"Estuvimos al límite durante toda la ventana de siembra y seguimos al límite". La frase es de Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y refleja la situación por la que atraviesa la actual campaña agrícola: requiere que se cumplan los pronósticos de que pasado mañana habría nuevas precipitaciones que permitirían dar un respiro a los cultivos de soja y maíz sembrados y se pueda completar la siembra pendiente. Algunos expertos mencionan que el déficit hídrico a nivel país ronda los 150 milímetros.
Si bien el cuadro todavía no es caótico, la campaña hasta acá se vino haciendo con "parches" de registros de lluvias, como detalló Cristian Russo, de la red GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario, y por ello se necesitan de más precipitaciones.
En soja faltan sembrar 3,8 millones de hectáreas sobre un total de 17,2 millones de hectáreas previstas. En maíz, en tanto, resta implantar 2,4 millones de hectáreas sobre una previsión de siembra de 6,3 millones de hectáreas para grano comercial.
"El atraso nacional en soja, respecto del año pasado, es de un 2% para esta fecha, pero en maíz es mayor: un 14%", detalló Copati. "Se nota que es un año Niña donde no sobra nada", agregó el especialista. En maíz la demora no es solo por la falta de humedad para sembrar, sino también por el corrimiento de fechas a implantaciones más tardías. En Córdoba se hace mucha siembra tardía que se podría ver impulsada por las precipitaciones.
Respecto de la soja, en su último informe la Bolsa de Cereales de Buenos Aires alertó que "la falta de condiciones para la siembra de segunda podría impactar negativamente sobre la actual estimación de superficie (por el total previsto)".
Ayer se registraron precipitaciones en La Pampa y sectores del extremo sur de Córdoba, mientas la expectativa está puesta en la generalización de las precipitaciones.
Para Copati, como dato positivo, si bien las precipitaciones acumuladas se encuentran por debajo de los promedios, hubo una distribución de lluvias que fue posibilitando que los cultivos siguieran su marcha. A modo de ejemplo, los maíces sembrados temprano, que están entrando en un período crítico de floración, se encuentran con estrés, pero tienen chances de seguir en carrera de producirse las lluvias que se aguardan.
"En el centro norte de Córdoba las precipitaciones acumuladas desde que comenzó la ventana de siembra hasta ahora se ubican por debajo al promedio de los últimos cinco años, pero lo que jugó a favor fue la distribución de esas lluvias", apuntó.
Copati indicó que, como otro elemento que estuvo amortiguando el panorama, hay que destacar que "cada frente de tormenta que hubo trajo más lluvias de lo previsto". Además, las rotaciones con gramíneas en los últimos años es otro elemento clave ya que se ven mejor los lotes bien rotados y con siembra directa que aquellos que no tuvieron buenas rotaciones o donde fue removido el suelo.
"A pesar de lo complejo, por la distribución de las lluvias y las mejores rotaciones (la campaña) se sostuvo", explicó.
Para Russo, en tanto, "lo importante" será lo que venga en materia de lluvias para este miércoles. "Es lo que todos estamos esperando; ojalá lleguen a la región central. Si no tenemos un evento importante, vamos a estar complicados", alertó. Según el experto de la Bolsa rosarina, la campaña vino recibiendo "parches" con las precipitaciones.
En el campo, los productores y técnicos advierten sobre la necesidad de nuevas precipitaciones. "Esperando la lluvia del miércoles, los cultivos vienen resistiendo, pero muy estresados", contó el técnico Alejandro Giorgi, sobre el panorama de los cultivos en Fuentes, Santa Fe.
Lo que viene
Por su parte, el meteorólogo Leonardo de Benedictis indicó que el déficit de lluvias es muy significativo en el centro del país y ya alcanza los 150 milímetros. "Es grave la falta de lluvias en muchas regiones productivas", señaló.
De Benedictis remarcó que el evento La Niña viene siendo bastante firme desde la primavera, aunque hubo zonas que con las lluvias de octubre mantuvieron algo de humedad. No obstante, alertó: "Esa humedad se fue disipando producto de las elevadas temperaturas y las pocas lluvias de noviembre y diciembre, que fue el mes más complicado".
Las perspectivas del experto para los primeros meses del año próximo no son la panacea. "Para enero se espera un pequeño repunte que vendría muy bien para las zonas productivas pero este será temporario, producto de algunas lluvias que pueden ser más generalizadas y abundantes en sectores determinados", detalló .
"Pero no es la salvación porque febrero vuelve a ser otro mes de pocas lluvias. Recién en marzo habrá un comportamiento más normal, pero para muchos ya va ser muy tarde porque los períodos críticos de enero y febrero no recibirían buen caudal de agua, sino más bien todo lo contrario ", agregó.
Con la colaboración de Mariana Reinke
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