La industria de agroquímicos y semillas ha seguido un patrón de consolidación a través de compras y fusiones durante los últimos 50 años, pero 2017 fue el año en que las megafusiones y megacompras irrumpieron con una fuerza inaudita.
El mercado global de agroquímicos y semillas supera los U$S 100.000 millones y pasará a estar dominado por una trilogía de empresas que se harán con el control del 60% del mismo.
Chemchina completó la compra de Syngenta -número uno de agroquímicos- luego de haber adquirido el 100% de Adama.
Dow y DuPont obtuvieron la aprobación para su fusión y están avanzando para su implementación a nivel internacional y local.
La compra de Monsanto por parte de Bayer es la más compleja y la Unión Europea aún no la ha aprobado, pero se espera que así sucedará en los próximos meses no sin antes imponer condiciones adicionales.
Hace unos días se formalizó la adquisición de Nidera Semillas por parte de Syngenta en un elevado precio, que algunos estiman en US$3000 millones, pero que no ha significado un egreso de caja, ya que la posición financiera de Syngenta se ha visto resentida luego de la compra por parte de Chemchina.
La operación tiene sentido para las dos empresas, ya que Cofco (la anterior dueña de Nidera Semillas) quiere focalizar sus recursos y energías en el negocio de trading de granos, mientras que Syngenta necesita mejorar su posición global en el mercado de semillas. Quedan dudas acerca de cómo se va a monetizar la operación, pero al final del día tanto Chemchina como Cofco tienen un mismo dueño (el Estado chino).
El gran rumor que corre en el mercado es que Chemchina y Sinochem planean una megafusión que daría nacimiento a un gigante químico con ventas globales superiores a las de Basf. Esta operación, junto con la adquisición de Nidera Semillas, puede acarrear cambios mayores en la manera de gestionar este conglomerado de agroquímicos y semillas. No hay que descartar ventas, separación de subsidiarias o spin-offs de parte de sus negocios.
Toda esta ola de compras y fusiones ha dejado en una situación precaria a la división de agronegocios de Basf, que solo representa un 10% de los US$ 70.000 millones que ha vendido la compañía alemana en 2016.
Este tamaño deja a Basf en un incómodo y alejado cuarto lugar en el ranking de competidores. Bayer-Monsanto es casi cuatro veces más grande y tanto Dow-DuPont como Chemchina la duplican tranquilamente en tamaño.
Sin embargo, Basf ve una oportunidad y ya está señalizando la compra de los activos que la autoridad regulatoria europea le obliga vender a Bayer.
La aprobación de la operación Bayer-Monsanto dará nacimiento a un gigante que dominará más del 25% del negocio global de agroquímicos y semillas, convirtiéndose en el gran jugador de la industria.
Sin embargo, la implementación a campo de estas megaoperaciones no es sencilla y llevará bastante tiempo. El 2018 será testigo de los primeros cambios que no serán indiferentes para los productores, agronomías, acopios, distribuidores, competidores y demás participantes de este mercado.
El autor es consultor