del 80%. Se encuentra en un predio de ocho hectáreas y requirió una inversión total de 10 millones de dólares. Cuenta con una capacidad de producción de 42.000 toneladas anuales de fertilizantes microgranulados, seis millones de litros anuales de productos líquidos y 500.000 litros anuales de biológicos, con posibilidad de ampliación en el futuro”, añadió Jurado.
Por último, Bianchi, agregó: “Tenemos una red de distribuidores extendida en distintos puntos del país, 2.5 millones de hectáreas aplicadas con nuestros productos y un plan de regionalización de la compañía a Brasil, Paraguay y Uruguay en los próximos años”.
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