Así lo estimó la Bolsa de Comercio de Rosario en su informe mensual, tras recortar su expectativa desde los 34,50 millones de toneladas de febrero; la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó su proyección de 33,50 a 29 millones de toneladas; las pérdidas también afectan al maíz
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Antes de su retiro, luego de tres años de permanencia en la región, La Niña dejará una marca roja en los registros agrícolas de la Argentina por las fuertes pérdidas que mostrará la cosecha gruesa 2022/2023 tras el paso de las máquinas por suelos que padecieron el déficit de humedad desde antes del inicio de las siembras.
“La Argentina sufre un escenario climático sin precedentes en la agricultura moderna. Con un nuevo recorte de 7,5 millones de toneladas, se actualiza el volumen de producción de soja en 27 millones de toneladas, contra los 34,50 millones de febrero. De esta manera, se estima que ya se perdió el 45% de la producción esperada en el inicio de la temporada agrícola. El guarismo de marzo deja a la actual campaña en el nivel más bajo desde los 31,80 millones de toneladas recolectados en el ciclo 2008/2009″, dijo ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en su nuevo informe mensual de estimaciones agrícolas. Unas horas antes, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) había ajustado su expectativa para la producción argentina de la oleaginosa de 41 a 33 millones de toneladas.
En la misma línea, hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) recortó su estimación sobre la producción argentina de soja de 33,50 a 29 millones de toneladas. “Una nueva semana de altas temperaturas, junto con reservas hídricas agotadas, generaron mermas adicionales y pérdidas de área cosechable. El centro del área agrícola, donde un 64,7% de los cuadros se encuentra en estadios críticos, reporta una condición hídrica entre regular y sequía en 7 de cada 10 hectáreas. Colaboradores reportan mermas de rendimiento de hasta un 50% respecto de los promedios de las últimas cinco campañas″, señaló la entidad, que redujo del 33 al 29% la proporción de cultivos en estado excelente/bueno, contra el 80% de igual momento de 2022. En cambio, la porción bajo condición regular/mala fue elevada del 67 al 71%, contra el 20% del año pasado.
Además de la caída de los rindes, la BCR estimó en 2,6 millones de hectáreas la superficie sembrada con soja que podría no ser cosechada. “Se trata de un nuevo récord, que marca la brutal sequía que sigue sufriendo nuestro país. El área perdida duplicaría la mayor marca anterior, del ciclo 2017/2018, cuando no se levantaron 1,3 millones de hectáreas. Lamentablemente, se advierte que ante el actual escenario de pérdidas masivas y sin perspectivas de un cambio radical en los pronósticos climáticos en gran parte de la región pampeana, la cifra podría quebrar en breve el nivel de 3 millones de hectáreas”, advirtió la entidad.
En el detalle de la afectación de las malas condiciones climáticas en las principales regiones productoras, la BCR marcó que Entre Ríos y Santa Fe se mantienen como las provincias más golpeadas. “En términos de rindes, Entre Ríos alcanzaría un promedio de solo 11 quintales por hectárea y Santa Fe, 16,7 quintales. Buenos Aires les sigue, con 20,5 quintales por hectárea, mientras que Córdoba cae, pero en menor medida, con una media provincial de 23,7 quintales por hectárea. En términos de producción, y comparando las cifras con las de 2022 (año que también fue alcanzado por la falta de agua), Santa Fe dejará de producir 5,8 millones de toneladas, Buenos Aires 11,10 millones y Córdoba 10 millones”, detalló y proyectó en 20,3 quintales por hectárea el rinde promedio nacional, lejos de los 27,7 quintales del ciclo 2021/2022.
Los quebrantos del maíz
La crisis productiva derivada de las malas condiciones meteorológicas, también está golpeando con fuerza al maíz. “El escenario climático de la campaña gruesa 2022/2023 tiene los dos peores aspectos de las dos peores campañas de granos gruesos de los últimos 20 años. En este ciclo, el inicio fue mucho más seco que el del 2008/2009, con récord en hectáreas que no lograron sembrarse o que se sembraron muy fuera de época. Por otro lado, este ciclo está cerrando mucho más seco que el vigente para la gruesa de 2017/2018 y con marcas térmicas que son récords desde 1906″, describió la BCR, que recortó ayer de 42,50 a 35 millones de toneladas su previsión sobre la producción de maíz argentino, “un volumen que representa una caída del 35% frente a lo que se esperaba producir en el inicio de la campaña. El rinde promedio estimado en marzo es de 57,8 quintales por hectárea (en febrero se esperaban 64 quintales), la tercera peor marca nacional desde la campaña 2008/2009″.
Los técnicos de la entidad rosarina argumentaron que los rindes estimados para las siembras tardías de maíz se desplomaron al transitar los cultivos las etapas definitorias en condiciones totalmente adversas. De igual modo, advirtieron que empiezan a ser cada día más significativas las hectáreas que se están secando y dando por perdidas.
Por su parte, en su informe semanal, la BCBA ajustó su expectativa para la cosecha de maíz de 41 a 37,50 millones de toneladas, “Durante la última semana, las altas temperaturas y la falta de precipitaciones continuaron afectando gran parte de los cuadros de maíz con destino a grano comercial. Los lotes tardíos y los de segunda ocupación transitaban el período de definición de rendimiento por lo que las adversas condiciones ambientales generarán mermas en las productividades”, indicó la entidad.
Agregó que ya se comienza a descontar potencial de rendimiento en las provincias de Córdoba, Santa Fe y de Entre Ríos, “producto del estrés termo-hídrico. Por otro lado, la cosecha de lotes tempranos informa rendimientos que no superan los 35 quintales por hectárea, con un 2,8% del área apta ya recolectada. Junto con los bajos rindes, se relevan una gran cantidad de lotes perdidos o que cambiaron su destino hacia el picado o el consumo en pie por la hacienda”. En el caso del maíz, la BCBA ajustó hoy la proporción de cultivos en estado excelente/bueno del 44 al 41%, contra el 78% vigente un año atrás, mientras que la porción regular/mala fue elevada del 56 al 59%, frente al 22% de 2022.
Cabe recordar que ayer el USDA ajustó en su informe mensual de 47 a 40 millones de toneladas su previsión de cosecha de maíz argentino, en tanto que el cálculo sobre las exportaciones lo redujo de 35 a 28 millones de toneladas.
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