Según la Fundación Barbechando, la actividad legislativa se vio afectada por la campaña electoral
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Tras cinco meses del inicio formal de la actividad legislativa, el trabajo del Congreso tiene gusto a poco. Con menos leyes, menos sesiones y menos actividad en comisión; los resultados son poco alentadores, aun más los proyectos para el sector agropecuario que no lograron alcanzar su meta. Solo una iniciativa de las que hay en agenda logró media sanción.
En un nuevo informe de la Fundación Barbechando, se mostró que, en un año electoral, el balance del primer semestre del 2023 se tradujo en una baja actividad legislativa. En detalle, en la actualidad el Congreso tiene un cuarto de sus legisladores compitiendo para algún cargo electoral, lo que implica que la campaña termina por limitar, y, algunas semanas, anular la actividad legislativa.
“La campaña se trasladó al recinto y los acuerdos fueron a la baja: cuando existió alguna ventana de oportunidad de avanzar con sesiones, terminaron quedando truncas porque, ni oficialismo ni oposición, quisieron ceder un gramo de poder y debatir proyectos que implicaran definiciones internas”, dijeron en la fundación.
Mientras tanto, “la agenda de la sociedad sin respuesta: ni el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo logran resolver los problemas de inflación, inseguridad, desempleo y pobreza que reclama la sociedad”.
El Congreso en números
Según pudo constatar Barbechando, hubo la mitad de leyes -en total- sancionadas que igual periodo del 2022. “En el 2023, el Congreso convirtió en ley 20 iniciativas, cuando en el 2022 ese registro alcanzó las 39 leyes. Restan convertirse en ley otras 18 que solo obtuvieron media sanción. Además, menos del 1% de los proyectos presentados se convirtieron en ley: es decir, de los más de 2000 proyectos presentados, solo 20 fueron sancionados”, advirtieron.
En tanto, hubo un 40% menos de sesiones que igual periodo del 2022. Durante 2023 Diputados sesionó cuatro veces y el Senado solo dos, contra las 10 sesiones que se registraron en ambas cámaras en 2022.
Según indicaron, la mayoría de las leyes sancionadas estuvieron vinculadas a temas específicos de salud como ser: acompañamiento terapéutico, enfermería, pubertad precoz, acompañamiento a personas con síndrome de down, cardiopatías congénitas.
“La performance en comisiones deja un balance muy poco deseable: algunas comisiones estuvieron activas, pero con pocos resultados: hubo solo 51 proyectos dictaminados. Pero lo más llamativo es que, en Diputados, hubo más de un cuarto de las comisiones que ni siquiera se reunieron. En Senado, fueron más de la mitad: es decir, el 60% de las comisiones no tuvieron, siquiera, su reunión de confirmación de autoridades”, alertaron.
En cuanto a la agenda del agro, la mitad de año pasó casi sin pena ni gloria. “Solo hubo una media sanción a un proyecto de ley de promoción de orgánicos, mientras que hay una centena de proyectos, algunos de menor o mayor impacto, que esperan su tratamiento. Hace unas semanas logró obtener dictamen un proyecto de trazabilidad de la pesca, pero aún no llegó al recinto. El régimen de fomento de exportaciones agropecuarias, que, durante el 2023 tuvo varios intentos de tratamiento, terminó quedando en el tintero por falta de acuerdos. Esos son solo tres ejemplos, pero hay más de 100 proyectos de ley presentados de gran impacto como ser riego, seguros, buenas prácticas, semillas, que ni siquiera llegaron a plantearse en la agenda”, enfatizó Barbechando.
En este contexto, mostraron cuál fue la performance de los “legisladores de los llamados agro”. En la actualidad, el Congreso tiene “una treintena de legisladores con algún vínculo con el agro, pero, entre todos ellos, han presentado solo el 20% de las iniciativas del agro”.
“Dentro de los legisladores de extracción agropecuaria, los legisladores de Juntos por el Cambio (JxC) fueron los que más proyectos han presentado, pero lamentablemente no lograron su avance”, afirmaron.
Para lo que resta del año, para Barbechando, la campaña va a seguir limitando la actividad. “Se estima que puede llegar a haber alguna sesión entre las PASO y las elecciones generales, con temas de mediano consenso, pero sin impacto económico y social. En este marco, el panorama no es muy alentador para tener novedades respecto de la agenda agro”, opinaron.
“Sin embargo se descuenta que, hacia fin de año, con el cambio de gobierno, independiente del signo político, se asegura un diciembre y un 2024 por demás activo. Hay una naturalización de que los años electorales paralizan al Congreso de la Nación. Hace falta repensar el modelo. La Argentina necesita que el Congreso de la Nación debata de forma imperiosa las políticas públicas que nos permitan al conjunto de la sociedad, emprender un camino de desarrollo y crecimiento, con reglas de juego claras y de faros largos. El Congreso debe ser la casa de consenso de los argentinos, donde definamos qué país queremos para las próximas décadas”, cerraron.
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