"Bajo tu sombra sestearon / los matreros perseguidos / y los pájaros sus nidos / en tus ramajes colgaron. / Junto a vos se desafiaron Santos Vega y Juan sin Ropa / y en lo más alto'e tu copa / las estrellas se enredaron". Así dice la canción Cien años, ejemplo acabado del repertorio criollo que cultivó Agustín Magaldi (1898-1938), "La voz sentimental de Buenos Aires". Contemporáneo de Carlos Gardel e Ignacio Corsini, Magaldi vio la luz en Casilda, pero se radicó en Rosario, hasta su definitiva instalación en la Capital. El canto lírico lo había atraído desde su adolescencia. Volcado al tango como solista, deben mencionarse creaciones como El Penado 14, Consejo de oro, ¿Por qué te fuiste, hermano? (escrito a la memoria de Gardel) o Levanta la frente , tuvo con Pedro Noda un famoso dúo de cantos nativos que dejó escuela. También unió su voz a la voz de la consagrada Rosita Quiroga en piezas como Chilena ingrata (cueca), Virgencita de Luján (tonada), La jachalera (zamba) y El amor de los amores (gato).
En cierta oportunidad, la crítica periodística le recomendó dejar los tangos y dedicarse a las zambas, dado su registro de "voz doliente" de tenor. "Se vino la noche / copándose al sol / y sobre los campos / su manto tendió. / El ojo ?e la luna / se puso a vichar, / farol de los gauchos / en la oscuridad" (Farol de los gauchos).
De sus más de trescientas grabaciones (su primer registro data de 1924 y el último de 1938), casi la mitad fueron hechas a dúo con Noda y representan, entre mucho, zambas, triunfos, tonadas, chacareras, cuecas y gatos. Pero también ritmos norteamericanos y hasta canciones rusas, como la conmovedora Nieve.
Su presencia fílmica fue fugaz. "En Monte Criollo" (Arturo Mom, 1935) canta junto a Noda la cueca Mi sanjuanina. Fue su única escena para la creciente industria cinematográfica argentina. A Magaldi debe buscárselo en aquellas antiguas grabaciones que demuestran la condición de gran compositor e intérprete. Inmortalizados por su voz han quedado la cueca Los sesenta granaderos ("Quiero elevar mi canto / como un lamento de tradición / para los granaderos / que defendieron nuestra Nación"), el gato Mi pabellón o el tango Dios te salve m'hijo, estampa de un tiempo de fraudes comiciales y violencias políticas en los que se pretendía ganar una elección "por la plata, por la tumba, por el voto o el facón". "Pobre m'hijo: quién diría que por noble y por valiente / pagaría con su vida el sostén de una opinión. / Por no hacerme caso m'hijo, se lo dije tantas veces: no haga juicio a los discursos del doctor ni del patrón".
El arte criollo tuvo en Agustín Magaldi un cabal exponente. Su singular expresión no ha sido superada. Temática social, color argentino en sus canciones, el arrabal y, desde luego, el campo y sus gauchos, aunque en ciertas ocasiones esto último como sombra de un tiempo ido: "Hoy todo se ha cambiado, el gaucho ya no existe, / mas que un relato triste pa la especulación, / por eso en mi tristeza, recuerdo con empeño / de aquel refrán porteño que hasta el cardo tiene flor" (Tata viejo, tango).
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