En la semana el valor del cereal en la plaza estadounidense apenas sumó un 0,29%, al pasar de 170,96 a 171,45 dólares por tonelada; la producción récord en Estados Unidos y las estimaciones divergentes sobre la oferta de Brasil limitaron las subas
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Tras el fuerte recorte hecho el miércoles por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en su expectativa de cosecha argentina de maíz, de 57 a 50,50 millones de toneladas como consecuencia del impacto adverso “inédito” de la chicharrita y de las enfermedades que lleva consigo, los operadores esperaban un correlato alcista de la noticia sobre los precios en la Bolsa de Chicago. Sin embargo, pese a ser la Argentina el tercer proveedor mundial del cereal, la influencia del hecho fue mínima sobre el rumbo de las cotizaciones.
En efecto, más allá de que hoy la posición mayo del maíz en la plaza estadounidense se repuso de las bajas del jueves y sumó US$2,66, el balance semanal reflejó un alza de apenas el 0,29%, luego de pasar de 170,96 a 171,45 dólares por tonelada. Cabe tener en cuenta que este contrato concluyó el segmento comercial anterior con una pérdida del 1,75%.
Tampoco alcanzó para impulsar los precios el hecho que ayer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires profundizara de 52 a 49,50 millones de toneladas el ajuste en su cálculo de cosecha 2023/2024 de maíz, ni que advirtiera que solo en el centro-norte de Santa Fe y en el norte de Córdoba unas 150.000 hectáreas de cultivos tardíos ya pasaron de destino comercial a destino forrajero, cuando la recolección del grano grueso en el nivel país avanzó sobre el 15,3% del área apta.
Entre las razones que amortiguaron la influencia alcista sobre los precios internacionales de una cosecha que será menor a las expectativas iniciales, que en febrero habían sido elevadas por la BCR hasta un máximo histórico de 49,50 millones de toneladas, se destacó, como hecho estructural, la producción récord 2023/2024 en Estados Unidos, que mantiene muy bien abastecido su mercado físico y que garantizará un remanente para el próximo ciclo comercial calculado ayer por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en 53,90 millones de toneladas, un 56% arriba del dejado por la temporada 2022/2023, de 34,55 millones.
Pero también hubo en la resistencia de Chicago a validar con precios en alza los recortes argentinos una visión más idílica de la situación que atraviesan los cultivos de este lado del mundo por parte del USDA, que ayer, en su informe mensual de estimaciones agrícolas, apenas ajustó su expectativa sobre la producción de maíz en la Argentina de 56 a 55 millones de toneladas. Además, pese a ese mínimo retoque, el organismo mantuvo en 42 millones de toneladas su proyección sobre las exportaciones locales.
Otra razón que le faltó al mercado para impulsar los precios del maíz fue un ajuste en el cálculo del USDA sobre la producción en Brasil, sobre todo luego de que ayer por la mañana la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario brasileño, recortó de 112,75 a 110,96 millones de toneladas su estimación sobre la producción total del cereal y de 32 a 31 millones el cálculo sobre las ventas externas.
Ajeno a esa valoración oficial en Brasil, el USDA mantuvo sin cambios, en 124 millones de toneladas, su proyección sobre la cosecha brasileña de maíz y en 52 millones de toneladas el cálculo sobre las exportaciones del país sudamericano que, de ese modo, quedaron apenas a 1,34 millones de toneladas de desbancar del primer puesto del podio de los mayores proveedores mundiales del cereal a Estados Unidos, que en noviembre terminó de levantar su mayor cosecha histórica, con 389,69 millones de toneladas, y que prevé exportar 53,34 millones.
En la fila del USDA hoy se encolumnó Safras & Mercado, que en su revisión mensual de las estimaciones agrícolas elevó de 125,86 a 126,13 millones de toneladas su proyección sobre el volumen de la cosecha total de maíz en función de mejores rendimientos previstos para los cultivos de la safrinha –es la segunda de las tres etapas en las que se divide la campaña brasileña y la que responde por cerca del 75% de la oferta– en el norte y el nordeste del país.
En adelante, además del clima en las zonas productoras de Brasil donde se define suerte o desgracia de la cosecha 2023/2024, el mercado seguirá con especial atención las condiciones ambientales sobre el medio oeste de los Estados Unidos, donde hasta el lunes pasado se había sembrado el 3% de los 36,44 millones de hectáreas previstos por el USDA para el ciclo 2024/2025. En ese sentido, las miradas están focalizadas sobre Iowa, que es el mayor productor del grano grueso estadounidense y que actualmente registra el mayor déficit de humedad en el cinturón sojero/maicero.
Según el último mapa semanal de monitoreo de la sequía del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía estadounidense, el 67,33% de los suelos de Iowa presentan condiciones de sequía moderada, mientras que un 32,14% registra sequía severa y un 10,55%, sequía extrema. El pronóstico de 6 a 10 días del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos augura lluvias superiores a las normales sobre buena parte del medio oeste. Sin embargo, al contrario de lo que sucedió durante esta semana, donde las precipitaciones se concentraron sobre el este –Illinois, Indiana y Ohio– será necesario que las mismas tenga una mayor cobertura sobre el oeste y el norte de la región –Iowa y Minnesota–, para aliviar el actual déficit hídrico.
Si eso último no ocurriera, y teniendo en cuenta que los grandes fondos de inversión conservan una elevada posición vendida en el mercado de maíz, podría haber lugar para una mejora de los precios y para que, finalmente, el mercado le preste algo más de atención a lo que la chicharrita está haciendo con los cultivos de la Argentina.
Impacto local
La menor cosecha ahora prevista en el nivel local sí tuvo impacto en los precios domésticos, sobre todo en el Matba Rofex, donde hoy las posiciones abril y julio del maíz subieron US$2,50 y 1,80, al cerrar con ajustes de 179 y de 174,90 dólares por tonelada. En la semana estos contratos ganaron un 2,87 y un 4,17% frente a los registros del viernes anterior, de 174 y de 167,90 dólares por tonelada.
En el mercado físico la exportación llegó a pagar hoy 153.000 pesos por tonelada por el maíz para las entregas en las terminales del Gran Rosario, $3000 pesos más que ayer y $8000 más que el viernes anterior. En tanto que para Bahía Blanca y para Necochea las propuestas de quienes deben completar en esos puertos de aguas profundas los buques provenientes del Paraná se mantuvieron estables en 167.000 pesos por tonelada, apenas $2000 por encima de las ofertas del cierre de la semana anterior.
Entre los operadores locales no se descarta que ante la incertidumbre sobre el número final de la cosecha argentina de maíz, que todavía podría seguir cayendo por la acción de la plaga de chicharrita y de la enfermedad que transmite, los productores opten por limitar aún más sus ventas, no ya por cuestiones financieras o por un incierto rumbo de la política oficial sobre el sector, sino por el peligro que representa negociar en modo anticipado algo que no se sabe si se podrá levantar del campo.
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