En un territorio como la provincia de Buenos Aires, con más de 307 mil kilómetros cuadrados de superficie, donde las producciones crecen año tras año, la posibilidad de seguir apalancando el crecimiento en los segmentos agroindustriales es una realidad y no una utopía. Campo e industria ya no deben ser ni serán esquemas por caminos paralelos o separados.
En ningún lugar del mundo las producciones primarias están separadas del agregado de valor que se obtiene a través de procesos agroindustriales. Apenas llegamos al gobierno provincial, con la gobernadora María Eugenia Vidal pensamos en tener un Ministerio así, donde no pensar en "asuntos agrarios" sino en un concepto moderno como el de Agroindustria. Lo hicimos y lo sostuvimos.
Empezamos con tener una misión y una visión, luego definimos objetivos concretos para seguir trabajando y empujando cambios como innovación, bioeconomía, productividad, competitividad, seguridad agroalimentaria y agroindustria con un foco social más amplio, entre varios temas más. Durante nuestra gestión pasamos más de 17 meses de inundaciones y siete de una gran sequía, pero nunca se dejó de avanzar y empujar.
Logramos posicionar nuevamente a la provincia de Buenos aires como la más importante a nivel agroindustrial. Los segmentos productivos de este motor de la economía dentro de la agroindustria en nuestra provincia son más del 50% en cada caso en importancia respecto al país. Si la Argentina puede producir alimentos para más de 600 millones de personas en el mundo, Buenos Aires lo puede hacer para 300 millones.
Desburocratizamos como nunca antes trámites de gestión pensando en la gente y sus beneficios. Pusimos en marcha el DUT (Documento Único de Transito de ganado) que cuando esté en frecuencia en todos los municipios en unos pocos meses, habrá un ahorro de más de 5000 millones de pesos que estarán en el circuito productivo y no gastados en horas hombre mal usadas, gastos de combustibles, arreglos de autos o chatas.
Tenemos nuestra Unidad Coordinadora de Alimentos (Ucal) donde los trámites de habilitación de plantas y registros de productos que antes tardaban 400 días, hoy tardan no más de tres y en poco tiempo ya será autogestión directa.
Hoy el protagonismo de nuestra provincia trasciende en el mercado interno, y en el exterior. En estos cuatro años participamos de misiones comerciales a Brasil para vender y posicionar nuestro trigo, estuvimos dos veces en distintos lugares del mundo en el principal congreso mundial de Miel donde llevamos empresas apícolas de nuestra provincia. Lo mismo hicimos con China donde fuimos protagonistas 2 veces, y este año más aún, con la presencia de un stand donde fueron más de 22 empresas de nuestra provincia de distintos segmentos de la agroindustria, donde pudieron mostrar lo que hacen, participar de rondas de negocios, y fundamentalmente comenzar relaciones comerciales reales.
Fuimos parte del Consejo Federal Agropecuario Nacional y lideramos dentro de este, el Pampeano, donde pudimos trabajar sin fisuras, de forma proactiva, resolutiva y en equipo con nuestras provincias hermanas de Córdoba y Santa Fe: tres provincias de distinto signo político, que trabajamos muy juntos, y donde ninguno de nosotros pusimos la política por delante de los intereses de la gente.
Mesas de competitividad
Participamos de todas las mesas nacionales de competitividad con los colegas de Nación y el presidente Macri. Activamos todas las mesas de competitividad provinciales para todos los segmentos de la Agroindustria bonaerense, gracias al esfuerzo de todos los bonaerenses y su empuje, todos juntos, trabajando así, al lado de cada uno, escuchando, dialogando, empujando, poniendo todas las herramientas que teníamos a nuestro alcance, pudimos salir adelante y comenzar con estos records de cosechas en los principales cultivos, con una recuperación de la ganadería – más del 75% de los frigoríficos exportadores están en Buenos Aires – todos los segmentos productivos crecieron en promedio más del 18%, generamos empleo directo e indirecto en casi todas las cadenas.
El dialogo formal e informal –con entidades, asociaciones, cámaras, empresas, crupos, ONG - permanente con todos los actores de la cadena nos hizo crecer a todos. Hoy nos queda agradecer. A todos: porque todos juntos pensamos en empujar, crecer, desarrollarnos, y lo más importante, lograr apuntar a tener una actividad agroindustria sustentable, sostenible, rentable, que cuide los recursos, que piense en el cambio climático y el cuidado del medio ambiente y en la generación de valor. A esto apuntamos durante nuestra gestión.
Muchas cosas pudimos hacer avanzar e implementar, y otras tardamos más tiempo o no pudimos. Lo que sí estamos seguros que dejamos un legado y una base firme para seguir construyendo cosas buenas para que todos los bonaerenses puedan estar cada día mejor. Ojalá los que nos sucedan puedan continuar y a su vez mejorar todo lo que pudimos hacer. Lo deseo de verdad. Estaré ahí– yo y mis equipos – desde otro lado para aportar, construir y ahí me van a encontrar a mí y a mis equipos para ayudar, acompañar, defender y sugerir. Cerca de la gente, de los bonaerenses, y de todos los que quieran seguir construyendo una provincia y un país mejor, donde el motor de la economía que es la agroindustria – Agro e Industria juntos -empuje el desarrollo y la generación de empleo directo e indirecto que tanto necesitamos.
Se cierra esta lindísima etapa, honrado de haber estado junto a una gran gobernadora, con principios, valores y gestión que comparto y compartí, y un gran equipo con un valor diferenciador. Hay mucho por hacer, y por eso seguiremos acá. Siempre al lado de la gente y trabajando juntos.
El autor es ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires
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