Luego de que el USDA revisó hoy al alza la superficie sembrada y las existencias en Estados Unidos, el contrato julio del cereal retrocedió de 162,89 a 156,39 dólares por tonelada
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De los malos días que viene teniendo el precio del maíz en la Bolsa de Chicago hoy fue de los peores. En una misma rueda, la séptima bajista consecutiva, los operadores se enteraron que la superficie sembrada en Estados Unidos resultó mayor que la prevista; que las existencias al 1º de junio fueron superiores a las estimaciones, y que la competitividad de las exportaciones de Brasil, el segundo mayor proveedor mundial, volvió a mejorar tras otra jornada de fuerte devaluación del real contra el dólar.
Al cierre de los negocios las pizarras del mercado estadounidense reflejaron una caída de 162,89 a 156,39 dólares por tonelada para el ajuste de la posición julio del maíz, valor que implicó una pérdida semanal del 8,7% contra los 171,25 dólares del viernes anterior; una merma acumulada del 15,9% desde los 186,02 dólares del 13 de mayo último, rueda que marcó el arranque de la debacle del precio del cereal, y el punto más bajo desde los 156,09 dólares vigentes el 14 de octubre de 2020.
Mientras el maíz estadounidense comienza la etapa clave de la polinización con un 69% de cultivos en estado bueno/excelente –es el nivel más alto desde el 72% de igual momento de 2020–, hoy el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sorprendió al relevar en su informe anual de áreas sembradas una superficie 2024/2025 cubierta con el forrajero de 37,02 millones de hectáreas, superior a los 36,44 millones proyectados por el organismo en marzo y a los 36,56 millones calculados en promedio por los privados. El nuevo dato quedó incluso arriba de la mayor marca prevista por los operadores, en un rango que fue de 36,02 a 36,95 millones de hectáreas.
Ahora, con esa corrección, el USDA indicó que llegarían a la cosecha 33,77 millones de hectáreas. Si a esa superficie se le aplica el rendimiento promedio récord que el organismo proyecta para la nueva campaña, de 113,61 quintales por hectárea, la producción de Estados Unidos alcanzaría los 383,66 millones de toneladas, un volumen superior a los 377,46 millones estimados en el último informe mensual. Esa resultaría la tercera mayor marca histórica para el país, detrás del récord del ciclo anterior, con 389,69 millones de toneladas, y de los 384,78 millones de la temporada agrícola 2016/2017.
Las noticias bajistas el USDA también las aportó para el maíz en su trabajo trimestral sobre las existencias en Estados Unidos, en esta ocasión, al 1º de junio. En ese reporte relevó el stock del forrajero en 126,83 millones de toneladas, un 21,68% por encima de los 104,23 millones de igual momento de 2023 y, también, arriba de los 123,63 millones estimados en promedio por los privados.
En materia de cultivos, y si bien todavía pueden pasar muchas cosas hasta llegar a la cosecha, en septiembre, las chances alcistas para los precios están centradas en los excesos de humedad que se registran en áreas del norte y del oeste del cinturón sojero/maicero de Estados Unidos, donde las abundantes precipitaciones de las semanas precedentes derivaron en el desborde de ríos y en el anegamiento de campos en zonas de Minnesota, de Iowa y de Dakota del Sur. Por las razones opuestas, es decir, por un incipiente déficit hídrico, el mercado estará pendiente de lo que suceda en los próximos días en el este de la zona núcleo, dado que hay campos de Illinois, de Indiana y de Ohio que necesitan nuevos aportes de humedad.
Brasil, su cosecha y su moneda
El lunes pasado la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) relevó el progreso de la segunda cosecha de maíz de Brasil –según el organismo aportaría el 77,2% de la oferta total en la campaña 2023/2024, proyectada en 114,14 millones de toneladas– sobre el 28% del área apta, frente al 13,1% de la semana anterior y al 11% de igual momento del año pasado.
Ese acelerado ritmo de la recolección de la safrinha es en sí mismo un hecho bajista por el volumen que comienza a volcar en el circuito comercial. Pero su influencia se viene potenciando por la fuerte devaluación del real contra el dólar, que hoy completó la sexta semana consecutiva. En ese extendido proceso, la moneda brasileña perdió un 9,6% de su valor, con una paridad que pasó de 5,1044 a 5,5930 reales por dólar. Ese movimiento les da mayor competitividad a las exportaciones de Brasil, en detrimento de las de Estados Unidos.
Ambos países compiten por la gracia de muchos compradores, pero, fundamentalmente, por China, que es el principal importador mundial de maíz, que a finales de 2022 habilitó –como lo hizo hace un mes con la Argentina– en forma plena la entrada del grano brasileño. Desde entonces, hizo del país sudamericano su mayor proveedor, en parte, por las menores compras a Ucrania, que desde el inicio de la guerra con Rusia vio mermada su producción, pero, también a costa de menores negocios con Estados Unidos.
Mercado local
El maíz argentino acompañó hoy las bajas externas desde las pizarras del Matba Rofex, donde las posiciones julio y septiembre perdieron US$3,40 y 2,50, al terminar la rueda con ajustes de 174,70 y de 177 dólares por tonelada. En el balance semanal estos contratos resignaron un 3,2 y un 2,9% de su valor en la comparación con los 180,50 y con los 182,30 dólares vigentes en la última rueda de negocios del segmento comercial anterior, que fue el miércoles 19.
El hecho de que los precios en el mercado de futuros argentino se ubiquen por encima de los vigentes en Chicago, incluso pese al peso de los derechos de exportación, tiene relación con las pérdidas que la chicharrita ocasionó sobre la producción local, con una cosecha que avanzó sobre el 54,9% de la superficie apta, según informó ayer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y que va dejando al descubierto el impacto de la plaga y de las enfermedades de la cual fue vector, sobre todo en los maíces tardíos. Vale recordar que de los 59 millones de toneladas que llegó a proyectar la Bolsa de Comercio de Rosario, ahora prevé alcanzar un volumen de 47,50 millones.
En la plaza física las propuestas de los exportadores hoy se mantuvieron estables en el Gran Rosario y en Bahía Blanca, con 160.000 y con 165.000 pesos por tonelada de maíz, respectivamente, mientras que bajaron para Necochea, de 165.000 a 160.000 pesos. Fuentes del sector comercial señalaron a LA NACION que la brecha que se está generando entre el dólar blue y el dólar blend exportador, sumada a la incertidumbre sobre el número final de la cosecha, le están restando ritmo a la comercialización del grano grueso.
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