El escenario está configurado por el mercado climático en EE.UU. y el riesgo político en el país
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Al momento de escribir esta nota –miércoles a las 23–, la soja en Chicago muestra un recorte en las cotizaciones respecto de la semana anterior. Al muy buen ritmo de siembras reportado el lunes en Estados Unidos se le sumaron pronósticos climáticos alentadores para el desarrollo inicial de los cultivos, lo que alentó la liquidación de posiciones compradas por parte de los fondos de inversión que, no por esperadas, dejan de ser duras para las cotizaciones.
Ya ingresados de lleno en el tradicional “mercado climático” en EE.UU. de cada temporada, las “aduanas” a superar se extienden desde abril hasta agosto (lo cual no es poco). Siempre bajo la hipótesis de que las cotizaciones en Chicago se mueven al compás de las reservas en la nación del norte, el avance en las tareas de siembra (primera aduana) se ha verificado sin inconvenientes y ello lleva algo de tranquilidad a la plaza.
Por su parte, el trascendente reporte del USDA del pasado miércoles 12 –fue la primera proyección para el ciclo 2021/22– intenta ser “digerido” por el mercado. ¿Datos a destacar en comparación con el ciclo actual? Se proyectan más hectáreas tanto para maíz como para soja, se estiman mejores rindes también para ambos cultivos y se reducen las exportaciones para ambos productos.
Algunos interpretan que el organismo habría hecho todo lo posible para tranquilizar la plaza. En nuestra opinión, el área del maíz experimentará un mayor aumento que el proyectado y tomar rindes de tendencia para estimar producciones es lo correcto en esta instancia. Sin embargo, nos parecen muy discutibles las proyecciones de exportación con Asia Pacífico operando con una agresividad que pocos parecieran saber mensurar. Ya no se trata sólo de China y sólo de soja.
Además de importar 100 millones de toneladas de soja por año (y creciendo), China ya adquiere 60 millones de toneladas de otros productos, entre maíz, sorgo, cebada, trigo y colza, mientras que los países del Grupo Asean (conocido como el sudeste asiático) vienen escalando en los distintos ránkings en forma ostensible. A pesar de todo ello, las reservas estadounidenses para el cierre del ciclo 21/22 (verdadero “termómetro” de los precios) se mantendrían en niveles históricamente bajos/muy bajos, sin espacio para sorpresas.
En las próximas semanas el clima acompañaría a los cultivos en su evolución (segunda aduana) y, más adelante, se viene la “aduana mayor”. La floración de más de 38 millones de hectáreas de maíz en julio y el llenado de grano de más de 36 millones de hectáreas de soja (nuestra hipótesis).
En definitiva, son momentos de decisiones/definiciones para el productor argentino. Con un ojo mirando como les va a los “gringos” y con el otro atajándose de los desaguisados internos de un gobierno hostil, reiterativamente equivocado en sus recetas y desorientado. Por todo ello, es muy importante intentar anticiparse a sus decisiones.
Ya cerraron las exportaciones de trigo hace rato (de hecho) y dejaron a los productores en una pulseada con la industria molinera cuando aún no se ha agotado el excedente exportable. Y todo pareciera indicar que ahora van por el maíz, dado el acelerado aumento verificado en las ventas externas en las últimas semanas. Como dijera Fernando Rivara en la apertura de A Todo Trigo, vivimos en un país que nos duele.
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El autor es presidente de Nóvitas SA
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