Pese a las fuertes pérdidas que dejó la sequía, según expertos del mercado inmobiliario rural hay zonas con aumentos del 10 al 15% impulsados por actores que tienen un mayor protagonismo en la actividad
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Pese a la severa sequía que sufrió el sector agropecuario en la campaña 2022/2023, sumado a la fuerte carga impositiva y la brecha cambiaria que soporta, los valores de los arrendamientos de los campos agrícolas para el ciclo 2023/2024 ya subieron hasta un 15%. Las expectativas sobre medidas de un nuevo gobierno, como una posible baja de las retenciones, y el fin de las trabas para exportar son alicientes para seguir apostando, dijeron diversos expertos consultados.
Para Roberto Frenkel Santillán, presidente de Bullrich Campos, el incremento de los alquileres con respecto al ciclo anterior es significativo porque existe “una gran apuesta” del agro a que las cosas cambien para mejor.
“Como primera cuestión es que no habría más seca, también existe una gran expectativa a un cambio de gobierno que libere el tipo de cambio y se vaya hacia un dólar único, con baja de retenciones y, por último, que se mantengan los valores de los commodities en Chicago”, afirmó a LA NACION.
“El mundo está demandando los tres cultivos (maíz, soja y trigo) y los productores saben que la Argentina está capacitada para proporcionarlos. La Argentina tiene la suerte que los cultivos que produce, siempre los vende, siempre tiene mercado”, añadió.
Describió que muchos contratistas locales quedaron muy golpeados por la sequía y que arrastran una situación financiera complicada. Por su parte, los pools de siembra que salieron a vender temprano su mercadería y consiguieron alquileres a valores del año pasado.
En este contexto, señaló que, tras de la sequía, quedaron plasmadas “dos Argentinas”: por un lado, el contratista local y el productor mediano o chico que, sin resto financiero, para afrontar una mala cosecha se retiró; por otra parte, la aparición de nuevos jugadores que piensan diversificar el riesgo de sus inversiones.
“Tanto el productor como los pools de siembra son inversores seriales y toda la que ganan la reinvierten en el campo. Pero ahora muchos contratistas y productores chicos no pudieron seguir, por lo que aparecieron nuevos inversores que no pertenecen al sector y que en busca de nuevas alternativas son tentados por los pools de siembra. Estas empresas del agro tienen una gran espalda financiera y un gran poder de compra de semillas y fertilizantes como para contratar un barco entero de insumos, consiguiendo mejores precios. Ellos son los que pujan el mercado inmobiliario rural”, señaló.
Para Mariano Maurette, responsable de Campos de Alzaga, Unzué y Cía., es una “campaña rara”, ya que pese a la gran sequía “hay un interés firme, en parte apostando a que cambie el escenario político y que el fenómeno El Niño y de buenas lluvias”.
“Ya que se mantengan los valores anteriores era positivo, pero hay una gran disputa por los buenos campos agrícolas, incluso se está pagando un quintal y medio más. Si bien el sector no cree que de un día para otro se eliminen las retenciones, el hombre de campo es enfermizamente optimista. Sembró con retenciones, con la esperanza de cosechar con retenciones más bajas. La campaña pinta bien y el campo busca recuperar el terreno perdido”, indicó.
“En este escenario, los grandes pools que vienen con billetera gorda, son los que marcan la cancha y presionan los valores hacia arriba, suben la altura de la vara y calientan el mercado”, añadió.
Mercado
Juan José Madero, de la división campos de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios, coincidió que el interés de los arrendatarios está firme, mientras que el propietario está tranquilo y cómodo porque sabe que tiene demanda de su campo.
“Pero juega un papel muy importante en su decisión, el tener un inquilino serio, que cuide el campo, que sea cumplidor en sus compromisos, por lo que está dispuesto a resignar algún puntito, por lo que no siempre se deja tentar con una mejor oferta”, explicó.
“Hay una expectativa climática que aseguraría una producción más razonable, donde la seca aparentemente se cortó. Los modelos que se están difundiendo dicen que viene un Niño que regularizaría el perfil de humedad de los suelos, dándole más certezas a los cultivos. Por otro lado está la cuestión política, donde existe una esperanza de un gobierno con más racionalidad que al menos de alivio a la producción”, expresó.
En este contexto, Frenkel Santillán dio un detalle de los arrendamientos en el país. Los alquileres de los campos agrícolas de la zona núcleo (Rojas, Pergamino y Salto) que el año pasado estaban a 18 quintales por hectárea hoy muestran subas de entre un 10 y 15%.
En la zona núcleo agrandada, que incluye por ejemplo General Villegas y Trenque Lauquén, en el oeste bonaerense, los valores también se mostraron hacia arriba: de 15 quintales en la campaña pasada ahora se pasó a 18 quintales. En tanto, en los mercados del sudeste bonaerense, en la región de Mar y Sierras, llamados también campos fríos (Tandil, Balcarce y Mar del Plata), el incremento fue de entre un 5 y un 10%; pasaron de 10 a 12 quintales en algunos campos y de 8 a 10 quintales en otros. En tanto, una de las provincias en donde los alquileres se mantuvieron estables fue “Entre Ríos, porque los suelos no recuperaron el perfil de humedad”.
En cuanto a los alquileres de campos ganaderos, que generalmente son a tres años, Frenkel Santillán dijo que se renovaron casi todos y hoy es muy difícil encontrar campos para arrendar. “El alquiler de un campo de cría está a 60 kilos de carne pero si es un contrato nuevo esos valores saltan a 70/75 kilos, porque la realidad es que no hay oferta de campos y tampoco de pasto. Si surge alguno, se paga un 10% más”, expresó.
Madero contó que para fijar el precio de los contratos de la soja se está utilizando cada vez más el MatbaRofex de la cosecha mayo 2024. “Eso da un valor más representativo y sale de cualquier distorsión que puede haber en la pizarra, producto de decisiones de momento como lo fueron los tres dólares soja que distorsionaron el valor de pizarra y ocasionaron algunos conflictos entre las partes”, señaló.
Finalmente, Frenkel Santillán dijo que el aparato productivo del sector está intacto: “Todo funciona a la perfección, la genética, la tecnología, los ingenieros y hay tierras de primera calidad. Podemos crecer rápidamente, es posible”.
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