En el congreso anual de Aapresid, que comenzó hoy, el especialista Víctor Sadras se refirió a los paradigmas de la producción sustentable
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Para las próximas tres décadas, y ante el crecimiento poblacional en el mundo, los desafíos que tiene la agricultura son producir alimentos de manera abundante, accesible, saludable y nutritiva, que esa producción tenga rentabilidad para los agricultores, que haya ausencia de contaminación por la agricultura, que exista un hábitat acorde para las comunidades rurales y, además, que haya una biodiversidad en el medioambiente.
Esa fue una de las conclusiones a las que arribó Víctor Sadras, ingeniero agrónomo PhD. del South Australian R & Institute, durante su exposición sobre “Paradigmas de la agricultura sustentable: lo convencional, lo alternativo y la ciencia”, en el primer día del congreso anual de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que se trasmite en vivo por streaming bajo el lema “Siempre Vivo, Siempre Diverso”.
“Una población creciente a nivel mundial es lo que tracciona la demanda de alimentos”, dijo el experto en su disertación.
El especialista evaluó que entre los dos primeros desafíos, provisión de alimentos accesible y rentabilidad, existe un grado de tensión y aclaró que, si bien lo más importante es una accesibilidad de la población a productos alimenticios, los agricultores necesitan tener ganancias porque de otra manera no habrá producción.
Según contó, hace tiempo atrás se comenzó a definir a la sustentabilidad como un triángulo que tenía tres dimensiones, una social, una ambiental y una económica, donde el sistema de producción para ser sustentable debía atender a todas esas necesidades.
Con los años, indicó, ese concepto fue evolucionando, donde la industria y la sociedad fueron sumando distintas necesidades y donde esas nuevas demandas debían ser captadas por la agricultura.
En este sentido, describió que de esta manera se agregó una dimensión nueva que es la seguridad por lo que ese primer triángulo pasó a tener cuatro lados y dijo que, al igual que la anterior versión, todas las dimensiones son importantes donde cualquiera que falle el sistema no es sustentable.
En un ejemplo, Sadras relató cómo productores ganaderos de carne vacuna en Australia para seguir produciendo ganado decidieron escuchar cuál era la demanda social y propusieron elementos de sustentabilidad para su actividad, como es el bienestar animal, aspectos económicos, ambiental y social.
En este contexto, puntualizó la importancia de saber sobre quién pesa la responsabilidad para que cada una de las dimensiones se cumpla. Afirmó que en algunas ocasiones será el Estado quien deba correr con ese rol y en otras los productores los encargados de hacer bien los deberes, como sería el cumplimiento del bienestar animal.
En el segundo panel, Daniel Calderini, profesor titular del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la Universidad Austral de Chile, habló sobre la perspectiva de la fisiología de cultivos, trabajando en otros niveles de organización. En este sentido, dijo que uno de los principales desafíos que enfrentan los programas de mejoramiento es aumentar el rendimiento de cultivos de grano.
Para ello, Calderini lo analizó desde sus componentes numéricos, siendo el resultado de la multiplicación entre el número de granos por metro cuadrado y el peso de los granos y explicó cómo éstos se definen en el ciclo del cultivo.
El ecofisiólogo compartió el trabajo que viene realizando para potenciar el número y peso de los granos, considerando que el incremento de uno no reduzca el otro “trade off”. Tras varias investigaciones, identificaron en trigo y girasol que las proteínas expansinas constituye uno de los reguladores importantes del peso de los granos
“Las expansinas son los agentes primarios en el ablandamiento de la pared celular. Estas proteínas rompen las uniones débiles entre las microfibrillas de celulosa y hemicelulosa. Desde la perspectiva de la fisiología, podían tener que ver con el crecimiento de los granos. El peso final de los granos de los carpelos o de los ovarios está relacionado”, puntualizó.
Según el experto, estos resultados preliminares podrían ser muy útiles para el desarrollo de variedades que sobreexpresen expansinas en semillas, apuntando a obtener granos de mayor tamaño y peso, impactando positivamente sobre la productividad agrícola, respondiendo a la necesidad de incrementar el rendimiento de los cultivos sin impactos negativos sobre el ambiente “Todavía hay herramientas para construir sistemas estables y sustentables”, concluyó el investigador.
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