"El escenario para el financiamiento de los productores puede calificarse tranquilamente como de oportunidad", dijo el especialista Martín Nava. "Las empresas tienen la oportunidad de hacer inversiones con préstamos a largo plazo u obtener capital de trabajo para evolución con tasas de interés negativas en pesos", agregó, al hablar en un reciente webinar organizado por AZ-Group.
Nava dijo que el actual gobierno reeditó la línea de Inversión Productiva, con tasas de interés muy bajas, menores a la inflación y a la evolución del tipo de cambio. Ocurre que el Banco Central de la República Argentina obliga a las entidades a prestar una determinada cantidad de dinero al 30% anual fijo en pesos. Si no concretan estos créditos, el BCRA los sanciona.
Esta línea de préstamos blandos para pymes es muy conveniente para el sector agropecuario, porque permite hacer inversiones de todo tipo en agricultura y ganadería, a 48 meses, con la tasa mencionada durante todo el periodo del crédito, según precisó. Se puede optar por garantía prendaria o leasing. También hay créditos al 30% anual para capital de evolución, a 12 y 18 meses.
Según señaló, para competir con esa línea, algunos bancos han salido agresivamente con líneas propias. Puso como ejemplo que el Banco Santander dispuso un cupo de préstamos para inversiones de todo tipo al 23% anual fijo en pesos.
"Las tarjetas agropecuarias también ofrecen buenas alternativas a los productores. Otorgan financiación de corto plazo para la compra de insumos ganaderos y agrícolas con una tasa que puede ir del 23 al 30% anual y plazos de 180 a 360 días", indicó.
Nava también recomienda la negociación de cheques de pago diferido. "Los productores pueden desprenderse con mucha facilidad de estos valores pesificados provenientes de negocios ganaderos o de forwards y obtener contado entregándolos a entidades financieras. Por ejemplo, para plazos de hasta 90 días, se puede conseguir una tasa del 17% anual para el descuento, mientras que si el plazo es entre 91 y 270 días sube al 19%", expresó.
"Este festival actual de tasas negativas es de dudosa sostenibilidad a futuro", advirtió Nava. Justificó esa afirmación en que los bancos deben pagar 37% anual a los ahorristas y en que se proyecta una tasa de inflación del 50% anual para 2021.
"Puede ocurrir que se mantengan tasas bajas hasta las elecciones de octubre, pero eso también dependerá de la marcha del acuerdo con el FMI y de la evolución del tipo de cambio, entre otras variables", adelantó.
"Quien tenga pensado tomar créditos para evolución o para inversión podría aprovechar las oportunidades existentes hoy, porque no hay garantía de que tasas tan negativas se mantengan el año que viene", concluyó.
LA NACIONTemas
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