Sin racionamiento, la demanda eleva el valor de la soja al nivel más alto en casi 9 años
Con el saldo exportable estadounidense agotado, su mercado interno empuja los precios en Chicago; expectativa por el informe que el USDA publicará mañana; fuertes subas en el mercado local
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Como reflejo de una oferta estadounidense insuficiente para las necesidades de los compradores internos, cuando el saldo exportable previsto por el USDA para todo el ciclo comercial 2020/2021 –termina el 31 de agosto– ya fue agotado, el precio de la soja quebró hoy en la Bolsa de Chicago la barrera de los 600 dólares por tonelada por primera vez desde mediados de septiembre de 2012 y quedó más cerca de los 650,74 dólares alcanzados el 4 de ese mismos mes, el récord histórico vigente.
Al cierre de la rueda la posición mayo de la oleaginosa subió US$6,43 y quedó con un ajuste de 601,68 dólares por tonelada. Más allá de ser una referencia válida de la fortaleza del mercado, esta posición está a punto de liquidarse, por lo que el mayor movimiento ahora pasa por el contrato julio, que hoy ganó US$10,01 al terminar la jornada con un valor de 593,32 dólares por tonelada.
Lejos de las voces que auguraron un racionamiento de la demanda a partir de la suba de los precios, rueda tras rueda los compradores desafían esa lógica del mercado. Una de las razones que fundamenta la decisión de las fábricas de seguir pujando por la escasa soja disponible en EE.UU. es la fortaleza del valor del aceite, que en lo que va del año trepó un 50 por ciento, de 986,11 a 1478,40 dólares por tonelada. En igual período, el poroto de soja aumentó un 37,3 por ciento, de 438,26 a 601,68 dólares.
Ese movimiento del aceite, que mejora los márgenes de las industrias procesadoras y que las habilita a convalidar precios elevados por la materia prima, está muy relacionado con el mayor impulso que el nuevo gobierno estadounidense de Joe Biden le está dando a las energías alternativas, como el biodiésel. Lo mismo ocurre con el etanol de maíz, que fortaleció la demanda del forrajero por parte de los productores del biocombustible, golpeados durante la gestión de Donald Trump por las exenciones que la Agencia de Protección Ambiental les otorgaba a las refinerías de petróleo para que pudiera evadir la obligatoriedad de cumplir con las mezclas de combustible fósil y combustible “verde”.
Existencias finitas
La fortaleza estructural de los precios de la soja tiene su epicentro en existencias 2020/2021 estadounidenses que se ubican entre las más bajas históricas por la fuerte demanda externa –con China como máximo exponente– e interna. Mañana el USDA publicará su nuevo informe mensual de estimaciones agrícolas y, en promedio, los privados prevén un stock final de 3,18 millones de toneladas, frente a los 3,25 millones calculados por el organismo en abril. Pero el rango de las estimaciones de los operadores arranca en 2,86 millones, por lo que muchos están apostando por un ajuste importante que le deje a la campaña 2021/2022 las reservas más bajas desde el ciclo 2014/2015, cuando el stock inicial fue de 2,50 millones de toneladas.
Y de cara a la nueva campaña 2021/2022 en Estados Unidos –actualmente está en plena siembra–, los privados proyectaron la cosecha en 120,59 millones de toneladas, por encima de los 112,55 millones del ciclo anterior. Sin embargo, al momento de calcular las existencias finales, los 3,76 millones de toneladas promediados por las firmas que influyen sobre Chicago siguen mostrando un escenario de estrechez entre la oferta y la demanda de la oleaginosa que, de ser confirmado mañana por el USDA, dejaría poco margen para ver bajas importantes en los precios internacionales de la soja.
Hoy la posición noviembre de la soja en Chicago, que marca el ingreso de la soja 2021/2022 en el circuito comercial, subió US$6,34 y cerró con un ajuste de 525,99 dólares por tonelada. La brecha que separa este valor del vigente para el contrato julio puede acortarse si el clima se aleja de lo que los operadores consideran ideal para el desarrollo de las plantas desde ahora, que comienzan a emerger, y hasta la cosecha. Sin embargo, esa brecha podría ampliarse si mañana el USDA sorprende al mercado y revisa al alza su estimación de área sembrada, desde los 35,45 millones de hectáreas proyectados a fines de marzo.
Mercado local
La suba externa tuvo su consecuencia sobre el mercado local, donde las fábricas elevaron hoy sus propuestas por la tonelada de soja con entrega inmediata de 356 a 366 dólares por tonelada para las terminales del Gran Rosario. Los 34.313 pesos equivalentes en moneda local volvieron a quedar por debajo de los 35.189 pesos calculados por la Bolsa de Comercio de Rosario como FAS teórico –capacidad de pago– para la industria aceitera exportadora.
Las pizarras del Matba Rofex reflejaron subas del US$12 y de 8,50 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes resultaron de 369,50 y de 373,50 dólares por tonelada.
El buen momento de los precios de la soja, cuando la cosecha local se aproxima al 60% del área apta, tiene grandes chances de ser capitalizado por los productores. Según datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura de la Nación, al 5 del actual entre la exportación y la industria compraron 17,29 millones de toneladas de soja del ciclo 2020/2021. Sin embargo, de ese total 7,42 millones de toneladas se encontraban sin precio, entregados bajo la modalidad “a fijar”.
Entonces, en función de una cosecha proyectada por Agricultura en 47 millones de toneladas y de un stock inicial de 10,15 millones de toneladas, el volumen de soja que actualmente está sin precio es de 47,28 millones de toneladas.