Así lo estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en una actualización del impacto del fenómeno climático en soja, maíz y girasol; la recaudación fiscal bajaría US$3314 millones
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La Bolsa de Cereales de Buenos Aires alertó que las exportaciones agrícolas podrían caer en más de US$14.000 millones debido al impacto de la sequía.
Así lo señaló la entidad en el marco de un webinar donde participaron el economista Ramiro Costa y la jefa de Estimaciones Agrícolas de la entidad, María Cecilia Conde.
La entidad ha proyectado una cosecha de 38 millones de toneladas en soja, 44,5 millones de toneladas en maíz y 3,9 millones de toneladas en girasol. Sin embargo, con un agravamiento de las condiciones se podría caer a 34,5 millones, 37,8 millones y 3,7 millones de toneladas, respectivamente. En ese marco, de acuerdo a los datos presentados por Costa se perderían exportaciones por más de US$14.000 millones.
La foto actual indica una baja de unos US$10.000 millones en las ventas al exterior, con mermas de US$3000 millones en trigo (la cosecha finalizó en los primeros días de enero pasado), una poda de US$2160 millones en maíz y US$4500 millones de reducción para el complejo de la soja. Sin embargo, con la continuidad de la sequía se ascendería a los US$14.000 millones estimados.
Vale recordar que la campaña ya tuvo un mal resultado con el trigo, cuya producción se achicó, con 12,4 millones de toneladas, en un 45%. Por eso, la pérdida de exportaciones por US$3000 millones en ese cereal se hará sentir. Las 5,9 millones de toneladas que se exportarían dejarían en cantidades a la campaña en el puesto 17 desde 2002.
“La producción de trigo fue la más baja desde la campaña 2015/2016 aún con una superficie mayor sembrada. La falta de humedad superficial al momento de la siembra dejó afuera 600.000 hectáreas de lo que teníamos presupuestado inicialmente en el NOA, en el centro norte de Córdoba, Santa Fe y sur de Córdoba. Como así también la ausencia de precipitaciones a lo largo de ciclo de cultivo y las heladas tardías condicionaron el crecimiento y el rendimiento en el resto del país”, precisó Conde.
En tanto, indicó que el girasol fue el menos afectado. “Estamos observando que la condición de cultivo en un 74% del área es de buena a normal”, sostuvo.
Recaudación fiscal
Por la sequía, según Conde las dificultades para el avance de la siembra dejaron afuera a 900.000 hectáreas de soja y maíz.
En este contexto, debido a la inclemencia climática, según la organización también se verá afectado el Estado. En rigor, la recaudación fiscal sobre el sector podría retroceder un 19%, con unos US$3314 millones de pérdida. La profundización de la sequía podría elevar ese rojo a US$4400 millones.
Si el panorama empeora, y además de menores lluvias luego se presentan heladas tempranas, una producción todavía más baja haría caer las exportaciones en US$18.300 millones. Por su parte, la recaudación fiscal se desplomaría en US$6500 millones.
“No hay que olvidar que la economía agropecuaria argentina explica entre el 65% y hasta el 70% de las exportaciones totales de la Argentina y mayormente son netas. Por esto el sector que tiene esta representatividad estaría cayendo en este peor escenario que no podemos dejar de considerarlo de hasta un 40% respecto a lo que fue el año pasado”, alertó Costa.
En rigor, Conde se refirió a lo que puede ocurrir en el resto del ciclo de soja. Detalló que en principio hay un 30% del área que está definiendo rendimientos y queda por hacerlo un 60% del área. En se sentido, alertó: “Dependemos muchísimo de las precipitaciones de las próximas semanas y al retrasarse toda la siembra las heladas tempranas pueden afectar el rendimiento”.
Respecto a lo que se puede esperar en el complejo maicero, indicó: “El área definiendo rendimientos es un 20% y el que queda por definir un 47%. Afortunadamente, los maíces tardíos están en zonas en donde las precipitaciones han sido un poco más favorables y tenemos una amplia variabilidad en fechas de siembra que pueden amortiguar la caída de los rendimientos de los maíces tempranos, como así también la gran cantidad de área no cosechada”.
Escenario mundial e impacto sobre los precios
Entre otros puntos, Costa realizó un análisis del escenario mundial que afecta el mercado de granos. Indicó que en lo que se refiere al crecimiento económico mundial el escenario viene siendo “optimista” porque las estimaciones más recientes reflejan un crecimiento más alto que el que se había proyectado anteriormente. “Según la proyección publicada por el FMI en enero de 2023, habla de un crecimiento de 2,9 a nivel global, contra los 2,7 que había proyectado en octubre”, explicó.
En tanto, sobre la inflación mundial afirmó: “En 2022 fue de 8,8% para el conjunto de los países y, debido, a eso los principales Bancos Centrales del mundo empezaron a tener un política monetaria contractiva tratando de reducirla, pero ahora los resultados se proyectan optimistas: 6,6 para 2023 y una caída de 4,3 para 2024.
Por último, Costa enfatizó que estos escenarios climáticos ponen de relieve la importancia de tener políticas públicas que acompañen al sector. Dijo que si se busca una rápida recuperación de la actividad agroindustrial, la ley agroindustrial que promueve el Consejo Agroindustrial es un primer paso en este sentido. Consignó que también se precisarían medidas que apunten hacia una disminución de la presión impositiva, con una rebaja gradual de los derechos de exportación, mejoras de la infraestructura, en el financiamiento, desarrollo y adopción de tecnología, y acceso de los productos a los mercados internacionales.
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