En A Todo Trigo se vincularon las perspectivas climáticas con los criterios a seguir a la hora de encarar la campaña
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Coordinados por el experto Daniel Miralles, de la Fauba-Conicet, tres expertos analizaron en la segunda jornada de A Todo Trigo las perspectivas climáticas y los criterios a seguir a la hora de sembrar el cereal.
Miralles insistió que el agua disponible en el perfil es clave y va a marcar el potencial del rinde esperado. “Los suelos se nutren a partir de las raíces de los cultivos. Lo más importante es la introducción de raíces que hacen sustentable el sistema de producción. Hoy no se habla de dejar descansar el suelo sino de intensificar la producción. Tenemos que darle de comer, no dejarlos descansar. La biomasa promueve la materia orgánica. Por eso es conveniente pensar en el doble cultivo y la intensificación de los sistemas”, destacó el experto al referirse al rol de los cereales de invierno en la rotación.
“Este año la relación insumo producto está por debajo del histórico, es una buena relación. En lo que hace a los márgenes brutos, es posible obtener buenos resultados. El doble cultivo da niveles de ganancia siempre superiores que el monocultivo de soja”, apuntó.
María Elena Fernández Long, de la Cátedra de Climatología y Fenología Agrícola de la Facultad de Agronomía de la UBA, dijo que “lo primero a tener en cuenta es la humedad del suelo”.
“La campaña pasada ya se veía falta de agua en el centro y oeste de Córdoba al inicio de la campaña pasada y esto generó rindes promedios de 1635 kg/ha. En tanto, en regiones como General Pueyrredón, en el sur triguero, los rindes promedios rondaron los 4800 kg/ha. Todo en una campaña que a nivel general ofreció un rinde promedio de 2520 kg/ha de rendimiento”, recordó.
Según dijo, además del agua hay que prestarle atención al Cociente Fototermal (Q), que es la relación entre la radiación y la temperatura media. En este contexto, adelantó un trabajo aún no publicado que parte de un análisis de 33 departamentos para 35 campañas donde se evaluaron distintas variables agroclimáticas y los rendimientos.
La primera conclusión indica que no existe una respuesta homogénea para toda la región y mostró cómo en la franja oeste es el agua la principal limitante de la producción. En tanto, hacia la franja este (donde se suele contar con mejores niveles de humedad) ganan peso variables como la temperatura y la radiación.
“No se puede pronosticar el tiempo para los próximos meses. Sí algunas de las características del clima de los próximos meses. En base a los pronósticos de consenso podemos decir que el próximo trimestre se espera que estén por debajo de lo normal las precipitaciones en provincia de Buenos Aires, en tanto habrá mayor amplitud térmica y mayor probabilidad de heladas”, detalló.
Remarcó que se parte de una buena condición hídrica en toda la región pampeana, con algunas excepciones en el extremo sur de Buenos Aires, Santiago del Estero, norte de Chaco y noroeste de la provincia de Córdoba.
Variedades
La elección de variedades para la zona norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe fue analizada por Matías Ermácora, de Fauba-Aacrea.
Para Ermácora, la elección de variedades de trigo responde al tipo de planteo que se haga. “Hay recambio de variedades y alternativas. En ciclos más largos y de calidad 2, Algarrobo viene siendo el más sembrado en esta región y Baguette 620 lo va superando. En ciclos cortos, Ceibo es el más sembrado, Ñandubay y Klein Valor también. Queda muy bien en margen el grupo 2 de Gluten 24”, ejemplificó.
Para la zona norte de Buenos Aires, Ermácora recalcó que hay muy buenas condiciones para el doble cultivo: se destaca cebada y soja segunda por precios y rindes. “En trigo, el mejor resultado se obtiene con calidad 2 equilibrados con gluten 24 para ir a molino. Pero cuando se está cercano a puerto van trigos con factor cámara. En esta región vendemos por calidad comercial y la elección de la variedad lo define. El manejo de N ayuda al ajustar la oferta en función del rendimiento esperado. En cebada cervecera hay opciones a Andreia, en rendimiento y manteniendo parámetro de calibre. Y la forrajera, si no se consume, cuidado con el flete”, indicó.
En cuanto a la zona sur, Agustín Giorno, de Fauba-CREA, remarcó los aportes del doble cultivo trigo/cebada soja de segunda vs soja de primera. “En todos los casos, aunque en rangos distintos, siempre hay ventajas. Hacia el este los márgenes podrían ser mejores”, dijo.
“El trigo hoy es bastante más capaz de traducir el agua en rendimiento. En el sudoeste las diferencias de rendimiento para cebada, trigo y candeal están explicadas en un 40% en el agua a la siembra. En el oeste arenoso es la profundidad de napa y la profundidad de tosca”, señaló.
Destacó que la fecha de siembra también es una variable a considerar. “En 2020 las siembras más tempranas tuvieron ventaja en los rendimientos. Hay que recurrir a las redes de ensayos”, afirmó.
“El avance de enfermedades virulentas como Roya amarilla y resistentes como Mancha amarilla está condicionando la elección de la genética. En este caso, la ventaja que presenta la cebada es que nos permite mantener sano el cultivo en un tiempo más prolongado”, alertó.
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