Las tensiones internacionales afectan el ritmo del mercado de materias primas agrícolas; mientras en la Argentina se esperan precisiones sobre medidas económicas
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El título de la presente columna hace referencia al conocido juego de mesa “Plan táctico y estratégico de guerra” (TEG, por sus siglas en inglés). En rigor, China no atacó a nadie, todavía. No obstante, Nancy Pelosi quien desempeña el cargo de presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos desde enero de 2019 logró enfurecer al presidente chino, Xi Jinping, luego de haber incorporado dentro de su gira por el sudeste asiático a Taipéi, capital de Taiwán. En respuesta a ello, Pekín responde al viaje de la funcionaria estadounidense con un aumento de los ejercicios militares en la región, aunque los analistas ven poco probable que ello desencadene un conflicto bélico.
Así las cosas, la sumatoria de hechos desafortunados en los últimos cinco años pareciera no tener precedentes y claramente no da respiro. En 2018, el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China sería el prolegómeno de lo que vendría: gripe porcina africana, pandemia de Covid 19, invasión de Rusia a Ucrania y, actualmente, la posibilidad de una estanflación global, con el gigante asiático tratando de ver si anexa Taiwán a China continental. ¡Cartón lleno!
Si bien no hay nada definido en este último sentido, la visita de Pelosi a Taiwán podría generarle a Xi la excusa ideal para tomar una decisión final. Según las últimas informaciones conocidas al cierre de esta edición, el ejército de China continental lanzó 11 misiles balísticos cerca de Taiwán y la isla condenó las acciones como “irracionales”. En respuesta, Taiwán informó que activó sus sistemas de defensa y que se está “preparando para la guerra”.
Agitación interna
Mientras todo esto ocurre fuera de las fronteras de nuestro país, en la Argentina el cambio de ministro de Economía genera la “volatilidad” propia de toda alteración de la normalidad. Si bien todavía el flamante ministro y su equipo económico no dieron precisiones técnicas sobre las medidas que dejó entrever el propio Sergio Massa en su breve discurso luego de la asunción, se esperan medidas específicas para el sector agropecuario en los próximos días.
Como consecuencia, el movimiento comercial es relativamente lento por estos días. Dentro de la ecuación económica de un productor agropecuario, el precio del grano resulta vital para definir el margen de utilidad. Y ese precio tiene, a su vez, dos componentes: por un lado, la cotización del producto, y por el otro, el tipo de cambio.
Tomando como ejemplo la soja, Chicago inició la presente semana con bajas en torno de los 22 dólares por tonelada por las tensiones entre China y Estados Unidos. Al momento de redactarse la presente columna (anteayer), las cotizaciones en la misma plaza (tres días después) subían cerca de 20 dólares por tonelada. Los “vaivenes” en el tipo de cambio, me exceden de cualquier comentario.
Al parecer, la zona de turbulencia todavía no ha cesado. Habrá que seguir con el cinturón ajustado tratando de aprovechar los mejores momentos para definir coberturas comerciales. “Stay tuned” dicen los estadounidenses. Para nosotros sería “manténgase informado”.
El autor es socio de Nóvitas SA
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