Según la Bolsa de Comercio de Rosario, se recolectarán 34,5 millones de toneladas; se trata de una merma de 14,5 millones de toneladas versus los 49 millones de toneladas que se aguardaban en diciembre último; a valores de exportación esto representa una pérdida de unos US$9000 millones
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Pese a las lluvias que frenaron mayores pérdidas en el potencial de rendimiento, por la sequía la estimación de cosecha de soja sufrió un nuevo recorte versus lo que se esperaba en enero pasado. Y tendrá el segundo peor registro en los últimos 15 años.
Según informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el volumen previsto se ubica en 34,5 millones de toneladas. Se trata de una merma de 14,5 millones de toneladas versus los 49 millones de toneladas que se aguardaban en diciembre último. Según fuentes del mercado, a valores de exportación esto representa una pérdida de unos US$9000 millones. Contra la magra cosecha argentina, en Brasil, con mejor clima, proyectan una producción récord superior a los 150 millones de toneladas.
Vale recordar que ya en enero pasado la entidad había calculado una recolección de la oleaginosa en 37 millones de toneladas. “El recorte de febrero es de un 7% respecto al guarismo de enero”, señaló en el reporte. Para la BCR, el país atraviesa la peor sequía en los últimos 60 años.
En el ciclo 2008/2009, también en medio de una feroz sequía, el país cosechó 31,8 millones de toneladas del grano. Más cerca en el tiempo, en 2017/18, el impacto del clima hizo que la producción fuera de 35,03 millones de toneladas.
Remarcó una pérdida de superficie importante: “Lamentablemente, tal como se advertía en enero, se realizó un fuerte ajuste de pérdidas de área, sobre todo en soja de segunda. Las 504.000 hectáreas de aquel entonces se actualizan a 1 millón de hectáreas. Buenos Aires encabeza la lista de área malograda con 301.000 hectáreas. Le siguen Córdoba con 222.000 hectáreas y Santa Fe con 160.000″.
“Con este nuevo guarismo se ha calculado el nuevo volumen estimado de soja (34,5 millones de toneladas), por lo que habrá un 18% menos de cosecha que hace un año atrás, cosecha también afectada por la falta de agua. El rinde nacional ha descendido pasando de 24 qq/ha (quintales por hectárea) en enero a 23 qq/ha en febrero”, agregó la organización.
Entre otros registro, la BCR señaló que en términos de producción y comparando con el año pasado, Santa Fe dejaría de producir 6,1 millones de toneladas; 5,3 millones de toneladas Córdoba y 4,1 millones de toneladas Buenos Aires.
Por la tarde los malos augurios productivos para la Argentina también fueron ratificados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que en su informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial ajustó de 45,50 a 41 millones de toneladas su proyección sobre la cosecha de soja argentina 2022/2023. Además, el organismo redujo su expectativa sobre las exportaciones de poroto de soja, de 5,70 a 4,20 millones; de harina, de 26,50 a 26,20 millones, y de aceite, de 5,25 a 5,10 millones de toneladas.
Maíz
En el informe también se da cuenta de una merma para el maíz, cultivo también golpeado por el impacto de la sequía. Tendrá la peor cosecha de los últimos 5 años.
“De los 50 millones de toneladas que se proyectaban con un escenario normal, el clima recortó el 15% de la producción en la primera estimación de maíz”, dijo. Luego precisó que se recolectarán 42,5 millones de toneladas.
“En términos de rinde, con 64,1 qq/ha es la cuarta peor marca en 15 años a pesar del enorme salto tecnológico del cultivo, las crecientes dosis de fertilización y del hecho inédito de que las siembras tardías ocupan casi el 75% del área de siembra nacional”, añadió.
Considerando que los 42,5 millones de toneladas representan un 17% menos de volumen que el año pasado, la BCR señaló que “el área que no será cosechada como grano sube un 30% por la falta de agua, y se estima en 1,3 millones de hectáreas”.
El reporte consignó que desde mediados de la semana pasada vuelven a verse cultivos estresados. “Y sin lluvias importantes a la vista hasta dentro de 10 a 15 días y transitando una nueva ola de calor, los ánimos del sector han vuelto al desánimo”, alertó.
La entidad hizo un relevamiento de las provincias más afectadas para la producción de este cereal. Dijo: “El desastre productivo empieza por Entre Ríos, sigue por todo Santa Fe y se extiende al oeste y a buena parte de la franja central cordobesa. También se extiende hacia el sur: Buenos Aires está afectado, sobre todo el norte y centro este”.
Y añadió: “En términos de rindes, Entre Ríos alcanzaría un promedio de solo 30 qq/ha y Santa Fe 55 qq/ha. Buenos Aires le sigue con 67 qq/ha. Córdoba, gracias a su cultivo insignia, el maíz tardío, alcanza la punta de este rating de rindes con solo 75 qq/ha. En términos de producción y comparando con el año anterior (año que también fue alcanzado por la falta de agua) Santa Fe dejará de producir 3,1 millones de toneladas, Córdoba 2,2 millones de toneladas y Buenos Aires 1,6 millones de toneladas”.
En el caso del maíz, el USDA redujo su previsión para la producción argentina de 52 a 47 millones de toneladas, mientras que la estimación sobre las exportaciones la recortó de 38 a 35 millones.
Hace unas semanas, antes de las nuevas previsiones de cosecha, la BCR había señalado que el costo de la sequía ascendía a US$10.425 millones para los productores de soja, trigo y maíz.
“Con estos números, se pone en jaque 2,2 puntos del PBI estimado para el 2023″, dijo en ese momento. “La proyección de recaudación de derechos de exportación del Estado Nacional se ajusta en US$1050 millones por menores exportaciones de trigo, maíz, soja y productos derivados, a los que se le suma la pérdida de recaudación de otros US$2500 millones en concepto de menores impuestos a las ganancias, y demás tasas y contribuciones”, añadió.
Respecto de los márgenes que el propietario de la tierra esperaba al momento de la siembra, en términos netos ha perdido US$282 por cada hectárea que sembró con soja de primera y US$110 por cada hectárea con soja de segunda, según el trabajo de la BCR de hace unas semanas. Allí se agregaba que en el caso del maíz la pérdida asciende a US$323 por hectárea que implantó con maíz temprano y US$33 dólares por hectárea con maíz tardío. En en el caso del trigo fue US$489 por cada hectárea cosechada.
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