La mayor presión tributaria para el campo en la actual campaña agrícola impulsó con fuerza la participación de los impuestos , en todos los niveles del Estado, en el resultado económico de los productores.
Así se desprende de un informe realizado por la Sociedad Rural Argentina (SRA), que menciona casos de cultivos con una participación el 90% y subas de hasta diez puntos en la participación.
El informe, que analiza el escenario que había en mayo pasado y lo compara con el de octubre, considera el precio del arrendamiento -el modelo que se usó lo incluyó como un costo factor tierra- y los impuestos que el productor paga tanto al momento de la venta como los impuestos para realizar su actividad. Dentro de este cálculo se incluyen desde las retenciones en las exportaciones hasta el impuesto a los ingresos brutos (directos e indirectos), el gravamen sobre los combustibles, el impuesto a los créditos y débitos bancarios, los pagos de autónomos, el impuesto automotor, el impuesto a las ganancias, Sellos, el gravamen a la propiedad inmobiliaria y tasas municipales, entre otros.
En trigo, ya sembrado y con la cosecha iniciada en el norte del país, al momento de la siembra el productor estimaba que los impuestos significarían un 72% de su resultado. Ahora, ese porcentaje trepó al 84 por ciento.
En el caso de la soja, "el peso de los impuestos en el resultado del productor pasó de 83% en mayo a 90% en octubre de 2018", sostiene el trabajo. En el caso del maíz, la participación de los impuestos subió del 79% al 91%.
Retenciones en alza
En su informe, la Rural destacó que una de las causas de la mayor presión impositiva es la última suba en las retenciones dispuesta por el gobierno nacional en medio de la crisis. Pasaron de 0 a 10-12% en el caso del trigo y el maíz, entre otros. "En soja se pasó de un derecho esperado para la próxima campaña del 23% a uno de 28/30% según el nivel del tipo de cambio", apuntó el trabajo.
También alertó por el mayor peso de los impuestos inmobiliarios y las tasas viales, con subas del 50% en el último año, según las provincias y municipios. Y agregó: "La ganancia por la devaluación se la lleva el pago por adelantado del impuesto a las ganancias, a causa de la imposibilidad de poder realizar el ajuste por inflación de los stocks. Esto se agrava por las altas tasas de interés".
En tanto, en otro trabajo, la Bolsa de Comercio de Rosario evaluó el peso de la carga impositiva con retenciones incluidas en un campo propio para soja de 200 hectáreas a 150 kilómetros de los puertos del Gran Rosario.
Tomando en cuenta este caso, la participación del Estado en los ingresos del negocio ya se ubica en torno al 66% del total generado por la explotación sojera.
En ingresos, mientras a ese productor después de pagar todos los impuestos le queda un margen neto anual de US$298 por hectárea, el Estado se lleva en todas sus niveles la suma de US$578,4 por hectárea.
"Al quedarse el Estado con 578 dólares por hectárea los gobiernos perciben casi el 70% de la torta de ingresos. Una enorme desproporción", alertan en la entidad rosarina.
Impacto directo
La Bolsa rosarina aclara que esta presión tributaria "es solamente la visible en forma directa, ya que el productor y toda la cadena pagan además -en forma indirecta- otros impuestos, como los que se aplican a los combustibles, el IVA sobre el valor añadido, impuesto a los ingresos brutos por la compra de insumos y otros bienes/servicios, derechos municipales y comunales, etcétera. Todos estos tributos están dentro de los costos directos del productor". Vale recordar que el trabajo de la Rural da una carga mayor sumando todos los rubros.
La Bolsa de Comercio de Rosario también hizo este cálculo para la producción en campo alquilado en la misma región. En este caso, en soja la participación del Estado en el negocio sube al 83 por ciento. En plata, mientras después de pagar todos los impuestos al productor le quedan 90,9 dólares por hectárea, el Estado en todos sus niveles se lleva US$429,9 por hectárea.
A todo esto, en un informe, el productor Néstor Roulet, exsecretario de Agregado de Valor del ex-Ministerio de Agroindustria, destacó que mientras en soja en 2015 el Estado recaudó US$10.485 millones, para 2019 esa cifra sería de US$7201 millones, lo que implica US$3283 millones menos de ingresos para el fisco. Vale recordar que en 2015, con el Gobierno anterior, había retenciones del 35% para la soja (con el nuevo esquema están en 28/29%, según el tipo de cambio). Ese año se cosecharon 60,6 millones de toneladas y ahora, 55,5 millones de toneladas. En la menor recaudación también influye la baja del precio internacional.
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