El manejo y dietas que se implementen durante la recría determinará acelerar o no la misma y con ella alcanzar el objetivo final
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En ganadería bovina hay varios puntos claves para lograr el éxito económico en el sistema productivo, tanto en los engordes a corral como en los pastoriles. Uno de ellos y, quizás el que determina el futuro del sistema, es hacer una recría eficiente y adaptada a la realidad de cada región y a las demandas de los mercados. El manejo y dietas que se implementen durante la recría determinará acelerar o no la misma y con ella alcanzar el objetivo final.
En la práctica, lo que cambia o se modifica es el peso del ternero al final de la recría, el cual depende del mercado al que se destine ese animal. Cuando se busca terminar novillos livianos para consumo interno (400 a 420 kg/cab) el peso final de la recría varía entre 280 a 300 kg/cabeza.
Mientras que para terminar animales pesados para exportación (arriba de 450-480 kg/cab.) el peso final de la recría de razas británicas y sus cruzas debe variar entre 350-380 kg/cabeza y el de cruzas índicas y continentales entre 400-420 kg/cabeza. En tanto, las vaquillonas que tienen destino para reposición y, salvo las que vayan a venta, deberían terminar la recría con 250 a 280 kg/cabeza (biotipo chico) y 300-320 kg (biotipo grande) y de ahí en adelante, ya sea para reposición o para venta tendrán un tratamiento diferencial.
Por ello, se deben ajustar los sistemas productivos a las características de clima y suelo, económica-financieras y expectativas de cada empresa ganadera, ya sea para atender el mercado interno o externo.
En este trabajo se analizarán los diferentes tipos de recrías y las demandas energéticas y proteicas de cada dieta, aunque por limitaciones de espacio no se podrá profundizar en las características de cada una.
Existen dos tipos de recrías, la recría pastoril o a corral. A su vez, la pastoril se divide en recría tradicional que tiene un mayor tiempo de duración, producto de menores ganancias de peso, y la mejorada que alcanza mayores ganancias y eso reduce, significativamente, la duración y los costos de producción. Cada empresa ganadera debe seleccionar la recría que mejor se adapta a las características de ella y a las demandas del mercado actual. En todos los casos se considera un peso al deteste, desleche o separación de la madre de 140 a 180 kg/ternero.
Recría pastoril
Cuando las ganancias están por debajo de los 300 g/ternero/día, como ocurre en muchas recrías “tradicionales”, especialmente en zonas semiáridas y subhúmedas, se corre el serio riesgo de afectar los niveles de la hormona de crecimiento en sangre, y cuando eso ocurre se afecta el tamaño y desarrollo de los huesos.
Como consecuencia de ello los terneros tendrán menor tamaño, son los llamados “terneros cola”, que se van a engordar y engrasar igual pero siempre tendrán menor tamaño corporal y eso puede afectar el precio final de venta.
Otro extremo es cuando los terneros durante la recría tienen ganancias por arriba de los 800 gramos diarios. En este caso se producirá un engrasamiento prematuro de los animales, y si no se “desengrasan a tiempo” se terminarán para la venta muy livianos (320-340 kg/cabeza) y nunca se logrará el objetivo de terminarlos más pesados, ya sea para el mercado interno (400-420 kg/cabeza) o exportación (+450 kg/cabeza).
Por todo ello, para alcanzar estos objetivos, tanto en una recría pastoril como a corral, se aconseja hacer una “recría mejorada” cuyas ganancias de peso varíen entre los 500 a 700 g diarios. De esta forma, los novillitos alcanzarán rápidamente el peso de final de la recría de acuerdo al biotipo (chico y grande) y a los mercados demandantes.
Recría a corral
También se puede hacer una recría a corral, manteniendo el objetivo de 500 a 700 g diarios, aunque es más difícil que la recría pastoril porque el tipo de dietas que se utilizan, normalmente, produce altas ganancias de peso (>1 kg/animal/día) en cualquier descuido. Y eso provoca que el animal se engrase prematuramente y eso afecta el desarrollo óseo, quedando los animales de menor tamaño.
Para evitar este problema, se deben formular “dietas ricas en proteína y moderadas en energía y fibra”, buscando no producir engrasamiento prematuro ni que se eleven demasiado los costos de producción, que limitaría el sistema productivo.
Terminación
Posterior a cualquiera de las recrías mencionadas, tanto en los sistemas pastoriles como en los de corral, los animales deben recibir una dieta rica en energía (mayor de 2.7 Mcal energía metabolizable/ kg MS) y niveles de proteína entre 11-12%, durante la etapa de terminación (90-100 días) que les permita obtener una ganancia igual o superior a 1.2 kg/día y se terminen “gordos” para cualquiera de los mercados.
De esta forma se estimula el engrasamiento y con él la terminación de los mismos. Eso ocurre porque de esa ganancia cerca del 50% corresponde a grasa subcutánea que se deposita en la parte dorsal del animal que lo redondea y le otorga una buena terminación.
El autor es Doctor en Ciencias Veterinarias, especializado en Nutrición Animal (Ing. Agr. M.Sc. PhD) director ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos (carne y leche). afmayer56@yahoo.com.ar //resalancursos@gmail.com. www.nutriciondebovinos.com.ar
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