El valor propuesto implicó un alza de $4000 respecto del martes y se constituyó en la marca nominal más alta para el grano grueso argentino; la BCR redujo de 11,80 a 11,50 millones de toneladas su estimación sobre la actual cosecha de trigo
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Una demanda necesitada de reponer existencias para mantener activas las plantas de molienda elevó hoy de 96.000 a 100.000 pesos sus propuestas por la tonelada de soja con entrega inmediata sobre las terminales del Gran Rosario, cuando restan poco más de dos semanas para el cierre de la segunda edición del régimen cambiario especial para la liquidación de la oleaginosa, que reconoce 230 pesos por cada dólar.
El valor alcanzado hoy, que marca un récord nominal para la soja en el mercado doméstico, quedó por encima de los 90.795 pesos calculados por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) como la capacidad teórica de pago de la industria aceitera exportadora y de los 92.175 pesos reportados por la Secretaría de Agricultura de la Nación como FAS teórico para los exportadores de la oleaginosa sin procesar.
Como viene ocurriendo en las últimas semanas, no hubo ofertas abiertas por soja de la demanda exportadora sobre los puertos de Bahía Blanca y de Necochea. Estos compradores fueron protagonistas de la primera edición del dólar soja, durante septiembre último.
Si bien a las 19 el Monitor del SioGranos reflejó operaciones con soja por 172.839 toneladas, fuentes comerciales calcularon las operaciones del día (nuevas ventas y fijaciones) entre 250.000 y 300.000 toneladas.
La tónica alcista de la soja también se reflejó en el Matba Rofex, donde las pizarras mostraron alzas de US$10,10 y de 8,10 sobre las posiciones diciembre y enero, cuyos ajustes resultaron de 430 y de 447,10 dólares por tonelada. El contrato mayo, que marca el ingreso de la nueva cosecha en el circuito comercial, sumó US$3,40 y concluyó la jornada con un valor de 394 dólares por tonelada.
Más allá de que las alzas domésticas tuvieron sus propias lógicas, en la Bolsa de Chicago la soja también se negoció con resultado positivo –aunque muy leve– por la posibilidad de que el déficit hídrico que se registra en amplias zonas agrícolas de la Argentina reduzca el número final de la producción, respecto de los 49,50 millones de toneladas proyectados el viernes pasado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Al cierre de los negocios, las posiciones enero y marzo de la soja en el mercado estadounidense mostraron alzas de US$0,92 y de 0,18, mientras que sus ajustes fueron de 544,63 y de 545,64 dólares por tonelada.
Siembras muy demoradas
En cuanto al impacto del clima sobre la soja argentina, en su informe mensual hoy la BCR dijo que “la Argentina está transitando las peores condiciones de siembra de los últimos 20 años”. Agregó que se logró sembrar unos 8,4 millones de hectáreas, “menos de la mitad de los 17,1 millones de hectáreas previstos para este ciclo 2022/2023. El retraso de las labores es del 16% respecto de igual momento de 2021, año que no fue problematizado por la falta de agua a la siembra. Las últimas tandas sembradas muestran emergencias desparejas y pérdidas de plántulas”.
La entidad explicó que durante la semana pasada hubo intensas jornadas de estrés térmico que acentuaron los efectos de la escasez de agua. “En la región central, la tercera parte de los cuadros sembrados con soja muestra condiciones regulares a malas. Las últimas lluvias, las del fin de semana pasado, se corrieron hacia el norte y en vez de ser favorecida Buenos Aires, fueron el centro y el norte de Córdoba, y Santa Fe los sectores que recibieron los mayores acumulados”.
Según los técnicos de la BCR, persiste una incertidumbre muy fuerte respecto de la superficie que podría sembrarse con soja de segunda (representan más de 5 millones de hectáreas), “por lo que, si bien se sostiene la intención de siembra de 17,1 millones de hectáreas para la oleaginosa, puede haber modificaciones importantes en el próximo informe”, advirtió la entidad.
Menos trigo
En su reporte mensual la BCR volvió a recortar su cálculo sobre el volumen de la cosecha de trigo argentino 2022/2023, de 11,80 a 11,50 millones de toneladas. “La cosecha triguera confirma los mayores descuentos de volumen producido en Córdoba, Buenos Aires y en Santa Fe. Además, de no ser por Entre Ríos, que compensa parte de la caída productiva, la cifra final estaría en el orden de los 11 millones de toneladas”, se indicó en el informe.
El volumen ahora proyectado es exactamente un 50% menor que el de la cosecha anterior, en tanto que los 23 quintales por hectárea calculados (en noviembre fueron 23,3 quintales) confirma el rinde triguero más bajo desde 2010.
Cabe recordar que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima la producción argentina de trigo en 12,40 millones de toneladas y el USDA, en 12,50 millones.
En el caso particular de Entre Ríos, el informe de la BCR detalló que “se pasó de estimar un rinde promedio de 24 quintales por hectárea en noviembre a 34 quintales ahora, con lo que la provincia aporta un extra de más de medio millón de toneladas, que compensa pérdidas y que mantiene la productividad nacional en los 11,5 millones de toneladas citados. Ese guarismo tiene en cuenta 5,9 millones de hectáreas sembradas y una pérdida de superficie de 900.000 hectáreas, que no serán cosechadas”.
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