Según un informe de la Fundación Producir Conservando, es posible alcanzar los US$61.899 millones; la entidad propone avanzar en una “fuerte reducción” del tributo para que aumenten la siembra y la producción
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Las exportaciones de los principales complejos agrícolas podrían crecer en más de US$18.000 millones para el ciclo 2029/2030, esto es dentro de siete campañas, si se quitan las retenciones. Si eso se hace treparían hasta US$61.899 millones.
Así se desprende de un trabajo realizado por Gustavo Oliverio y Gustavo López, de la Fundación Producir Conservando, que realizaron proyecciones en base a dos hipótesis de producción y también según precios FOB de exportación.
El trabajo indica que en el actual ciclo, 2021/2022, las retenciones aportarán al Estado US$9800 millones. Destaca que son, junto a otros, tributos distorsivos que “inciden fuertemente sobre los ingresos y el resultado económico de la producción global”. Pero admite que en el actual contexto “donde gran parte del gasto es gasto social (jubilaciones, pensiones, planes sociales, etcétera) y subsidios al transporte, energía y otros” es “muy difícil pensar en una rápida eliminación” de las retenciones. La soja paga un 33%, el maíz y el trigo un 12% y el girasol un 7%, entre otros productos agrícolas.
En el actual ciclo, 2021/2022, se sembraron 33 millones de hectáreas entre trigo, maíz, girasol, soja, sorgo y cebada, y la cosecha fue de 130,7 millones de toneladas.
Sobre estos números, la Fundación Producir Conservando simuló qué ocurriría con el área y la producción de cada cultivo sin retenciones y en el medio hubiera una mejora de la rentabilidad. En este marco, en el informe se trazaron dos hipótesis. En la primera, con 42,5 millones de hectáreas y sin retenciones se pasaría a una producción de 165,4 millones de toneladas. En este caso, la producción crecería unos 35 millones de toneladas comparada con la campaña 2021/2022.
Según esta proyección, en soja podría apuntarse a 18,7 millones de hectáreas de siembra y 62,5 millones de toneladas de producción (43 millones de toneladas en 2021/22). En el caso del maíz, se saltaría a 7,9 millones de hectáreas con un volumen de cosecha de 61 millones de toneladas (50 millones de toneladas en la campaña actual). Si se observa el trigo, bajo esta hipótesis es posible una siembra de 7,8 millones de hectáreas con 25 millones de toneladas (22,1 millones de toneladas en la campaña 2021/2022) de cosecha.
El informe luego detalla que considerando la hipótesis dos, que incluye una mayor siembra con soja, a 21 millones de hectáreas, y también de maíz, a 8,8 millones de hectáreas, en este escenario el área total treparía a 45 millones de hectáreas con una producción global de 173,7 millones de toneladas. Teniendo en cuenta este número, se trataría de un salto productivo de 43 millones de toneladas contra la campaña 21/22.
Según se detalla, la relación de cereales y oleaginosos sobre el total sembrado se mantendría en 45% y 55% en las dos hipótesis, lo que permitiría una rotación para apuntar a la sustentabilidad de la producción agrícola. En tanto, precisa que, más allá de la estimación de superficie sembrada (42,5 y 45 millones de hectáreas, respectivamente para la hipótesis una y dos), “la superficie realmente ocupada en la dos hipótesis es de 37,5 y casi 40 millones de hectáreas, ya que existe superposición de áreas de trigo/soja y cebada/soja”.
En este contexto, el trabajo de Oliverio y López para la Fundación Producir Conservando luego se mete en las estimaciones de valores de exportación para ambas hipótesis. Para las dos hipótesis traza la proyección con un promedio del valor FOB de las exportaciones granarias en 2020/2021 de 420 dólares por tonelada y de 470 dólares por tonelada en 2021/2022. Este último ciclo estuvo más influido por el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania.
“Si tomamos estos valores como referencia de precios posibles de obtener en próximas campañas, el ingreso adicional por exportaciones se incrementaría respecto a la 2021/2022 en 7800 (con FOB 20/21) y 13.800 millones de dólares respectivamente (con FOB 21/22). Para el caso de ocurrir la hipótesis dos, los valores llegan a 12.180 (con FOB 20/21) y 18.765 millones de dólares de ingresos adicionales por exportaciones (con FOB 21/22)”, se desprende del informe.
En esta línea, considerando la hipótesis dos de mayor siembra y cosecha, el valor total de las exportaciones treparía, versus los US$43.134 millones de 2021/2022, a un rango de entre 55.314 millones y US$61.899 millones.
Tras dar a conocer estas estimaciones, los autores reconocen que “es poco probable pensar en una eliminación rápida de los DEX y otros impuestos distorsivos, por el impacto que los mismos tienen sobre la recaudación total y el destino mayoritario como gasto social de los recursos del Estado”. Pero remarcan que “sin dudas hay incentivos económicos relevantes (como los más de 12.000 a 18.000 millones de dólares adicionales) como para iniciar una etapa de fuerte reducción en el tiempo” de los derechos de exportación.
Señalan que, como lo propuso el economista Juan Llach para la entidad, esto se podría hacer tomando a cuenta de otros impuestos “progresivos, como Ganancias, “lo que minimiza el costo fiscal de la medida”.
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