Un relevamiento conjunto de Synopsis Consultores y Amplificagro da cuenta que un 72% de la opinión pública posee un concepto positivo acerca del sector. El rol que jugó lo vivido en el país en los últimos dos años para que se revalorice a la actividad
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Contra el mito respecto de que el campo y la agroindustria no tienen una buena valoración ante la sociedad y que, en esa línea, necesitaban mejorar su acercamiento a los habitantes de las ciudades, una encuesta realizada en conjunto entre Synopsis Consultores y Amplificagro demostró que la opinión pública tiene una buena e incluso muy buena imagen del sector agropecuario.
De hecho, según la encuesta realizada en enero pasado, un 72% de los 1162 consultados de distintas ciudades de la Argentina posee un concepto positivo del campo y su gente, esto es entre muy buena y buena. En tanto, solo un 28% tiene una idea formada contraria, que va de regular a muy mala.
Para Hernán Satorre, socio fundador de Amplificagro, lo vivido en los últimos dos años ha despertado un pensamiento crítico sobre el rumbo del país y el papel que tienen que jugar algunos actores claves en esta coyuntura, como ser el Estado, los partidos políticos y los distintos sectores de la sociedad.
Según el consultor, es el primer indicio contundente de un cambio de enfoque de la percepción de la sociedad en relación con lo se estuvo viviendo en los últimos 20 años respecto de la imagen del sector agropecuario. “Esta tendencia, en el caso que se profundice o que se sostenga, puede llegar a desafiar la coyuntura actual, impactando en las decisiones económicas, políticas, sociales y culturales, entre otras”, detalló a LA NACION.
Para Satorre, esta mejora de percepción de la imagen del sector no es un hecho aislado y tiene una explicación. Para ello es importante observar algunos elementos del contexto de los últimos dos años: la pandemia y su impacto económico y social, como ser los cambios de costumbres, hábitos y formas de relacionarse; la cuarentena implementada en la Argentina y su duración; la crisis económica posterior que aún se mantiene y el acceso a la información; la percepción de ciertas injusticias y su sociabilización, principalmente volcadas en las redes sociales.
Según contó, hace cuatro años diferentes estudios mostraban y planteaban la mala imagen que tenía el sector agropecuario frente a la sociedad, donde a partir de allí se despertaron un sinfín de acciones para generar un giro conceptual del campo.
“Este vuelco se dio en un nuevo contexto, en donde las ideas liberales tomaron protagonismo, con eje en favorecer a la producción, de dar oxígeno a quien quiere producir y generar valor en la Argentina y el respeto a la propiedad privada. Todo esto ha colaborado para que el sector haya mejorado su imagen, porque sobre todo en el estrato que más se han volcado estas ideas liberales es en los jóvenes”, aseguró.
En este contexto, los resultados del estudio, señaló Satorre, pueden configurar el inicio de un nuevo enfoque sistémico. “Un cambio determinante que configure un nuevo horizonte para la sociedad. Entre las acciones que se vieron, se puede mencionar las vinculadas al ambiente y la sostenibilidad, una comunicación más efectiva y también un cambio en la manera de comunicar”, dijo.
“También, parte de la sociedad comenzó a comprender la necesidad de alentar la oferta, es decir la producción, y no abocarse únicamente a incentivar la demanda, el consumo vía planes, cierre de las exportaciones, control de precios, cupos u otras cuestiones de corto plazo que acentúan el problema en el largo plazo. El campo se fue asociando a la naturaleza, los paisajes, la flora y la fauna silvestre y la vida sana. La vida rural se fue relacionando lentamente a ciertos valores y comportamientos positivos (honestidad, solidaridad, generosidad, credibilidad, humildad, etc.). Y la sociedad comienza a observar que la Argentina tiene una ventaja competitiva a nivel internacional que brinda una oportunidad”, añadió.
En esa línea, la encuesta de Synopsis Consultores y Amplificagro describe que un 61,4% cree que el campo y la agroindustria representan el principal motor de la economía argentina. Muy lejos, lo secundan la industria manufacturera con solo un 9,1% y el sector de servicios y comercios con un 8,1%.
Sin embargo, cuando se les preguntó por dónde debería pasar la rueda que movilice el desarrollo del país, el resultado de ese interrogante fue más parejo. Un 38,5% contestó que debía ser el sector agropecuario quien debería estar al frente de la economía de la Argentina. Asimismo, y como novedad, aparecen en segundo lugar las industrias tecnológicas con un 18,6%, dejando en tercer lugar a la industria manufacturera, con el 16,3%.
“No me extraña y no me llama la atención que el sector tecnológico esté bien visto, no solo porque la Argentina es el segundo país en adhesión de las criptomonedas y del dinero digital en Latinoamérica, sino también porque tenemos una competitividad relativa respecto a otros países. Es uno de los sectores en donde los argentinos se destacan a nivel mundial. La Argentina brinda servicios y exporta programas, desarrollos y software al mundo. A futuro la tecnología va a jugar un papel clave”, expresó Satorre.
En relación a cuánto cree la sociedad que el campo aporta al desarrollo integral del país, el 70,5% de la gente respondió que es importante su contribución y solo el 22,2% entiende que su participación es poca. Con casi iguales porcentuales, el 70,1% de la opinión pública señala que es importante su aporte al funcionamiento del Estado, mientras que el 21,8% dice que es poco.
En detalle, el relevamiento fue realizado de manera online entre el 9 y el 14 de enero pasado. El total de encuestados viven en 23 de las ciudades más importantes del país, donde un 43,7% de los consultados son de la provincia de Buenos Aires y el resto se distribuye entre distritos del centro del país, como Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos con un 20%, el norte con otro 20,9%, el sur y el oeste con un 10% y un 5,4% de CABA. Vale aclarar que dentro del espectro de los encuestados, el 80,5% no pertenece ni tiene relación alguna con la actividad agropecuaria.
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