Se trata del Pasto Cubano, que avanza en lotes baldíos e incluso en canteros de las veredas
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Una entidad del agro advirtió sobre la importancia del control del Pasto Cubano, una maleza que solo aparecía en las zonas rurales, pero que desde hace unos años crece exponencialmente también en las zonas urbanas con un alto poder invasor.
Así lo detalló la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), que indicó que su control preventivo es fundamental porque por cada planta adulta bien desarrollada se obtienen cerca de cien mil semillas que pueden ser transportadas por el viento, aves, agua de riego e implementos agrícolas, entre otros factores.
Ximena Rojo Brizuela, coordinadora de la Región NOA de la entidad, explicó que la Tithonia tubaeformis, comúnmente conocida como “pasto cubano” o “girasolillo”, es una maleza originaria de Centroamérica que fue introducida “involuntariamente” en los 60 en Jujuy, desde donde se extendió a toda la región. En rigor, detalló que se puede identificar al recorrer las rutas de la zona por “su gran porte y sus características flores amarillas” que visten las banquinas durante el otoño y el comienzo del invierno.
“En 1983 fue declarada plaga nacional por las entonces autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación. Esto se debió a su alto poder invasor, gran capacidad de competencia con los cultivos y velocidad de colonización en espacios donde no estaba presente”, expresó.
La especialista remarcó que “es una especie que tiene mucha capacidad esquilmante, es decir, que puede extraer una gran cantidad de nutrientes del suelo”. Tanto es así que agregó: “En los primeros años de aparición, el pasto cubano puede llegar a medir hasta 4 metros de altura, y con el correr de los años va tomando cada vez menor porte porque el suelo está empobrecido”.
En un comienzo esta era una maleza que aparecía solo en las zonas rurales. Sin embargo, según expresó Rojo Brizuela, desde hace unos años se la puede apreciar también en las zonas urbanas, principalmente en los lotes baldíos donde puede generar grandes cubanales y hasta en los canteros de las veredas donde alcanza dimensiones muy pequeñas. “Es por eso que todos nosotros, productores y vecinos, estamos obligados comprometernos en colaborar en su control”, manifestó.
En esa línea, advirtió que la incidencia del Pasto Cubano está “creciendo exponencialmente” y que su manejo preventivo “es fundamental porque por cada planta adulta bien desarrollada se obtienen cerca de cien mil semillas, que pueden ser transportadas por el viento, aves, agua de riego e implementos agrícolas, entre otros factores”.
En ese sentido, detalló que un manejo adecuado consiste en combinar técnicas de control mecánicas y químicas. Esto implica conocer el momento de mayor susceptibilidad de la maleza y los principios activos más adecuados para controlarla.
“Si estás en zona urbana los métodos más recomendados son los mecánicos: arrancar de las plantas de raíz y dejarlas amontonadas para que se sequen sin tener contacto con el suelo. Esta última parte es importante, ya que tiene la habilidad de enraizar desde los tallos”, comentó.
En caso de utilizar una herramienta de control químico, es imprescindible contar con el asesoramiento de un profesional de la agronomía.
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