El contrato septiembre sumó US$7,48 y terminó la rueda con un ajuste de 213,97 dólares por tonelada; tras el cierre de la jornada de negocios se confirmó la desmejora de los cultivos
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La combinación de tiempo cálido y lluvias insuficientes sobre amplias zonas agrícolas de Estados Unidos comienza a preocupar a los operadores por su efecto perjudicial sobre los cultivos y a movilizar a los fondos de inversión, que hoy salieron a comprar contratos de maíz para achicar su posición vendida en el mercado del cereal, con el consecuente efecto alcista sobre las cotizaciones del grano grueso en la Bolsa de Chicago, donde las pizarras reflejaron alzas de entre el 2,2 y el 3,6 por ciento.
Al cierre de las operaciones, las posiciones julio y septiembre del maíz en la plaza estadounidense sumaron US$5,12 y 7,48, en tanto que sus ajustes resultaron de 243 y de 213,97 dólares por tonelada. El mismo rumbo tomó el contrato diciembre, que ganó US$7,38 al concluir la jornada con un valor de 216,23 dólares. Aunque en forma leve, este movimiento del mercado buscó acortar la brecha vigente entre las campañas 2022/2023 y 2023/2024. Según fuentes privadas, los fondos terminaron el día con compras por 14.000 contratos del cereal.
La reacción de la plaza, en pleno mercado climático, fue en respuesta a la desilusión generada por lluvias menores a las esperadas durante el fin de semana sobre Iowa y sobre el norte de Illinois, los dos principales Estados productores del maíz estadounidense que en poco más de quince días emprenderá la tarea de formar lo que a fines de septiembre serán los rindes de la cosecha. Y para que el punto de partida de esa etapa sea auspicioso, buena parte de los Estados del medio oeste y los del centro-norte de las grandes planicies deberían quedar comprendidos dentro de un régimen de lluvias más regular que el visto hasta ahora.
En el análisis de operadores y especuladores no pasó desapercibido el dato marcado el jueves pasado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) tras la actualización del mapa de monitoreo de la sequía. En efecto, el organismo incrementó del 34 al 45% la superficie destinada al maíz estadounidense que experimenta algún nivel de sequía, un dato que quedó por encima del 19% vigente un año atrás. Iowa evidencia condiciones de sequía en el 42,8% de su territorio e Illinois, en el 50,1%
Para los próximos días los pronósticos auguran temperaturas superiores a los registros normales para la mayor parte del cinturón sojero/maicero de Estados Unidos y la chance de lluvias mayores a las usuales, pero solo para los Estados del este de la zona núcleo, entre ellos, Indiana y Ohio.
Luego del cierre de la rueda de Chicago el USDA publicó su informe semanal sobre el estado de los cultivos estadounidenses y allí confirmó lo previsto por los operadores, que las plantas están desmejorando su condición. Según el organismo, un 61% del maíz está en estado bueno/excelente, por debajo del 64% del reporte anterior; del 72% de igual momento de 2022, y del 62% estimado en promedio por los operadores, que manejaron un rango posible de entre el 59 y el 64 por ciento.
En el análisis de los datos aportados por el USDA, Iowa e Illinois tienen en estado bueno/excelente el 70 y el 48% de sus cultivos, datos inferiores al 72 y al 50% de la semana pasada y al 86 y al 77% de 2022 para la misma fecha, respectivamente.
Además de la cuestión climática, otro factor que está influyendo sobre el mercado de maíz internacional –en este caso en modo de presión bajista– es el inicio de la segunda cosecha en Brasil, que es la que debe aportar cerca del 77% de la oferta total del cereal y que comenzará a volcar sobre el circuito comercial parte de los casi 100 millones de toneladas que dejaría en la presente campaña.
También luego del cierre de la jornada de negocios, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario brasileño, relevó el progreso de la recolección de la safrinha sobre el 1,7% área apta, frente al 0,7% de la semana pasada y al 4,9% de 2022 para la misma fecha. Agregó que las labores se concentran en Mato Grosso, donde se recolectó el 3,7% de la superficie, un dato que deja expuesta la demora frente al 10,3% vigente a igual momento del año pasado.
Mañana la Conab publicará su nuevo informe mensual de estimaciones agrícolas, luego de que en mayo proyectó la producción 2022/2023 de maíz en 125,54 millones de toneladas. El viernes el USDA elevó de 130 a 132 millones de toneladas su estimación para la cosecha total del cereal brasileño.
En el nivel local, las pizarras del Matba Rofex mostraron subas de US$3,50 y de 2,20 para las posiciones julio y septiembre del maíz, cuyos ajustes fueron de 192,50 y de 197,20 dólares por tonelada. El contrato abril, coincidente con la próxima cosecha, sumó US$1 y terminó la jornada con un valor de 192,50 dólares.
Altibajos para la soja
Si bien las condiciones ambientales que favorecieron la suba del valor del maíz también corrieron para la soja, que comparte territorios con el cereal, las pizarras de Chicago reflejaron altibajos para sus precios producto de que el momento clave de su desarrollo se concentra en agosto y de que siguen ralentizadas las compras chinas, cuando toda la atención de la demanda está puesta en Brasil, que acaba de levantar un récord de más de 150 millones de toneladas.
Los contratos julio y agosto de la soja perdieron US$5,05 y 1,29 en el mercado estadounidense al cerrar con ajustes de 504,40 y de 474,91 dólares por tonelada. En cambio, la posición noviembre, que marca la entrada de la nueva cosecha en el circuito comercial, sumó US$1,75 y quedó con un valor de 444,23 dólares.
En su reporte semanal el USDA también marcó hoy la desmejora de la soja, al recortar del 62 al 59% la proporción de cultivos en estado bueno/excelente, por debajo del 70% de igual momento del año pasado y del 60% previsto en promedio por los operadores, dentro de un rango que fue del 57 al 62 por ciento.
Las pizarras del Matba Rofex mostraron hoy bajas de US$0,50 para las posiciones julio y noviembre de la soja argentina, cuyos ajustes fueron de 371 y de 367 dólares por tonelada. El contrato mayo, coincidente con la próxima cosecha, perdió US$5 y cerró con un valor de 323 dólares.
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